Jonathan Hilton – 3 de enero de 2016

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La imagen de esta semana es Saturno en Escorpio, muy cerca de la estrella Antares, el corazón de Escorpio. Marte se acerca y parece estar en las garras de Escorpio. Sin embargo, astronómicamente, todavía se encuentra en las estrellas fijas de Libra. En la antigüedad, Libra no existía, pero en nuestra época, tiene una importancia primordial. Sin embargo, este tema y el zodíaco detrás de los planetas nos desviarían del enfoque de hoy.

En las últimas semanas, nuestras publicaciones breves y los artículos del sitio web se han centrado en los objetivos futuros de la humanidad y en el planeta Júpiter. Saturno es la otra gran contraparte celeste de Júpiter. En las próximas semanas, exploraremos la relación entre estas dos grandes esferas, particularmente a la luz de su actual relación de CUADRATURA entre sí, mientras se preparan para encontrarse en una Gran Conjunción en diciembre de 2020.

Entonces… ¿qué hay de Saturno? Saturno es esa gran esfera, el más externo de los planetas clásicos, que lleva la memoria del «inicio» de la evolución humana. Los griegos lo veían como Cronos (el Padre Tiempo), generalmente representado como un anciano blandiendo la guadaña.

Esta imagen severa y segadora de Saturno refleja su labor de insistir en que el pasado sea respetado y que el karma se cumpla. Saturno es la expresión de la ley divina, asegurando la continuidad del patrón divino creado desde el principio. Esta esfera puede verse como una expresión de las fuerzas del Padre Divino, el fundamento de todo ser y, por lo tanto, como una especie de conciencia histórica cósmica que nos recuerda siempre la ley del Padre. Así como Júpiter es la expresión de los Kiriótetes, la sabiduría creativa llena de vida y, en cierto sentido, del Hijo, nacido del Padre, Saturno es la expresión de los Tronos (los Espíritus de la Voluntad), cuyo sacrificio inicial de su propia sustancia volitiva se convirtió en la sustancia de la que nació nuestro cosmos. Saturno también posee este poder de sacrificio, como en el sentido del Padre sacrificando a su Hijo. De esta esfera surgen las intenciones de aquellos seres humanos, a menudo grandes benefactores de la humanidad, que se sacrifican para servir a los objetivos superiores de la humanidad, la voluntad del Padre, tal como dijo Cristo: «No se haga mi voluntad, sino la tuya».

Desarrollaremos estas imágenes fragmentarias de Júpiter y Saturno a medida que profundicemos en este tema.

Ver más: Willi Sucher: Isis Sophia I, p.4 y El Cristianismo Cosmico p.65-65

Traducido por Gracia Muñoz en diciembre de 2025