«La Casa y la Puerta Olvidada»

Relato de Gracia Muñoz basado en un sueño muy recurrente.

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Había una vez una mujer que vivía en una casa que conocía al detalle. Cada rincón le era familiar: las ventanas por donde entraba la luz de la mañana, la madera que crujía al atardecer, los objetos que hablaban de sus días vividos.

La casa, con sus techos y sus paredes silenciosas, era como su alma: habitada, amada, conocida. O eso creía.

Una noche —una de esas noches en que los sueños se vuelven más reales que la vigilia— se encontró caminando por el pasillo del fondo, donde rara vez iba. Allí, medio cubierta por una estantería olvidada, vio algo que la detuvo: una puerta que nunca antes había visto. No era nueva, no brillaba, pero tenía algo sutil que la llamaba.

Sin pensarlo demasiado, giró el picaporte. Crujió, como si no se abriera desde hacía muchos años. Al otro lado, encontró una sala amplia, silenciosa, envuelta en un polvo que parecía guardar secretos antiguos. La luz entraba por una pequeña claraboya, tímida pero dorada, como una caricia.

La mujer sintió una oleada de emoción: ese espacio le pertenecía. No sabía por qué ni desde cuándo, pero era suyo. Había sido parte de su casa todo el tiempo. Solo que ella no lo recordaba.

Caminó por las habitaciónes vacías. Sus pasos resonaban como los latidos de un corazón que despierta. En su mente comenzaron a surgir ideas: aquí pondría una mesa para escribir, allá una alfombra para descansar, y junto a la pared… plantas, muchas plantas.

No se sentía perdida, sino hallada. Como si una parte de sí misma, oculta bajo capas de tiempo y costumbre, hubiera salido al encuentro.

Esa noche despertó con una sonrisa. Sabía que nada volvería a ser igual. Había encontrado un lugar dentro de sí que estaba esperando ser amado.

Desde entonces, cada día, al cerrar los ojos, volvía a esa habitación. La limpiaba con su pensamiento, la adornaba con sus sueños. Y poco a poco, aquella extensión olvidada se convirtió en el espacio más vivo de su alma.

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3 comentarios el “«La Casa y la Puerta Olvidada»

  1. Avatar de Nancy Alanís Nancy Alanís dice:

    Muchas gracias por tu bello relato querida Gracia!

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