La muerte de Rudolf Steiner en el mundo espiritual

Conferencia incompleta y no revisada 30 marzo de 1954

de Willi Sucher

English version

En memoria de Rudolf Steiner fallecido el 30 de marzo de 1925

Hoy (30 marzo de 1954) se cumplen 29 años de la muerte de Rudolf Steiner. Este momento entre los 29 y los 30 años es un ritmo muy importante para nuestra vida aquí en la Tierra y también para las almas que han cruzado el umbral. Antes de entrar en detalles, vamos a considerar las experiencias del alma después de la muerte.

Como sabemos, el momento de la muerte está indicado por la separación del cuerpo etéreo, cuerpo astral y el Yo del cuerpo físico. En los primeros tres días después de la muerte, el cuerpo etérico abandona el cuerpo físico para vivir en su elemento activo, la memoria creativa cósmica, en la que el cuadro de memoria de la vida pasada es la primera experiencia. Este es el despliegue del cuerpo etérico, en el que están grabadas las experiencias del alma durante la vida. A medida que el cuerpo etérico es liberado de su tarea física, y que vive en su propio elemento, teje en el aura etérica de la Tierra conocida en la Biblia como «nubes».

A medida que la Tierra gira durante estos tres días, el lugar en donde falleció el ser humano pasa tres veces por el aura etérica del cielo. Es una especie de bautismo, por el cual el cuerpo etérico se ajusta con los éteres cósmicos de los planetas relacionados con la carta del cielo de muerte. Rudolf Steiner habló de esta carta de muerte como algo mucho más importante que el momento del nacimiento, ya que proporciona un resultado más exacto y satisfactorio de las relaciones humanas con el mundo de las estrellas.

El cielo estrellado en el momento de la muerte es como un nacimiento en el mundo espiritual, así como el embrión nada en las aguas antes de su nacimiento, el alma desencarnada nada en el éter cósmico después de la muerte.

En las profundidades del universo tenemos el zodiaco de las estrellas fijas, en el que los planetas se distribuyen en una multitud infinita de posibles aspectos. Saturno es el planeta más exterior visible a simple vista. Mantiene la memoria de las historias y experiencias vitales de todos los seres. Como indicó el Dr. Steiner, el alma humana experimenta su vida retrospectivamente durante los tres primeros días después de la muerte. Nuestras investigaciones han demostrado que cuando un ser humano muere, los planetas se distribuyen para recoger las imágenes de la memoria y conservarlos. Existen conexiones muy íntimas entre el cuerpo etérico del ser humano medio y el mundo cósmico, con el que se funde alrededor de tres días después de la muerte, en el caso de un ser humano promedio. En las posiciones de los planetas en el asterograma de la muerte del ser humano, encontramos el reflejo cósmico de su vida como individualidad en la Tierra. También existe la posibilidad de que un cuerpo etérico humano pueda conservarse, como en el caso de un iniciado altamente desarrollado.

Pensemos esto en relación con la muerte de Rudolf Steiner. Quiero darles el aspecto del cielo el 30 de marzo de 1925, sobre las 10:25 am: El Sol estaba en la constelación de Piscis, Venus se hallaba cerca, y Mercurio estaba en transición de Piscis a Aries. Marte estaba en Tauro, y por debajo estaba la Luna, ascendiendo. Júpiter estaba en Sagitario, y Saturno se había ubicado en Libra. Este aspecto en el cielo representa el cuadro en el momento de la muerte del Dr. Steiner. Aquí podemos encontrar una imagen real de su vida en la Tierra.

Saturno nos lleva de nuevo hasta el año 1896 de la vida del Dr. Steiner, cuando tenía unos 35 años de edad. Fue una época sobre la cual el Dr. Steiner escribió en su autobiografía como una época de crisis interna, pues a pesar de que estaba viviendo en la plenitud del espíritu, ni siquiera sus mejores amigos, almas cultivadas como Hermann Grimm el famoso historiador, podían entender lo que quería transmitir. Experimentó en sí mismo la pregunta, «¿Tendré que guardar silencio para siempre?», refiriéndose a su mundo interior. Fue un momento en que el mundo se enfrentaba a decisiones complejas. Saturno se encontraba de nuevo en Libra, y la humanidad se enfrentaba a decisiones mundiales. Es significativo que Saturno también estaba en esta constelación en las cartas de muerte de astrónomos como Copérnico, Tycho Brahe y Kepler. En esos momentos, también la humanidad se encontraba ante decisiones importantes para el mundo.

Rudolf Steiner decidió hablar, y en 1912 publico el Calendario del alma original, que contenía las «imaginaciones de las constelaciones». Frases guías, desde el punto de vista cosmológico: la entrega del Karma Mundial del Padre al Hijo. Libra está definitivamente relacionado con la Deidad Hijo de la Trinidad y con los eventos del Viernes Santo. Es como un hilo por el destino humano, una cuestión de Tumba o Altar (estancamiento o transformación), y ejemplifica la cuestión de si hablar o guardar silencio.

Júpiter en Sagitario muestra otros aspectos de la vida del Dr. Steiner. El nacimiento del actuar, la capacidad del ser humano para trasladar las ideas a los hechos. Júpiter está siempre conectado con esto. Esto nos lleva a los acontecimientos que conducen hasta el año 1901-2 y el nacimiento de la antroposofía, cuando se escribió «El Cristianismo como Hecho Místico».

El Sol estaba en la constelación de Piscis, en su símbolo podemos ver dos semicírculos que nadan en direcciones opuestas conectadas por una delgada cinta de estrellas. En el lenguaje de Piscis, un pez nada hacia Acuario, el pasado, y el otro nada hacia Aries, el futuro. En la vida del Dr. Steiner, esta posición nos lleva a 1908-9, cuando escribió «La Ciencia Oculta» y dio una conferencia sobre el Apocalipsis. Se puede decir que, a partir de estos hechos, una sustancia se fusionó con el Sol en Piscis. Mientras nos hallamos en la Tierra, vemos con nuestros ojos físicos; sin embargo, cuando un alma cruza el umbral al mundo donde ya no usamos los ojos físicos, sólo experimentamos la oscuridad. No obstante, la luz puede ser producida por la voluntad por medio del entrenamiento oculto, a través del cierre de las puertas de los sentidos con el mundo físico. En la oscuridad experimentamos un espejo que refleja las imaginaciones de eventos pasados y futuros. Steiner relaciona esto en la Ciencia Oculta (especialmente a la evolución del mundo) y en su ciclo de conferencias sobre el Apocalipsis. Se puede decir que la substancia de los esfuerzos del Dr. Steiner se ha fusionado con el Sol en Piscis.

Mercurio estaba en la transición de Piscis a Aries. Mercurio representa la inteligencia, los esfuerzos para llevar al ser humano de la inteligencia personal a la inteligencia cósmica. Esto nos lleva a la época de 1910, cuando Steiner reveló el tiempo de la Segunda Venida de Cristo, la revelación de Cristo en el mundo etérico. Si una persona puede penetrar en el trasfondo espiritual de Aries, se encuentra con que esta constelación está conectada al descenso y encarnación del Cordero de Dios desde el reino de los Kyriotetes, los Espíritus de la Sabiduría, y a los hechos de estos seres. Así, encontramos en Aries la gran imaginación de la Segunda Venida de Cristo.

En la oposición de Saturno en Libra con Mercurio en Aries, es el momento de la preparación y el tiempo de la reunión de la Piedra Fundamental de la Navidad. Esto no es un asunto que corresponda sólo a nuestra sociedad, sino que concierne a toda la humanidad. Es el comienzo de los nuevos misterios de Navidad, ayudando a llevar a cabo la experiencia del Ser de Cristo en el alma humana. En estos misterios, los Pastores y los Reyes Magos se acercan desde ambos lados de nuestra alma, abriendo el camino del corazón y la cabeza, al Espíritu del Mundo, el Cristo Resucitado. Debemos prepararnos, preservarnos y trabajar con lo que se nos ha dado y responsabilizarnos de ello hasta que la humanidad del futuro pueda entender este lenguaje del Espíritu de Cristo.

Tanto Marte como la Luna están en la constelación de Tauro. Son planetas que están profundamente conectados con la realización del espíritu en la materia. En la Luna, cuando aparece como Copa, o Cáliz, se reúnen fuerzas espirituales-cósmicas que después se “vacían” en la Tierra; las fuerzas espirituales de la creación se ofrecen a la Tierra. Marte es como una roca en el universo contra la cual se unió y rompió una antigua sustancia espiritual para crear la materia: el trabajo del espíritu en las plantas, etc. Tanto Marte como la Luna están relacionados con hacer que el espíritu sea visible en la materia. Esto nos lleva a la época de 1912-13, cuando nació la Euritmia, la Palabra visible, se completó y se representaron los Dramas de Misterio y en 1913 se colocó la primera piedra del primer Goetheanum. Se abrió una puerta, ya que Tauro es la región cósmica del Verbo, y el Goetheanum era la Casa del Verbo, un portal abierto al espíritu.

En el momento de la muerte de Rudolf Steiner, Géminis estaba ascendiendo. Esta constelación representa la columna vertebral de su obra, el tiempo relacionado con la talla de la gran estatua de Cristo entre los adversarios gemelos, Lucifer y Ahriman. Durante este tiempo habló y dio consejos sobre cómo enfrentar a los adversarios y cómo podemos mantenernos firmes en nuestra batalla contra ellos.

Este fue el cuadro de vida de Rudolf Steiner, que ahora hemos descendido cronológicamente desde Saturno a la Luna. Es posible que su cuerpo vital no se haya disuelto. Por las pruebas que he recopilado, estoy casi seguro de que no se disolvió, sino que sigue trabajando allí, aunque no puedo presentar mis conclusiones ahora.

Saturno se hallaba en Libra en el nacimiento y ahora también en la muerte. Este Saturno en Libra nos puede ayudar a responder la pregunta de por qué tuvo que irse entonces, cuando aparentemente quedaba aún mucho por hacer. La pregunta era para él, ¿»tumba o altar?» Él experimentó la tumba de la civilización en la Primera Guerra Mundial, e hizo un intento de ayudar a resucitarla a través de la mancomunidad trimembrada. Creo que su muerte era una necesidad para darnos la posibilidad de llegar a ser independientes. Nosotros, los que le reconocemos como nuestro maestro nos enfrentamos a la misma pregunta: tumba o altar. El mundo, en los últimos treinta años, ha tenido gran parte de la «tumba» presente en él. También hemos recibido una gran cantidad de conocimientos sobre el mundo espiritual, sin embargo, si no transformamos lo que hemos recibido, se mantendrá la «tumba». Debemos transformar nuestro conocimiento del mundo espiritual en un nuevo poder por venir, ya que aún sigue estando sepultado. Es mi creencia de que esta experiencia de sepultura pasará, y el futuro está más cerca de lo que pensamos, cuando la «tumba se convierta en el altar de la transformación».

Saturno esta de nuevo muy cerca de Libra ahora. Tenemos que saber dónde estamos, pues la vida misma, la existencia misma de la antroposofía depende de ello. Saturno es un recordatorio general de que las decisiones tienen que hacerse, las decisiones de no enterrar lo que sabemos en la «tumba» de nuestra inteligencia personal, sino transformarlo y trabajarlo a través de nuestros corazones e irradiarlo al mundo.

Con estas reflexiones podemos recordar la muerte de Rudolf Steiner, que en cierto modo puede ser un nacimiento espiritual. [Ed. Nota: Saturno estuvo otra vez en libra en el año 1981, como lo estará también en 2011]

Traducido por Gracia Muñoz en noviembre de 2023

©Astrosophy Research Center 2012 – ISBN – 1888686-11-1

Esta entrada fue publicada en Planetas.

Deja un comentario