Apéndice I. Biografía humana: lecturas

Del libro: Hablando a las estrellas: Una introducción a la Astrosofía

Autor: Jonathan Hilton

English version (p220)

Ver Relaciones Kármicas GA 240, vol. VI – Conferencias 1, 3 y 6. Conferencias completas.

En la luna antes del nacimiento.

Desde la Esfera Solar y el Espacio Negativo el hombre va descendiendo a la vida terrenal tras la existencia en los mundos anímico espirituales entre la muerte y un nuevo nacimiento, atravesando las diferentes regiones cósmicas, llegando por último a la Esfera Lunar.

Al pasar por la esfera lunar se encuentra con aquellos Seres de quienes hablé ayer, diciendo que alguna vez fueron los Maestros primigenios de la humanidad. Se encuentra con estos Seres allá en el Universo, antes de bajar a la Tierra, y son ellos quienes inscriben todo lo que ha sucedido en la vida entre un ser humano y otro, en esa sustancia delicada que, a diferencia de las sustancias terrenales, los sabios orientales han llamado ‘Akasha’. Realmente es cierto que cualquier cosa que suceda en la vida, cualesquiera que sean las experiencias que tengan los hombres, todo es observado por aquellos Seres que, como Seres Espirituales no encarnados, una vez poblaron la Tierra junto con los hombres. Todo se observa e inscribe en la sustancia Akasha como una realidad viva, no en forma de una escritura abstracta. Estos Seres Lunares espirituales que fueron los grandes Maestros durante el tiempo de la sabiduría cósmica primitiva, son los registradores de las experiencias de la humanidad. Y cuando en su vida entre la muerte y un nuevo nacimiento el hombre se acerca nuevamente a la Tierra para unirse con la semilla proporcionada por los padres, pasa por esa región donde los Seres Lunares han registrado lo que había experimentado en la Tierra en encarnaciones anteriores. Mientras que estos Seres Lunares, cuando vivían en la Tierra, trajeron a los hombres una sabiduría relativa especialmente al pasado del Universo, en su existencia cósmica presente preservan el pasado. Y a medida que el hombre desciende a la existencia terrenal, todo lo que ha conservado queda grabado en su cuerpo astral. Es muy fácil decir que el hombre consta de una organización del Yo, un cuerpo astral, un cuerpo etérico, etc. La organización del yo es muy parecida a la Tierra; comprende lo que aprendemos y experimentamos en la existencia terrenal; los miembros más profundos del ser del hombre son de un carácter diferente. Incluso el cuerpo astral es bastante diferente; está lleno de inscripciones, lleno de imágenes. Lo que se conoce simplemente como «inconsciente» revela una riqueza de contenidos cuando está iluminado por el conocimiento real. Y la Iniciación permite penetrar en el cuerpo astral y poner dentro del campo de visión todo lo que los Seres Lunares han inscrito en él, como, por ejemplo, las experiencias compartidas con otros seres humanos. La ciencia espiritual nos permite comprender el secreto de cómo todo el pasado reposa dentro del hombre y cómo el «destino» se moldea a través del hecho de que en la existencia lunar hay Seres que preservan el pasado para que permanezca dentro de nosotros cuando volvamos a poner un pie sobre la Tierra.

Y ahora otro caso. Cuando el Iniciado encuentra con un hombre en relación con quien la conciencia ordinaria simplemente recibe una impresión estética o mental, para empezar, no acompañada de sueños, no surge en él ninguna imagen. En este caso la mirada del Iniciado se dirige al Sol, no a la Luna. Les he hablado de los Seres que están conectados con la Luna —del mismo modo, el Sol no es simplemente el cuerpo gaseoso del que hablan los físicos modernos. Los físicos se sorprenderían mucho si pudieran realizar una expedición a la región que suponen está llena de gases incandescentes y que suponen que es el Sol; en el lugar donde han conjeturado la presencia de gases incandescentes, encontrarían una condición que ni siquiera es espacio, es decir, menos que un vacío en el espacio cósmico. ¿Qué es el espacio? Los hombres realmente no lo saben —y menos aún los filósofos que reflexionan mucho sobre ello. Piensa: si aquí hay una silla y camino hacia ella sin notar su presencia, me golpeo contra ella —es sólida, impenetrable. Si no hay silla, camino por el espacio sin obstáculos.

Pero existe una tercera posibilidad. Puedo llegar al lugar sin que me retengan ni me golpeen, pero puedo ser absorbido y desaparecer: aquí no hay espacio, sino la antítesis del espacio. Y esta antítesis del espacio es la condición del Sol. El Sol es espacio negativo[i]. Y precisamente por esto, el Sol es la morada, la morada habitual, de los Seres que están inmediatamente por encima del hombre: Ángeles, Arcángeles y Archai. En el caso del que hablo, la mirada del Iniciado se dirige hacia estos Seres en el Sol, los Seres espirituales del Sol. En otras palabras: un encuentro de este tipo, que no forma parte de un pasado kármico, que es bastante nuevo, es para el Iniciado un medio de entrar en conexión con estos Seres. Y se revela la presencia de ciertos Seres con algunos de los cuales el hombre tiene una conexión estrecha, mientras que con otros la conexión es más remota. La forma en que estos Seres se acercan al Iniciado le revelan —no en detalle sino a grandes rasgos— qué tipo de karma está a punto de tomar forma; en este caso no es un karma antiguo sino un karma que le llega por primera vez. Percibe que estos Seres que están conectados con el Sol tienen que ver con el futuro, así como los Seres de la Luna tienen que ver con el pasado.


[i] “Espacio negativo”. Véase Espacios físicos y etéreos, de George Adams; también Planta, Sol, Tierra, de George Adams y Olive Whicher.

Relaciones kármicas, GA239c2. vol. V. Praga, 30 de marzo de 1924,

El destino y el santo temor

Si hacemos el intento con el tipo de conocimiento que he descrito, comenzamos a contemplar el destino de un solo ser humano con santo asombro. ¿Pues qué es lo que obra en el destino de cada ser humano? En realidad, es sabiduría estelar, ¡sabiduría estelar que todo lo abarca! Nada puede permitirnos contemplar la obra de los Dioses en el universo con sentimientos más profundos y verdaderos que contemplarla en el destino del ser humano. Una justicia mundial fluye a través de la Eternidad en la existencia, los hechos, el pensamiento de los Dioses que se tejen detrás del ser humano (definición de inteligencia cósmica)

Relaciones kármicas, GA240c6, Tomo VI. Stuttgart 1 de junio de 1924,

Sobre Michael y la comprensión del karma de las estrellas

Y esta elaboración del karma sólo puede entenderse si podemos mirar al mundo de las estrellas, más allá de la Tierra. Porque sabemos que el reino estelar, tal como aparece a la vista física, revela sólo su aspecto externo… La única y verdadera descripción de la Tierra sería definirla como la colonia de las almas humanas en el espacio cósmico.

Así, todas las estrellas son colonias de Seres espirituales en el espacio cósmico, colonias que podemos aprender a conocer como tales. Y habiendo atravesado el portal de la muerte, nuestra propia alma vive y se mueve entre estas colonias estelares. Continúa su viaje, evolucionando hacia un nuevo nacimiento en comunidad con otras almas humanas que están allí, y con los Seres de las Jerarquías superiores o incluso inferiores. Y cuando el karma del hombre está elaborado y maduro para tomar nuevamente un cuerpo terrenal, su alma emprende el viaje de regreso…

Por lo tanto, para comprender el karma debemos regresar una vez más a la sabiduría de las estrellas. Debemos descubrir espiritualmente los caminos del hombre entre la muerte y un nuevo nacimiento en conexión con los Seres de las estrellas.

Hasta el comienzo de la era de Micael, los hombres de los tiempos modernos tuvieron grandes dificultades para acercarse a la verdadera sabiduría de las estrellas. Y la Antroposofía, habiendo encontrado sin embargo su camino hacia tal sabiduría, debe estar profundamente agradecida por el hecho de que el dominio de Micael realmente entró en la vida de la humanidad terrestre en el último tercio del siglo XIX. Porque entre muchas cosas que debemos al dominio de Micael tenemos esta: hemos conseguido una vez más el acceso sin obstáculos para descubrir lo que debe ser investigado en los mundos cósmicos si queremos entender el karma y la formación del karma en la esfera de la humanidad.

Relaciones Kármicas.  GA240c7. Vol.IV.18 de julio de 1924

En el libro «Cómo se adquiere el conocimiento de los mundos superiores» se dan indicaciones que, si se siguen, pueden hacernos independientes de las fuerzas cósmicas, aunque, no obstante, estas fuerzas cósmicas continúan actuando en nuestro ser. ¿Qué significa esto de estar liberados de estas fuerzas cósmicas pero que continúan trabajando en nuestro ser?

El hombre nace en la Tierra en condiciones determinadas por una constelación en los cielos, pero debe equiparse con fuerzas que lo hagan independiente de esa constelación. Es este tipo de conocimiento –un conocimiento de la conexión del hombre con el Cosmos más allá de la Tierra lo que nuestra civilización debe alcanzar.

El Hombre, Descendiente del Mundo de las Estrellas, GA 204, Dornach, 5 de mayo de 1921,

Sobre la forma correcta de leer y conocer el karma

Porque no es en las similitudes externas donde debemos buscar la evidencia del funcionamiento del karma; más bien debemos ser observadores de aquellas cosas que en los cimientos profundos del ser humano se transmiten a través del karma de una vida terrenal a otra.

La percepción del karma de un ser humano individual, o incluso del propio karma, requiere la actitud correcta, el estado de anímico correcto. Todo el estudio del karma será profano si se realiza con la actitud mental que surge de nuestra educación y civilización modernas. El estado de ánimo con el que se deben recibir todas las enseñanzas sobre el karma es de piedad y reverencia. Cada vez que el hombre se acerca a una verdad relacionada con el karma, su alma debe sentir como si se estuviera levantando parte del velo de Isis. Porque en verdad es el karma el que revela, de la manera más íntimamente conectada con la vida humana, lo que Isis es  el Ser designado exteriormente como: «Yo soy la que fue, es y será». Ésta debe ser la actitud del alma en todo estudio del karma humano. En verdad, sólo cuando estudiamos el karma de la manera que lo hemos estado haciendo ahora y habiendo observado cómo tiene efecto en el proceso de evolución del mundo, adquirimos la reverencia que corresponde a dicho estudio,  entonces y sólo entonces, podremos contemplar con la actitud anímica correcta lo que puede ser nuestro propio karma, percibiendo cómo desde vidas terrenales anteriores se ha desarrollado y tomado forma como resultado de experiencias en el mundo espiritual estelar entre la muerte y un nuevo nacimiento.

Con todo nuestro ser contemplamos los mundos suprasensibles cuando «leemos» el karma con el estado de ánimo correcto. Porque el estudio del karma nos familiariza con leyes que están en total contraste con las leyes de la Naturaleza externa. En el mundo externo, las relaciones con la Naturaleza prevalecen, pero debemos descartarlas por completo y tenemos que ser capaces de contemplar las relaciones espirituales si queremos discernir la ley que opera en el funcionamiento del karma.

Relaciones Kármicas. GA239. Vol VII, Lectura 4. 10 de junio de 1924

Nunca se debe especular sobre el mundo espiritual en la investigación, nunca inventar nada, sino sólo hacer los preparativos para permitir que algo se revele desde el mundo espiritual. Cualquiera que crea que puede obligar al mundo espiritual a revelarle esto o aquello, estará muy equivocado; De ello no surgirán más que errores. Se debe hacer preparación para lo que uno puede esperar recibir del mundo espiritual más o menos por gracia.

Relaciones Kármicas. GA 239c7. Vol VII, 13 de junio de 1924

Acerca de la Época y la semilla espiritual

¿Cuál es entonces nuestro mundo exterior en esa existencia espiritual? Es lo que ahora es nuestra naturaleza interior. Transformamos lo que entonces es nuestro mundo exterior en una especie de semilla espiritual de la cual surgirá nuestro futuro cuerpo físico en la Tierra. Junto con los Seres de las Jerarquías Superiores elaboramos esta semilla espiritual, y en un cierto momento de nuestra vida entre la muerte y un nuevo nacimiento, está ahí como una entidad espiritual, llevando dentro de sí las fuerzas que luego construyen el cuerpo físico, así como la semilla de la planta lleva dentro de sí las fuerzas que eventualmente producirán la planta. Pero mientras que, en comparación, imaginamos que la semilla de la planta es diminuta y la planta misma grande, la semilla espiritual del cuerpo físico humano es, por así decirlo, un universo de vasta magnitud, aunque en sentido estricto no es del todo grande. Es exacto hablar de «magnitud» a este respecto [Época prenatal] También he dicho que en cierto momento esta semilla espiritual se desprende de nosotros. A partir de cierto momento sentimos: en asociación con otros Seres del Universo, con Seres de las Jerarquías Superiores, que hemos llevado la semilla espiritual de nuestro organismo físico a una etapa definida de desarrollo; ahora se aleja de nosotros y desciende a las fuerzas físicas de la Tierra con las que se relaciona y que provienen del padre y de la madre. Se une con el elemento humano en la corriente de la herencia y desciende a la Tierra antes de que nosotros, como seres anímico espirituales, descendamos. Así todavía pasamos un cierto período aunque breve en el mundo espiritual, cuando el nexo de fuerzas de nuestro organismo físico ya ha bajado a la Tierra y está dando forma al embrión en el cuerpo de la madre.

Es durante este período que reunimos del éter cósmico sus propias fuerzas y sustancias y así construimos nuestro cuerpo etérico para agregarlo a nuestro cuerpo astral y yo. Luego, como seres de yo, cuerpo astral y cuerpo etérico, nosotros mismos bajamos a la Tierra y nos unimos con lo que ahora se ha convertido el cuerpo físico, cuya semilla fue enviada anteriormente.

El hombre y el mundo de las estrellas. GA219c1, Dornach 26 de noviembre de 1922. (ver conferencia completa)

Sobre la caída del germen espiritual a la Tierra

Mientras repasamos estas imágenes, la semilla espiritual del cuerpo físico que estábamos preparando se aleja cada vez más lejos de nosotros y desaparece. Estamos obligados a ser testigos de esto: la semilla espiritual ha caído de nosotros; ha descendido a una madre y un padre físicos, entrando en las fuerzas de la generación, en la corriente de la generación sobre la Tierra física. Así es en toda la realidad. El cuerpo físico que también estábamos preparando se encoge, se contrae y cae en las corrientes de generación, en un padre y una madre físicos en la Tierra, mientras que nosotros mismos, como seres anímico espirituales, quedamos atrás, sintiendo que pertenecemos a lo que se nos ha caído, pero no podemos unirnos directamente a él. En esta condición es nuestro único medio de reunirnos con élahora comenzamos a atraer hacia nosotros las fuerzas etéricas que están en el Cosmos; comenzamos a formar nuestro cuerpo etérico. Esto lo hacemos cuando la semilla espiritual de nuestro cuerpo físico ya ha caído y está allá abajo en la Tierra, preparando el cuerpo físico en el vientre materno, mientras, nosotros reunimos las fuerzas con las que formamos nuestro cuerpo etérico. A este cuerpo etérico nos unimos entonces, cuando la semilla humana ya lleva un tiempo en el vientre materno.

Las Esferas planetarias y su influencia en la vida. del hombre en la Tierra y en los mundos espirituales GA218c4, Londres, 12 de noviembre de 1922,

Inscripción en esfera lunar

En este viaje de retroceso después de la muerte, que dura un tercio del tiempo de la vida terrenal, se prepara el karma. Porque los Seres Lunares se mezclan en estos “negativos” de las acciones del hombre, también de sus acciones en la vida del pensamiento. Los Seres Lunares tienen buena memoria e inscriben en el éter cósmico cada experiencia que comparten con el ser humano.

Pasamos por la vida entre la muerte y un nuevo nacimiento y luego, en el viaje de regreso, cuando regresamos una vez más a la esfera de la Luna, encontramos todo inscrito allí. Y lo llevamos con nosotros en nuestra vida para cumplirlo mediante nuestra voluntad terrenal.

Relaciones kármicas,. GA236c9. Vol II, Dornach, 11 de mayo de 1924

Los pensadores materialistas no pueden acercarse a las estrellas después de la muerte

Es como si los Espíritus, los Maestros Primigenios de la humanidad que una vez trajeron a la humanidad la sabiduría original y espiritual, llamaran una y otra vez a este ser humano, el arquetipo de Strader: “No puedes venir a nosotros, porque debido a tus cualidades especiales como hombre tal vez aún no sepas nada acerca de las estrellas. Debes esperar, y primero repetir y recapitular muchas cosas que sufriste no sólo en tu última encarnación, sino también en las anteriores. Es posible que no sepas nada en absoluto sobre las estrellas y su verdadero ser, hasta que te hayas preparado así”.  Es una escena extraña. Uno tenía ante sí una individualidad que simplemente no podía crecer hacia lo espiritual del mundo de las estrellas o sólo pudo hacerlo con la mayor dificultad. Y en este caso hice el extraño descubrimiento de que estas individualidades modernas de mente racionalista e intelectualista encuentran el gran obstáculo en la configuración de su karma, en la medida en que no pueden acercarse sin obstáculos al ser espiritual de las estrellas.

Relaciones kármicas. GA238c7, Vol IV. Dornach, 19 de septiembre de 1924

Experiencia en Cada Esfera Planetaria con los Seres Superiores

La Esfera lunar y ángeles; la Esfera de Mercurio, raíces de enfermedades físicas y conclusión de todas las enfermedades y la conexión de Mercurio con los misterios curativos; La esfera de Venus es el elemento del amor más puro; El ser humano de la esfera solar comienza a moldear el karma. El Sol como espacio negativo y morada de Exusiai, Dynamis, Kyriotetes; elaboración y formulación del karma para la próxima vida ; talentos específicos elaborados en el karma en Marte, Júpiter, Saturno

Relaciones kármicas, GA239c2. vol. VII. 8 de junio de 1924

Sobre los ciclos de 7 años en la biografía y la relación con los planetas (para el gráfico lunar)

Vemos a través de nuestra vida; cuando la conciencia se ha vaciado de todas las impresiones pictóricas y hemos alcanzado la Inspiración, contemplamos la actividad viva y el tejer en la esfera lunar el panorama de la primera infancia desde el nacimiento hasta el séptimo año. Contemplamos esta actividad viva y tejiente. Y así, la Iniciación en la forma normal y adecuada para este tiempo nos trae el conocimiento de los secretos de la esfera lunar, cuando las imágenes de nuestra propia vida hasta el séptimo año se borran de la conciencia de la Inspiración y percibimos lo que ahora parpadea en su lugar.

Si observamos el panorama de la vida entre el séptimo y el decimocuarto año y nuevamente borramos las imágenes en la conciencia de la Inspiración, contemplamos la esfera de Mercurio. Todo tiene que ver con el ser humano, pues el hombre es parte integral del Universo. Si aprende a conocerse a sí mismo tal como realmente es, en lo más íntimo de su ser, aprende a conocer el Universo. Y ahora les pediría que presten atención a lo siguiente. –surge en nosotros el más profundo respeto por la antigua e instintiva Ciencia Iniciática que dio a las cosas que subsisten hasta el día de hoy su verdadero y propio nombre. Las designaciones que se acuñan hoy en día no producen más que confusión, ya que la erudición moderna es incapaz de nombrar las cosas de acuerdo con la realidad. Una observación sin prejuicios de la vida nos llenará de reverencia por los logros de la antigua Ciencia Iniciática. La antigua ciencia iniciática sabía por instinto algo que hoy es confirmado por las estadísticas, a saber, que las enfermedades de la infancia ocurren con mayor frecuencia en el primer período de la vida; es entonces cuando el ser humano es más propenso a enfermarse, e incluso a morir; después de la pubertad esta tendencia disminuye, pero el período más saludable de todos, el período en el que la mortalidad es más baja, es entre los siete y los catorce años. Los sabios de antaño sabían que esto se debe a las influencias de la esfera de Mercurio y hoy podemos hacer el mismo descubrimiento cuando, a través de la moderna Ciencia de la Iniciación, penetramos en los secretos de la existencia. Cosas así nos llenan de reverencia por estas tradiciones sagradas de la humanidad.

Al recordar nuestras experiencias desde el decimocuarto al vigésimo primer año y borrar las imágenes de la conciencia de la Inspiración, somos conducidos a los secretos de la esfera de Venus. Aquí nuevamente se hace evidente la maravillosa sabiduría de la antigua Ciencia iniciática. El ser humano llega a la pubertad; nace el amor. Cuando las imágenes de este período de la vida son iluminadas por la Ciencia Espiritual, se revelan los secretos de la esfera de Venus. Todo lo que ahora describo es parte del verdadero autoconocimiento que se desarrolla de esta manera.

Cuando las imágenes de las experiencias que ocurren entre los años veintiuno y cuarenta y dos de la vida son eliminadas en la conciencia de la Inspiración, somos conducidos a la esfera del Sol. A través de un autoconocimiento más profundo, se pueden experimentar los secretos de la esfera solar en esta contemplación retrospectiva de los acontecimientos de nuestra vida entre los años veintiuno y cuarenta y dos. Para conocer la existencia del Sol, nuestra visión debe abarcar un período tres veces más largo que el de los períodos relacionados con los demás cuerpos planetarios.

Les dije que el karma de cierta personalidad muy conocida en la historia se había formado principalmente en las esferas de Mercurio y Venus, y ahora comprenderán cómo se investigan tales cosas. Miramos hacia atrás, primero, al período de nuestra propia vida comprendido entre los 7 y 14 años, después al período comprendido entre los 14 y 21 años; cuando las imágenes han sido eliminadas en la conciencia de la Inspiración, se arroja luz sobre los secretos de la esfera de Mercurio y de la esfera de Venus. A través de esta iluminación percibimos cómo tal individualidad trabajó junto con los Seres de las Jerarquías superiores y con otras almas humanas, y cómo tomó forma su posterior encarnación terrenal en el siglo XIX.

Ahora bien, si la elaboración del karma ha tenido lugar principalmente en la esfera de Marte, la investigación es más difícil. Porque si el hombre alcanza la Iniciación antes de los 49 años, no le es posible mirar hacia atrás, al período de la vida que aquí se trata, es decir, el período comprendido entre los años cuarenta y dos y cuarenta y nueve. Debe haber cumplido los cuarenta y nueve años si quiere poder eliminar las imágenes de este conjunto particular de experiencias y penetrar los secretos de la esfera de Marte. Si la Iniciación se alcanza después de los cincuenta y seis años, es posible recordar el período comprendido entre los años cuarenta y nueve y cincuenta y seis de la vida, cuando toma forma el karma relacionado con la esfera de Júpiter. Y ahora estamos en el punto en el que los diversos conjuntos de acontecimientos se unen en un todo conectado.

No es hasta que el período comprendido entre los años cincuenta y seis y sesenta y tres pueda incluirse en esta visión retrospectiva que podremos examinar toda la gama de experiencias y hablar desde nuestro propio conocimiento interno. Entonces podremos contemplar los secretos profundamente significativos de la esfera de Saturno. Los karmas que se produjeron principalmente en la esfera de Saturno operan de maneras misteriosas para unir a los hombres nuevamente en el mundo. Para percibir todas estas conexiones a la luz de la propia Ciencia Iniciática  por supuesto, pueden explicarse y así volverse inteligiblespero para poder percibirlos con visión independiente y poder juzgarlas, es necesario haber alcanzado la edad de sesenta y tres años. Un ser humano aparece en alguna vida terrenal así, por ejemplo, hay cierto gran poeta del que hablaré más adelante y encontramos que a través de sus facultades, a través de sus creaciones literarias, estaba dando expresión a aquello de su karma que sólo podría haberse realizado en la esfera de Saturno.

Relaciones Kármicas. GA239c2, Vol VII. 8 de junio de 1924

Sobre Tronos en Marte; Querubines en Júpiter; Serafines en Saturno.

 Cuando miramos al Sol, al sistema planetario y lo mismo se aplica al resto de los cielos estrellados porque están conectados de una manera muy real con el ser humano podemos ser testigos de cómo el karma humano toma forma en el Cosmos. La Luna, los planetas Venus, Júpiter… en verdad, estos cuerpos celestes no son como los describe la astronomía física. En sus constelaciones, en sus relaciones mutuas, en su resplandor, en toda su existencia, son los constructores y moldeadores de los destinos humanos, son el reloj cósmico según el cual vivimos nuestro karma.

A medida que brillan desde los cielos, sus influencias tienen un poder real. Esto se sabía en los días de la antigua Sabiduría de los Misterios, pero la antigua Astrología, que era una ciencia puramente espiritual, preocupada por los fundamentos espirituales de la existencia, ha llegado a la posteridad en una forma degradada y amateur. Sólo la antroposofía puede aportar algo que nos permita percibir las conexiones espirituales tal como son realmente y comprender cómo, a través del gran reloj del destino, la vida humana en la Tierra se moldea de acuerdo con la ley.

Desde este punto de vista pensemos en el ser humano y su karma. Aquellos que con la ayuda de la Antroposofía desarrollen una concepción saludable del mundo frente a las opiniones erróneas que prevalecen hoy, se desarrollarán no sólo conceptos e ideas muy diferentes sino también sentimientos y percepciones muy diferentes. Ya ven, si realmente comprendemos el destino del hombre, también aprendemos a comprender los secretos del mundo de las estrellas, los secretos del Cosmos. Pero hoy en día la gente escribe biografías sin la menor sospecha de que realmente se está profanando algo en su forma de escribir. En tiempos en que el conocimiento se consideraba sagrado porque surgía de los Misterios, nadie habría escrito biografías como se acostumbra hoy. Cada “biografía” antigua contenía indicaciones de las influencias y secretos del mundo de las estrellas. En el destino humano podemos percibir, en primer lugar, el funcionamiento de los Angeloi, Archangeloi, Archai; después de Seres Solares aún más elevados, Exusiai, Dynamis, Kyriotetes; luego de los Tronos que se ocupan principalmente de la elaboración del karma en la esfera de Marte; siguen los Querubines que elaboran el karma propio de la esfera de Júpiter; y luego de los Serafines que trabajan junto con el hombre en la elaboración del karma en la esfera de Saturno: el karma de Saturno. En el destino del hombre, en su karma, contemplamos el funcionamiento de las Jerarquías Superiores. Este karma, al principio, es como un velo, una cortina. Si miramos detrás de este velo, contemplamos los hechos y las influencias de Angeloi, Archangeloi, Archai, Exusiai, Dynamis, Kyriotetes, Tronos, Querubines, Serafines. Todo destino humano es como un guión escrito en una hoja de papel.

Relaciones Kármicas.  GA239c2, Vol VII, 8 de junio de 1924

Sobre convertirse en hombre o mujer

Hay que hacer la debida preparación. Si el alma desea ser mujer, se acercará a la Tierra en el momento de la Luna Llena. Cuando nosotros, mirando desde la Tierra, vemos la Luna llena, el alma que se acerca desde el mundo espiritual la verá oscura. Ahora lo que el alma ve es, por supuesto, el aspecto espiritual de la Luna. Al verla oscura, el alma la ve “poblada”, por así decirlo, de ciertos seres. Y estos seres son los que prepararán el alma, para que, cuando venga a la Tierra, sea atraída por un cuerpo femenino. Por otro lado, cuando miramos desde la Tierra, vemos la Luna Nueva lo que significa que no podemos verla en absoluto- entonces el alma que desciende y ve la Luna desde el otro lado, la verá iluminada, verá la luz que irradia desde ella hacia el espacio cósmico es decir, por supuesto, lo espiritual en la luz. En este caso, el alma puede convertirse en hombre. Que reciba las fuerzas que la llevan a una encarnación masculina o femenina depende, como ven, de la manera en que el alma viaja a través de las esferas de las estrellas.

Las Esferas planetarias y su influencia en la vida del hombre en la Tierra y en los mundos espirituales,GA218c4, , Londres 12 de noviembre de 1922

Sobre el nacimiento y la época

Luego comenzamos a unirnos nuevamente, pasamos a través de las diferentes esferas hasta llegar a la esfera de Venus, nos contraemos y nos volvemos cada vez más pequeños hasta que llega el momento en que podemos unirnos nuevamente con un germen humano terrenal.

¿Qué clase de ser somos cuando nos unimos a este germen? Somos el ser que hemos descrito, pero hemos recibido en nosotros las fuerzas de todo el cosmos. Lo que recibimos durante el viaje de ida depende de hasta qué punto nos hemos preparado para él y nuestro karma se va formando de acuerdo con la forma en que hemos convivido con los seres humanos que hemos conocido durante la vida en la Tierra. Las fuerzas mediante las cuales se produce un ajuste en una nueva vida terrestre se construyen como resultado de haber estado junto a esos seres humanos después de la muerte. Que aparezcamos como seres humanos, que interiormente seamos capaces de tener karma imbuido de fuerzas cósmicas, depende del hecho de que recibimos fuerzas de todo el cosmos durante un cierto período entre la muerte y un nuevo nacimiento. Al nacer, un ser que se ha contraído hasta las dimensiones más diminutas, pero que ha atraído hacia sí las fuerzas de la amplia extensión del cosmos, se une al germen físico humano. Llevamos todo el cosmos dentro de nosotros cuando encarnamos nuevamente en la Tierra. Se puede decir que llevamos este cosmos dentro de nosotros en la forma en que puede unirse con la actitud que nosotros, de acuerdo con nuestra existencia terrenal anterior, habíamos traído con nosotros en nuestras almas en el viaje de ida cuando nos estábamos expandiendo hacia las esferas.

La vida entre la muerte y el renacimiento. GA140c5. Munich 26 de noviembre de 1912

Sobre saber estar en la esfera solar

Entre la muerte y el renacimiento todo depende del conocimiento del Ser. En la esfera del Sol el mayor peligro es tomar a Lucifer por el Cristo porque ambos usan el mismo lenguaje, por así decirlo, dan la misma enseñanza, y de ambos resuenan las mismas palabras. Todo depende del Ser. El hecho de que este Ser o aquel Ser esté hablando ese es el punto, no el contenido doctrinal, porque lo que importa son las fuerzas reales que pulsan en el mundo. En los mundos superiores, y sobre todo en lo que interviene en las esferas terrenales, sólo entendemos correctamente las palabras cuando sabemos de qué Ser proceden. Nunca podemos reconocer el rango de un Ser simplemente por la palabra, sino sólo por el conocimiento de toda la conexión en la que se encuentra el Ser. El ejemplo de las palabras de que los hombres son como los dioses es una confirmación absoluta de esto.

La vida entre la muerte y el renacimiento. GA140c5. 26 de noviembre de 1912

Sobre la constelación estelar de la muerte

Cuando una persona atraviesa la puerta de la muerte, muere bajo cierta constelación de estrellas. Esta constelación es importante para la vida posterior del alma porque permanece allí como una huella. En su alma permanece el esfuerzo de entrar en esta misma constelación en un nuevo nacimiento, de hacer justicia una vez más a las fuerzas recibidas en el momento de la muerte. Es un punto interesante que si uno calcula la constelación de la muerte y la compara con la constelación del nacimiento posterior, encuentra que coincide en alto grado con la constelación de la muerte anterior. Hay que recordar que la persona nace en otro lugar de la Tierra que corresponde con esa constelación. De hecho, está adaptado al cosmos, se integra en el cosmos y así se establece en el alma un equilibrio entre la vida individual y la cósmica.

La vida entre la muerte y el renacimiento. GA140c5.

Sobre la importancia de recibir el Misterio del Gólgota para después de la muerte y la próxima vida

En cierta etapa del período entre la muerte y un nuevo nacimiento contemplamos como una pintura cósmica externa lo que somos en nuestro ser más interno. No hay mejor pintor que estas fuerzas, y el firmamento después de la muerte está lleno de lo que realmente somos en corazón y mente. Contemplamos este panorama más íntimo del mismo modo que aquí en la Tierra contemplamos el firmamento de los cielos. Así tenemos un firmamento entre la muerte y un nuevo nacimiento, y permanece con nosotros. Está condicionado por si hemos recibido el Misterio del Gólgota en lo más profundo de nuestra alma en el sentido mencionado anteriormente, expresado en las palabras de San Pablo: «No yo, sino el Cristo en mí». Si experimentamos al Cristo dentro de nosotros, entonces tenemos la posibilidad durante nuestra existencia solar de experimentar en el mundo la imagen Akasha circundante al Cristo en Su forma más maravillosa, en Su gloria manifestada, como el elemento en el que vivimos y moramos. Este pensamiento no tiene por qué tener simplemente un significado egoísta. También puede tener un significado objetivo porque en nuestra existencia posterior esta imagen extendida vuelve a ser llevada al alma y desciende a nuestra siguiente encarnación. Como resultado, no sólo nos convertimos en mejores seres humanos, sino también en una mejor fuerza en la evolución de la Tierra.

Entonces, los esfuerzos que hacemos para transformar las fuerzas de nuestro corazón están íntimamente conectados con nuestras facultades en la próxima vida, y vemos la técnica que está en funcionamiento para transformar las fuerzas de nuestro corazón en un gran panorama cósmico, un firmamento cósmico entre la muerte y un nuevo nacimiento que después se incorpora nuevamente a nuestro ser, dándonos fuerzas más enérgicas que antes. Así, un proceso de fortalecimiento integral es el resultado del hecho de que contemplamos en el período entre la muerte y un nuevo nacimiento lo que hemos experimentado internamente en la vida.

La vida entre la muerte y el renacimiento. GA140c6. Munich, 26 de noviembre de 1912

Lucifer y Cristo significan las esferas de Marte, Júpiter y Saturno.

En la carta natal tenemos otro misterio más. El hombre se ha reunido, encarnado en un cuerpo físico al que llega a través de sus padres. Ha viajado tan lejos durante su expansión en el espacio cósmico que allí ha dejado constancia de sus características particulares. Mientras miramos desde la Tierra hacia arriba a los cielos, no sólo hay estrellas sino también nuestras características de encarnaciones anteriores. Si, por ejemplo, fuimos ambiciosos en vidas terrestres anteriores, entonces esta ambición queda registrada en el mundo estelar. Está registrado en la Crónica del Akasha, y cuando estás aquí en la Tierra, en un lugar particular, esta ambición llega a ti con el planeta correspondiente en una determinada posición y hace sentir su influencia.

Eso explica el hecho de que los astrólogos no se limitan a considerar las estrellas y sus movimientos, sino que te dirán que aquí está tu vanidad, ahí está tu ambición, tu fracaso moral, tu indolencia; algo que has inscrito en las estrellas está ahora trabajando desde los mundos estelares hacia la Tierra y determina tu destino.

La vida entre la muerte y el renacimiento.  GA140c7.

Ley moral interna/Estrellas sobre la misma ley

Entre la muerte y el renacimiento estamos esparcidos por los reinos estelares y recibimos sus fuerzas en nosotros mismos, y durante nuestra vida en un cuerpo físico las fuerzas que hemos reunido están activas dentro de nosotros como impulsos morales. Mirando hacia los cielos estrellados podemos decir que habitamos entre las fuerzas que están activas allí durante el período entre la muerte y el renacimiento. Esto ahora se convierte en el principio rector de nuestra vida moral. Los cielos estrellados fuera de la ley moral interior son una y la misma realidad. Constituyen dos caras de esa realidad. Experimentamos los reinos estrellados entre la muerte y el renacimiento, y la ley moral entre el nacimiento y la muerte.

La vida entre la muerte y el renacimiento. GA140c12. 12 de marzo de 1913

Imperfecciones inscritas

Es importante comprender que nuestras imperfecciones, especialmente aquellas que no necesariamente fueron inevitables, están inscritas en la esfera de la Luna. No se debe pensar que en todas las circunstancias tal inscripción sea algo espantoso. En cierto sentido, puede ser de gran valor y significación. Hablaremos en un momento del significado y propósito de estas inscripciones en la Crónica del Akasha. Primero hay que enfatizar que a medida que la persona se expande a otras esferas, todas sus imperfecciones quedan allí inscritas. Se expande desde la esfera de la Luna hacia la esfera de Mercurio; Hablo enteramente desde el aspecto del ocultismo, no desde el de la astronomía ordinaria. Algo está inscrito por él en todas las esferas, en la esfera de Mercurio, en la esfera de Venus, en la esfera del Sol, en la esfera de Marte, en la esfera de Júpiter, en la esfera de Saturno e incluso más allá.Sin embargo, la mayoría de las inscripciones se hacen dentro de la esfera del Sol, porque, como escuchamos en la conferencia anterior, aparte de la esfera del Sol el hombre tiene principalmente que ajustar asuntos que no se dejan a su propia discreción individual.

La vida entre la muerte y el renacimiento. GA140 Munich 26 de noviembre de 1912

Expansión y Contracción hasta el Nacimiento a través de Esferas

Primero hay que enfatizar que a medida que la persona se expande a otras esferas, todas sus imperfecciones quedan allí inscritas. Se expande desde la esfera de la Luna hacia la esfera de Mercurio; Hablo enteramente desde el aspecto del ocultismo, no desde el de la astronomía ordinaria. Algo está inscrito por él en todas las esferas, en la esfera de Mercurio, en la esfera de Venus, en la esfera del Sol, en la esfera de Marte, en la esfera de Júpiter, en la esfera de Saturno e incluso más allá. Sin embargo, la mayoría de las inscripciones se hacen dentro de la esfera del Sol, porque, como escuchamos en la conferencia anterior, fuera de la esfera del Sol el hombre tiene principalmente que ajustar asuntos que no se dejan a su propia discreción individual.

Así, después de haber desechado más o menos completamente lo que todavía lo atrae a la Tierra, el hombre viaja a través de las esferas planetarias e incluso más allá de ellas. El contacto así establecido con las fuerzas correspondientes le proporciona lo que necesita en su evolución entre la muerte y un nuevo nacimiento. Cuando hablé en la última conferencia sobre el contacto del hombre con las Jerarquías Superiores y la recepción de los dones que éstas le otorgan, me refería a lo mismo que decir que su ser se expande hacia el cosmos. Cuando se ha completado la expansión, se contrae nuevamente hasta que se vuelve lo suficientemente diminuto como para unirse como una semilla espiritual con lo que proviene de los padres. Este es de hecho un misterio maravilloso. Cuando el ser humano atraviesa la puerta de la muerte, él mismo se convierte en una esfera en constante expansión. Sus potencialidades anímico espirituales se expanden. Se convierte en un ser gigantesco y luego se contrae nuevamente. Lo que tenemos dentro de nosotros, de hecho, se ha contraído del universo planetario. Literalmente llevamos dentro de nosotros lo que hemos vivido en el mundo planetario.

La vida entre la muerte y el renacimiento. GA140c8.

Carta Natal y Aspectos Planetarios/Relaciones

Cuando en astrología determinamos las posiciones de los planetas y también sus posiciones relativas a las de las estrellas fijas, se da alguna indicación de lo que nosotros mismos hemos inscrito. Los planetas exteriores son en este caso un factor menos importante. Lo que realmente tiene un efecto sobre nosotros es lo que nosotros mismos hemos inscrito en las distintas esferas. He aquí la verdadera razón por la cual las constelaciones planetarias tienen un efecto sobre la naturaleza humana. Es porque en realidad pasa a través de las diversas esferas planetarias. Cuando la Luna mantiene cierta relación con Marte y con alguna estrella fija, esta constelación funciona como un todo. Es decir, la cualidad de Marte, la Luna y la estrella fija trabajan en conjunto sobre el hombre y producen lo que esta influencia combinada es capaz de lograr.

Entonces es realmente la herencia moral depositada por nosotros entre la muerte y el renacimiento la que aparece nuevamente en una nueva vida como una constelación estelar en nuestro karma. Ésa es la base más profunda de la conexión entre la constelación estelar y el karma del hombre. Así, si estudiamos la vida de un hombre entre la muerte y un nuevo nacimiento, percibimos cuán significativamente está conectado con todo el cosmos.

La vida entre la muerte y el renacimiento. GA140c13,  12 de marzo de 1913

Sobre Da Vinci (Relación con similares históricos de Willi Sucher)

Leonardo da Vinci. Es un espíritu de grandeza y universalidad igualado por pocos en la Tierra, pero comparado con lo que pretendía, sus verdaderos logros en el mundo exterior quedaron incompletos en muchos aspectos. De hecho, ningún hombre de similar eminencia dejó tantas cosas sin terminar como Leonardo da Vinci. La consecuencia de esto fue que una cantidad colosal fue inscrita por él en la esfera de la Luna, tanto que a menudo uno se ve obligado a exclamar: «¡Cómo es posible que todo lo que está inscrito allí haya alcanzado la perfección en la Tierra!»… Luego se descubre que las imperfecciones inscritas actuaron como inspiraciones en las almas de los sucesores de Leonardo, en las almas de los hombres que vivieron después de él.

Las imperfecciones de una época anterior son aún más importantes para la época siguiente que sus perfecciones. Las perfecciones están ahí para ser estudiadas, pero lo que ha sido elaborado hasta cierto grado de perfección en la Tierra ha llegado, por así decirlo, a su fin, ha llegado a una conclusión en la evolución. Lo que no ha sido perfeccionado es la semilla del siguiente proceso evolutivo divino. Aquí llegamos a una paradoja notable y magnífica. La mayor bendición para un período posterior es la imperfección fructífera, la imperfección fructífera y justificable de un período anterior. Lo que se ha perfeccionado en una época anterior está ahí para disfrutarlo. La imperfección, sin embargo, originada en grandes hombres cuyas influencias han permanecido para la posteridad, contribuye a promover la actividad creativa en el período siguiente.

La vida entre la muerte y el renacimiento. GA140c8.

Sobre las estrellas y el cuerpo etérico después de la muerte

Así también el cuerpo etérico se expande hacia el Cosmos después de la muerte; después de unos pocos días ya no está allí. La sabiduría iniciática muestra que esto sólo puede durar unos pocos días. Porque por Iniciación somos capaces por así decirlo, artificialmente hacer uso del cuerpo etérico incluso durante la vida terrenal. Aunque permanece en el cuerpo físico, podemos ignorar este último y utilizar el cuerpo etérico como tal. De inmediato tenemos el panorama de nuestra vida terrena hasta un momento dado. Sin embargo, al mismo tiempo vemos lucir y brillar en nuestro cuerpo etérico un reflejo del Gran Universo. Todos los Cielos estrellados están allí en el cuerpo etérico. De hecho, nunca puedes ver el cuerpo etérico aparte del físico sin que te muestre de inmediato el mundo estrellado en todas partes: los planetas y las estrellas fijas también. Son los planetas y las estrellas fijas los que por fin reciben nuestro cuerpo etérico.

Las Esferas planetarias y su influencia en la vida del hombre en la Tierra y en los mundos espirituales. GA218c6, 19 de noviembre de 1922

Sobre la esfera lunar y el ser que posee nuestro karma

Estas fuerzas espirituales a la vez de muerte y nacimiento, como hemos visto son fuerzas lunares y en ellas se mezcla todo lo que el ser humano muerto, a lo largo del camino desde el nacimiento hasta la muerte, acumuló a través de poderes morales, valores morales. ¿Has sido bueno de alguna manera? En la esfera de estas fuerzas de la Luna y la muerte encontrarás, por así decirlo, un ser específico, imbuido de la fuerza interior que se deriva de tu bondad. Sin embargo, el mismo ser está imbuido de todo lo que se deriva de tu maldad. Es un ser que nosotros mismos engendramos, todo el tiempo, mientras vivimos en la Tierra. Sin darnos cuenta de ello como lo estamos en nuestra conciencia normal, lo llevamos en nosotros. Lo dejamos todas las noches cuando dormimos, porque en efecto esta entidad permanece en el cuerpo físico cuando salimos de él mientras dormimos. ¿Les dije, verdad, que nuestros sentimientos morales y religiosos quedan atrás mientras duermen en el cuerpo físico y etéreo? También allí queda este ser real que nosotros mismos engendramos durante la vida terrenal el portador de nuestro Karma. Este ser ahora permanece con nosotros después de la muerte mientras estemos en el reino de las fuerzas de la Luna. De hecho, precisamente porque este ser nos mantiene en medio de las fuerzas lunares, es decir, en las proximidades de la Tierra, durante la primera vez después de la muerte estamos obligados a permanecer conectados con estas fuerzas lunares y con nuestro propio Karma, tanto para que volvamos a vivir todas las acciones que hicimos en la Tierra desde el nacimiento hasta la muerte. Tenemos que vivirlos nuevamente en una forma de ser espiritual, tres veces más rápido que en la Tierra.

GA218. Las Esferas planetarias y su influencia en la vida del hombre en la Tierra y en los mundos espirituales

Revisión de la existencia espiritual después de la vida

Y cuando por fin hayas llegado al nacimiento, sólo quedará contigo el “recuerdo” de ello. Es como si en este momento tuvieras que dejar a un lado otro cuerpo más. Solemos decir que dejamos a un lado el cuerpo astral.

Lo que sucede en realidad es que la acción viva en la que hasta ahora estabais inmersos se transforma ahora para vosotros en una imagen mental, sólo que es una conciencia propia de las estrellas la que lo piensa, mientras que aquí en la Tierra pensaba una conciencia terrenal.
A medida que emprendas ahora tu camino hacia el mundo espiritual, vivirás con los Seres cuyo refulgimiento físico es el Sol, la Luna y las Estrellas. Con los Seres espirituales de las Estrellas ahora viviréis. Además, en esta vida entre las Estrellas llevas contigo el recuerdo de la entidad Kármica que tuviste que dejar a un lado con tu cuerpo astral. Una vez más, “dejar de lado” no significa otra cosa que que la vida en la que estábamos inmersos y en la que estábamos inmersos activamente no es más que un recuerdo para nosotros ahora, un recuerdo que nosotros, como Hombre cósmico, llevamos con nosotros. Cargados con este recuerdo, el legado de nuestra vida terrenal, avanzamos hacia un mundo puramente espiritual.

Las Esferas planetarias y su influencia en la vida del hombre en la Tierra y en los mundos espirituales, GA218c6

Sobre la capacidad futura de entregar nuestro cuerpo a alguien a quien hemos dañado y asumir su cuerpo como un acto kármico de amor

A través del liderazgo actual de Micael, el hombre aprenderá ahora a tomar una decisión muy importante en el momento en que ya ha asumido su Karma lo ha llevado a su nuevo cuerpo etéreo pero todavía está emprendiendo el camino hacia lo físico. Con la creciente difusión del conocimiento espiritual en la Tierra y con la creciente experiencia del hombre dentro de sí mismo del amor humano universal, surgirá para la humanidad la siguiente posibilidad en los tiempos venideros. Cuando esté a punto de descender a una próxima vida terrenal, el hombre podrá decirse a sí mismo: ‘Éste es el cuerpo que he estado preparando; sin embargo, habiéndolo enviado a la Tierra y habiendo recibido ahora mi Karma en el cuerpo etéreo que he extraído del Cosmos, veo cómo es este Karma. Por algo que hice en vidas anteriores, veo que he herido gravemente a otro ser humano. Porque siempre corremos el peligro de herir a otros con las cosas que hacemos. La luz del juicio sobre lo que le hemos hecho a otro hombre será particularmente vívida en este momento en el que todavía vivimos sólo en nuestro cuerpo etérico, sin habernos revestido todavía del físico. Aquí también en el futuro actuarán la luz de Mikael y el amor de Cristo. Y entonces podremos cambiar nuestra decisión, es decir, darle al otro el cuerpo que hemos estado preparando, mientras nosotros tomamos el cuerpo que él preparó y a quien hemos herido.

Tal es la poderosa transición que tendrá lugar de ahora en adelante en la vida espiritual de los hombres. Nos será posible, por decisión propia, entrar en el cuerpo preparado forzosamente por otra alma humana a la que una vez hicimos grave daño; él, por otro lado, podrá entrar en el cuerpo que hemos preparado. Lo que seamos capaces de lograr en la Tierra traerá consigo una compensación kármica de una manera muy distinta a la hasta ahora. Nosotros, los seres humanos, podremos incluso intercambiar nuestros cuerpos físicos.

De hecho, la Tierra nunca podría alcanzar su objetivo si esto no sucediera; la humanidad nunca crecería hasta convertirse en un todo único.

Las Esferas planetarias y su influencia en la vida del hombre en la Tierra y en los mundos espirituales.  GA218c6

Sobre el corazón etérico y las fuerzas cósmicas en la encarnación y después de la muerte

Así podemos decir verdaderamente (y al decirlo marcamos un acontecimiento real en el interior del ser humano): a partir de la pubertad toda la actividad del hombre se inserta, a través del cuerpo astral, en su corazón etérico –y en lo que ha crecido– de las imágenes estelares, de las imágenes del cosmos.

Este es un fenómeno de incalculable importancia. Porque, queridos amigos, tenemos aquí una unión con el cosmos de lo que el hombre hace en este mundo. En el corazón, en lo que respecta al universo etérico, tenéis un cosmos reunido en el centro; mientras que al mismo tiempo, en lo que respecta al astral, tenéis una reunión de todo lo que el hombre hace en el mundo. Este es el punto donde el cosmos (el proceso cósmico) se une al karma del hombre.

Esta íntima correspondencia del cuerpo astral con el cuerpo etérico no se encuentra en ninguna parte del organismo humano excepto en la región del corazón. Ahí, en verdad, ahí está. El hombre ha traído consigo al nacer una imagen del universo en su cuerpo etérico, y el universo entero, que está dentro de él como esencia, recibe todo lo que hace y se impregna de ello. Mediante este constante encuentro –esta impregnación mutua– se brinda la oportunidad a lo largo de la vida humana de que las acciones humanas sean inculcadas en la esencia de las imágenes del cosmos.

Después, cuando el hombre cruza el portal de la muerte, esta estructura etéreo-astral –en la que flota el corazón, por así decirlo– contiene todo lo que el hombre lleva consigo a su posterior vida anímico espiritual donde ha dejado de lado las formas física y etérica.

Ahora, a medida que se expande cada vez más en espíritu, puede entregar todo su karma al cosmos, porque la sustancia de todo el cosmos está contenida dentro de él; se reúne en su corazón, en el cuerpo etérico de su corazón. Vino del cosmos y se transformó en esta entidad etérica, luego unifico como una esencia en el corazón y ahora tiende a regresar al cosmos una vez más.

El ser humano se expande hacia el cosmos. Es recibido en el mundo anímico. Pasa por lo que describí en mi libro Teosofía, como el paso a través del mundo de las almas y después atraviesa Tierra de los Espíritus.

En verdad es así. Cuando consideramos la organización humana en su devenir, podemos decirnos: en la región del corazón se produce una unión del cosmos con el reino terrenal, y de esta manera el cosmos, con su configuración cósmica, es llevado a nuestro cuerpo etérico. Allí se prepara para recibir todas nuestras acciones, todo lo que hacemos en la vida. Después salimos nuevamente hacia afuera, junto con todo lo que se ha formado dentro de nosotros a través de esta íntima impregnación de lo etéreo cósmico con nuestras propias acciones humanas. Así entramos nuevamente en una nueva existencia cósmica, habiendo atravesado el portal de la muerte.

Así hemos descrito ahora de forma muy concreta cómo el ser humano vive su camino hacia su cuerpo físico y cómo puede salir de él nuevamente, porque sus acciones le han dado la fuerza para mantener unido lo que primero había formado dentro de él como una esencia del cosmos.

El corazón humano. GA212. Dornach, 26 de mayo de 1922

El problema de Fausto

Se tiene una idea bastante equivocada y materialistamente sesgada si se imagina que en la mujer ya están formadas todas las fuerzas que conducen al embrión físico humano. Eso no es así. Se produce un funcionamiento de las fuerzas cósmicas de las esferas; En la mujer actúan las fuerzas cósmicas. El embrión humano es siempre resultado de la actividad cósmica. Lo que en la ciencia natural materialista se describe como célula germinal se produce en cierta medida únicamente a partir de la madre, pero es una contraparte de la gran célula germinal cósmica.

Conferencia sobre Las Madres, GA273, 2 de noviembre de 1917. de 12 conferencias variadas 1916-1919

continúa: Heliocéntrico

Traducido y editado por Gracia Muñoz en octubre de 2023

Esta entrada fue publicada en Planetas.

2 comentarios el “Apéndice I. Biografía humana: lecturas

Replica a Hablando a las Estrellas « La Cocinera de Matrix VK Cancelar la respuesta