Micael y Marte

Por Jonathan Hilton – Astrosophy.com – (Septiembre 2020)

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Este artículo abordará un tema cosmológico en este tiempo de Michael que presenta una configuración planetaria de suma importancia para los próximos dos meses durante esta temporada de Michael. Está directamente relacionada con nuestros esfuerzos por asumir el trabajo de Michael en nuestro tiempo, que es el trabajo de reconocer y cultivar nuestra humanidad universal y el esfuerzo por traer un nuevo pensar acerca del conocimiento espiritual, a la oscuridad de nuestro tiempo y bajo la actual cosmovisión materialista.

Debemos estar agradecidos a Rudolf Steiner por dar a conocer la realidad de este importante ser espiritual que es el Espíritu de nuestro Tiempo, llamado Micha-el.

En ningún otro movimiento espiritual se expresa con tanta claridad sobre este Ser central de nuestro tiempo. Es uno de los siete Espíritus del Tiempo, cada uno de los cuales aporta un impulso diferente a la humanidad, y cada uno rige durante unos 350 años.

La era de Michael comenzó en 1879 y continuará hasta alrededor de 2233. Su temporada en el ciclo del año comienza con las lluvias de meteoros Perseidas a mediados de agosto y hasta octubre. Su actividad es un tema central para gran parte del trabajo de Rudolf Steiner y la tarea de la antroposofía. De hecho, se puede decir que fue Steiner quien fundó la Escuela de Michael en la Tierra. Algunos de los pensamientos más profundos de Steiner sobre Micael fueron escritos desde su lecho de muerte en las primeras horas de la mañana durante los últimos seis meses de su vida en 1924-1925, como las Cartas a los Miembros, que se publican en una colección llamada El misterio de Michael y se consideran “una guía humana para el Siglo XXI”.

En los tiempos actuales de Covid, cuando el miedo, la desconfianza y la incertidumbre se extienden a nivel mundial, unirnos con el trabajo de Micha-el es aún más importante para nuestra comprensión de cómo ser ahora y cómo enfrentar estos desafíos. La configuración planetaria actual que abordaré es fundamental para responder estas preguntas.

Para poder comprender esta configuración, primero retrocedamos y miremos nuestro mundo con una mirada más abarcadora, que incluya una comprensión profunda sobre el ciclo del año, así como la actividad de las inteligencias cósmicas que se expresan en las estrellas y planetas alrededor nuestro. Una vez leí, pero no recuerdo dónde, que Steiner comparó nuestra visión materialista del mundo, que sólo examina el mundo material físico, como si fuera una mosca que se arrastra sobre un cuadro de Rafael. Solo expandiendo nuestra conciencia a la “gran pintura” podremos comenzar a comprender los acontecimientos actuales en el mundo.

Platón dijo: «El Alma del Mundo se extiende a través de la Tierra en forma de cruz». La cruz es, por supuesto, una poderosa representación de la existencia humana que se aplica a muchos niveles, desde el físico hasta el espiritual, incluyendo el evento histórico que cambió el mundo, el del Cristo en la cruz de la muerte. La declaración de Platón refleja una verdad profunda de nuestra existencia en la Tierra. La cruz es una forma que representa el número cuatro. Este es el número del espacio, que es nuestra condición actual de conciencia. Vivimos en la biosfera, el mundo de los sentidos, el reino físico/material. Nuestra cruz de Tierra está formada por los cuatro puntos cardinales de norte, sur, este, oeste y de los cuatro elementos de Tierra, aire, agua, fuego. Nuestra condición humana actual es la de un ser humano cuádruple compuesto de un yo físico, etérico, astral y terreno. Este cuádruple ser humano es la culminación de la primera mitad de la evolución humana terrestre, llamada la mitad de la evolución de Marte, y de hecho la esfera de Marte, incluso en sus formas, es la esfera de lo cuádruple, el cuadrado. Pero como veremos en este artículo, nuestro desafío ahora es despertar el Yo Superior en nosotros para desarrollar los miembros superiores de nuestra naturaleza a través del poder del YO SOY Crístico obrando en nosotros. Esta trinidad de nuestra naturaleza superior, a veces llamada el Triángulo Dorado, es la trinidad del Yo Espiritual, el Espíritu de Vida y el Hombre Espíritu. Esta será la tarea del presente y del futuro: transformar la cuadruplicidad humana de Marte en el séptuple futuro hombre espiritual. En estos tiempos comenzamos con el despertar del Yo Superior en nosotros a través de la transformación de nuestra naturaleza astral y nuestro yo inferior terrenal. Esto está íntimamente relacionado con la tarea de Michael.

Esta forma cuádruple de la cruz de la Tierra, así como su transformación en los siete, puede extenderse más allá del mundo físico y hacia lo que podríamos llamar el mundo del tiempo. Esta experiencia del tiempo se manifiesta en la biosfera, en el ciclo de vida estacional del año y está marcada por los cuatro puntos de transición de las estaciones: los equinoccios y solsticios. Estos cuatro puntos de transición no son visibles en el espacio, pero se calculan en base al movimiento aparente del Sol en relación con la Tierra.

Este círculo del movimiento del Sol a través de estos cuatro puntos se puede dividir aún más en una octava más alta: el zodíaco de 12 niveles, que se podría decir que está dividido en una triplicidad de cuatro (3 x 4 = 12).

Si tomamos la primavera como punto de partida, el primero de los cuatro puntos del eje, este, marca el momento en que el Sol cruza el gran ecuador celeste y se mueve hacia el zodíaco superior o luminoso. Entra en el signo de Aries. En el equinoccio de otoño, el Sol pasa nuevamente a través del ecuador celeste y cruza hacia el zodíaco inferior u oscuro de los signos. Este es el signo de Libra. Los solsticios marcan el eje vertical de la gran cruz del año como los equinoccios marcan el eje horizontal. Sin embargo, como veremos, estos «signos» del zodíaco creados por el punto vernal no son los mismos que las verdaderas estrellas del zodíaco que nos llevan a un nivel más elevado del alma/espíritu. Los signos son más bien un zodíaco de la esfera de la vida relacionada con este ciclo estacional creado por el Sol y la Tierra.

En la antigüedad podemos encontrar cómo estos puntos de la naturaleza eran la base de una vida espiritual rítmica en armonía con la naturaleza. Rudolf Steiner habla extensamente sobre esto en sus conferencias tituladas El ciclo del año, donde explica cómo el Yo solar trabajó desde afuera sobre la humanidad antigua, y como esto se refleja en los festivales religiosos de la naturaleza. Sin embargo, desde el evento del punto de inflexión de los tiempos, la encarnación del Logos en la Tierra, ha tenido lugar un gran cambio en esta esfera de la vida. Este ciclo puramente estacional de fiestas religiosas de la naturaleza ha sido reemplazado por las fiestas Crísticas del año, de las que hay siete. El Cuatro, el número del espacio, se ha convertido ahora en Siete, el número del tiempo y la vida. En esta transformación del cuatro de la naturaleza en los siete eventos Crísticos, podemos encontrar la fuerza de Resurrección que ha entrado en la esfera de la vida de la Tierra. De la cruz de la naturaleza emergen ahora las siete rosas, por así decirlo, de las fiestas Crísticas y de la nueva vida para el Alma del Mundo. Cuatro de estos eventos Crísticos están aproximadamente alineados con la cruz de la naturaleza, pero no exactamente. Hay una brecha entre los puntos de la naturaleza, los puntos externos del Sol de los solsticios y equinoccios, y estos acontecimientos Crísticos. La cruz se reconfigura dentro de la totalidad de los siete. Así como hubo tres días entre la cruz de la muerte en el Gólgota y la Resurrección, o podríamos decir la fundación del nuevo Sol / Tierra espiritual, hay tres días entre los solsticios y las fiestas Crísticas. San Juan es el 24 de junio y la Navidad es el 24/25 de diciembre. Con el eje horizontal hay aún más divergencia ya que la Pascua no está ligada solo al equinoccio, sino a un ritmo particular entre el Sol, la Luna y las estrellas y por lo tanto varía, aunque siempre es posterior al equinoccio. El día de Michael se encuentra aproximadamente opuesto a la Pascua, pero se fija el 29 de septiembre después del equinoccio de otoño.

Podemos continuar estos ejes hacia una dimensión anímico/espiritual superior, y extenderlos hacia lo no espacial y lo no temporal como una dinámica de lo vertical y lo horizontal en el alma y los reinos espirituales de la conciencia o del ser. Esto nos llevará a nuestro tema para esta presentación. Cuando nos movemos fuera de lo Terrenal, debemos darnos cuenta de que nos movemos fuera de las limitaciones del espacio y la conciencia ligada al espacio. En este reino también nos movemos más allá de los signos que todavía están ligados a lo Terrenal y su vida entretejida con el Sol. Si extendemos estos ejes, llegamos a las estrellas fijas del cosmos entre los que viven los planetas. Aquí también estos ejes son una especie de guía, ya que, como señala la astronomía, este punto del equinoccio de primavera (y por lo tanto la forma de cruz) no es estacionario, sino que se mueve a lo largo del telón de fondo de las constelaciones de estrellas. Cada 72 años –aproximadamente- retrocede alrededor del zodíaco de las estrellas, tardando unos 2160 años en atravesar una constelación y finalmente creando el gran ciclo cósmico del Año Platónico o Día Mundial con una rotación completa. Esto no se puede profundizar ahora. Si consideramos que cada una de las doce constelaciones representa una perspectiva diferente del mundo espiritual, entonces este movimiento astronómico a través de una constelación define la naturaleza anímico espiritual de la evolución de la conciencia humana de una era a la siguiente. Así, el equinoccio de primavera durante la época de los griegos y romanos, que incluye la encarnación de Cristo, fue en las estrellas del Carnero o Aries. Ahora está en las estrellas de los Peces o Piscis. Esto significa que el equinoccio de otoño ahora se encuentra en las estrellas de Virgo, la Virgen. De esta manera, podemos ver que las constelaciones de estrellas reales como esferas espirituales más elevadas de la conciencia, pueden proporcionarnos una comprensión más profunda de las tareas de nuestra era, la Era de Piscis.

Para llegar a esta comprensión, debemos dejar nuestra conciencia física objetiva y entrar en una conciencia superior, que comienza con la imaginación, – me refiero al significado antroposófico de la imaginación-, que está conectado con la transformación del pensamiento. No es una fantasía personal, sino una imagen que se forma a partir de una percepción objetiva de la naturaleza espiritual de estas esferas. Hoy usaremos dos portales imaginativos o «pictóricos» para acercarnos a estos reinos estelares de conciencia y comprender la configuración actual. Uno es a través de los símbolos o jeroglíficos que se utilizan. El otro es a través de las mitologías asociadas con ellos, que han derivado del conocimiento iniciático del pasado. A diferencia de lo que nos dice la astronomía materialista, estas imaginaciones de las constelaciones no fueron creadas por personas primitivas sentadas junto a sus fogatas e inventando historias sobre las estrellas para entretenerse. Estas historias son de la época que Rudolf Steiner llama la conciencia mitológica, que precedió a nuestra conciencia objetiva actual. Pero, como corresponde para nuestra época del alma consciente cuando ahora debemos pensar por nosotros mismos, las imágenes y las historias serán como una herramienta para nuestra nueva capacidad de percepción y comprensión espirituales. En épocas anteriores, las imágenes hablaban por sí mismas como los cuentos de hadas le hablan a un niño pequeño, sin necesidad de interpretación. Ahora debemos ingresar a las historias con una nueva forma de pensar.

Entonces, retomemos el tema de este artículo, que es la actividad planetaria que ahora ocurre a lo largo del eje Piscis/Virgo, el eje horizontal que está conectado con la época de Micael. Sin embargo, esta configuración está íntimamente relacionada con el eje vertical que pasa por las Constelaciones del Arquero y los Gemelos y que actualmente tiene una configuración de cambios en el mundo, que he abordado en artículos anteriores sobre el encuentro de Plutón, Saturno y Júpiter en el Arquero.

Estos se pueden encontrar en mi sitio web

https ://www.astrosophy.com/currentarticles

Esta configuración del eje vertical no la podremos analizar hoy, pero escribiré un artículo para profundizar en esta actividad cosmológica. Pero como una indicación por ahora, este eje vertical está profundamente relacionado con la cuestión de nuestro Ser, nuestro Yo en muchas dimensiones. En los Gemelos, tenemos la polaridad de lo Divino arriba y lo Terrenal abajo, una imagen de jerarquía, que se podría decir que tiene más una cualidad externa evolutiva. El Arquero es más una imagen de la dualidad dentro del alma humana y el esfuerzo y los desafíos para realizar el verdadero yo. Es el proceso de transformación del yo terrenal, la imagen del cuerpo animal del Centauro del que va a emerger nuestro yo superior. En este eje viven las grandes preguntas: ¿qué somos como seres humanos? ¿Quién soy yo como yo? La rara y poderosa configuración planetaria a lo largo de este eje vertical ahora está creando una experiencia catártica y revolucionaria para despertarnos a esta pregunta de una manera profunda e incluso dolorosa. Esto se ha abordado con más detalle en los artículos mencionados anteriormente.

Esto nos lleva a la configuración actual que está íntimamente relacionada con la configuración anterior y la actual crisis humana del otoño.

El 9 de septiembre, Marte inició un movimiento retrógrado en las estrellas de Piscis que lo llevará a través de lo que se llama un bucle. Este bucle es creado por el movimiento retrógrado de Marte que culmina con la oposición con el Sol. Esto significa que Marte se está acercando o inclinándose hacia la Tierra pidiendo que se le preste atención. La acción retrógrada se produce cuando la Tierra, en órbita alrededor del Sol, gira para unirse a Marte y luego pasa lentamente a medida que se mueve más rápido que Marte. Esto crea la experiencia visual «aparente» de Marte deteniendo su movimiento hacia adelante a lo largo del zodíaco y comenzando a moverse hacia atrás a través del cielo desde nuestra perspectiva. A medida que la Tierra avanza en su órbita, la ilusión del movimiento hacia atrás desaparece y Marte parece girar y avanzar de nuevo a lo largo del telón de fondo del zodíaco. Este «bucle» indica una intensificación de la actividad del planeta ante una de las constelaciones, en este caso Piscis. El bucle culmina en una oposición con el Sol en la Virgen el 14 de octubre, justo alrededor de la Luna Nueva, que es el 16 de octubre, antes de que vuelva a ser directo el 14 de noviembre. En esta oposición con Marte, tenemos a la Luna encontrándose con el Sol en conjunción y luego moviéndose más allá de él hacia una Luna Grial, poniéndose en el oeste después de la puesta del sol, mientras Marte se eleva opuesto en el cielo del este. Ahora puedes ver a Marte en el cielo nocturno a última hora de la noche en el cielo del sureste de un rojo muy brillante y al otro lado, en el suroeste, Júpiter muy brillante cerca de Saturno. Marte seguirá brillando a medida que se acerque a la Tierra, incluso eclipsando a Júpiter durante aproximadamente un mes a partir de mediados de octubre. Este dibujo cerca de Marte, o su movimiento retrógrado se extenderá hasta el 14 de noviembre cuando se pone directo de nuevo, pero Marte en Piscis continuará hasta la Epifanía, Enero 6 de 2021, después de la gran conjunción de diciembre de 2020. El tiempo del bucle intensifica aún más este bloqueo de los sueños de Piscis. Nosotros en la Tierra estamos “entre” estas dos actividades en Virgo y Piscis con los desafíos que expresa.

Lo que más se intensifica esta oposición de Marte con el Sol de octubre 14 en el eje Piscis / Virgo es que creará una formación de T cuadrada en los cielos. Esto significa que la parte superior de la T como línea de oposición formará un ángulo doble de 90 grados (una relación de Marte) con el grupo de Plutón, Saturno y Júpiter. Hará cuadratura exacta con Plutón el 14 de octubre. Entonces, el punto focal de acción o impacto es con Plutón, Saturno y Júpiter, que recibe la fuerza de la cuadratura de la oposición (barra transversal de la T). Aquí es donde se enfoca y expresa la oposición. Es una relación muy tensa, volátil y desafiante que puede expresarse en crisis, pruebas e incluso diría una especie de experiencia de iniciación para toda la humanidad. Al ponerse directo, Marte transitará nuevamente por esta misma ubicación de grado de oposición el mismo día que la Gran Conjunción de Saturno y Júpiter, el 21 de diciembre de este año. Esta es una configuración poderosa que debemos comprender, ya que será un verdadero desafío para los próximos meses.

Por lo tanto, tratemos de no profundizar más, para comprenderlo verdaderamente. Primero echemos una mirada a la ubicación del Sol en Virgo en el momento de la oposición exacta a Marte en Piscis el 14 de octubre. Para entender esto, debemos mirar el panorama más amplio. Durante la época de Michael, el Sol pasa principalmente a través de la constelación astronómica de Virgo. Durante la época de los meteoros Perseidas, está en Leo, la constelación del corazón, lo que recuerda la caracterización de Rudolf Steiner de la actividad Micaélica humana como «los corazones comienzan a tener pensamientos». Se mueve hacia las estrellas fijas de Libra, la imaginación cósmica de Michael, a fines de octubre. En el medio atraviesa las estrellas de Virgo, que astronómicamente es una constelación larga. En el lado opuesto, si uno mirara desde el Sol, la Tierra pasa por las estrellas de Piscis y ahora tenemos a Marte haciendo un bucle extendido en Piscis entre la Tierra y las estrellas de Piscis.

Para comprender completamente este Sol en Virgo, necesitamos abarcar la historia completa de Michael en los cielos, que se cuenta en una trinidad de constelaciones, Virgo, Libra, Escorpio, ya que todos componen la imagen cósmica de la batalla Micaélica que tiene lugar en el alma humana y la vida espiritual hoy día. Podemos comenzar con los nuevos símbolos desarrollados por Willi Sucher para esta trinidad de constelaciones estelares.

Vemos en estas nuevas imágenes un cuadro más profundo de la naturaleza de estas constelaciones. El símbolo tradicional de Virgo se ha convertido en un nuevo símbolo, una imagen que representa las tres puertas de la iniciación que conducen a los misterios de la sabiduría representados por la figura de la serpiente, que siempre ha sido la imagen de la sabiduría y una vez adornó el casco de Isis en el Antiguo Egipto. En el símbolo de Libra tenemos una esfera, la mitad por debajo y la mitad por encima de la línea del horizonte, que representa un umbral, un ascenso y una puesta, una puerta de entrada entre Virgo/Sofía, los misterios de la sabiduría viva y el Escorpión, como se muestra en el siguiente símbolo. El nuevo símbolo de Escorpio, como Virgo, también representa tres puertas de iniciación, pero ahora conduciendo a los misterios de la muerte, la cruz, pero desde la encarnación de Cristo, también a los misterios de la Resurrección ahora que el poder transformador del verdadero YO SOY se unió con la Tierra.

Ahora podemos agregar las representaciones mitológicas de estas constelaciones, que vemos en muchas obras de arte que representan la batalla de Micael con el dragón, que abarca las tres constelaciones: Dragón, Micael, Sofía. Aquí tenemos en los cielos las imaginaciones estelares que revelan la realidad de estas estrellas a través de las cuales el Sol, la representación de nuestro Yo Superior, viaja durante la temporada de Micael. Micael está custodiando el umbral de pie en la Balanza entre Virgo/Sophia y Escorpión/Dragón. Es la imagen de la historia contada en el Apocalipsis y la historia de la nueva era de Micael que Steiner describe como la gran batalla de nuestro tiempo en la que el Dragón ha sido arrojado hacia los seres humanos y fuera del reino de Sofía de la inteligencia cósmica o sabiduría divina. Aquí es donde la batalla se lleva a cabo ahora, desde el último tercio del siglo XIX – no en el cielo, sino en el ser humano.

Creo que es importante aquí hacer una distinción que a veces se pasa por alto entre la imaginación de la imagen católica/romana de San Jorge y el Dragón y la imaginación de Micael. Es quizás una de las distinciones fundamentales entre la religión católica y la perspectiva Rosacruz/Antroposófica con respecto al encuentro con el mal. En la perspectiva de la ciencia espiritual, el dragón no es asesinado por Micael, sino que se le impide entrar donde no pertenece y debe transformarse. Lo que ha caído en la materia y las realidades terrenales debe ser redimido por el ser humano para ser restaurado como inteligencia espiritual. Esto se hace mediante la fuerza de la Resurrección implantada en la humanidad a través del Cristo. En la historia de San Jorge, se mata al dragón, una imagen bastante diferente. En el dualismo del catolicismo romano, se debe evitar al «diablo» y matar a las fuerzas inferiores del dragón. En Antroposofía, tenemos más un camino maniqueo, en el que el humano entra en la oscuridad de las fuerzas del dragón caído y a través del verdadero YO SOY, y la ayuda de Micael, transforma esa oscuridad del dragón desde adentro. Esta distinción es importante para nuestro tiempo, ya que es imperativo que pasemos del dualismo a la trinidad. En el catolicismo y muchas otras perspectivas religiosas, todavía conservamos una mentalidad dualista del bien contra el mal, de Dios y el diablo, de la fe y el conocimiento, de la religión y la ciencia. En la Antroposofía Micaélica tenemos la transformación de lo inferior en lo superior, no su destrucción.

Rudolf Steiner caracteriza la nueva cultura de Micael de la siguiente manera:

Lo que se necesita es esto: no distinguir en el futuro entre lo material y lo espiritual de una manera abstracta, sino buscar lo espiritual en la materia, de modo que se pueda describir la materia junto con lo espiritual y en lo espiritual uno podía ver la transición hacia lo material y reconocer la forma en que funciona en la materia…. Esta será la cultura Micaélica.

(GA 194, La Misión del Arcángel Miguel, 30/11/1919).

Si ahora miramos la historia de Micael en el Apocalipsis, podemos arrojar luz más específica sobre la posición exacta del Sol en Virgo en la oposición de Marte:

Una gran señal apareció en los cielos: una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza. Estaba embarazada y gritaba de dolor cuando estaba a punto de dar a luz. Entonces apareció otra señal en el cielo: un enorme dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos y siete coronas en la cabeza. Su cola barrió un tercio de las estrellas del cielo y las arrojó a la Tierra. El dragón se paró frente a la mujer que estaba a punto de parir, para devorar a su hijo en el momento en que naciera …

Entonces estalló la guerra en el cielo. Micael y sus ángeles lucharon contra el dragón, y el dragón y sus ángeles se defendieron. Pero él no era lo suficientemente fuerte y perdieron su lugar en el cielo. El gran dragón fue arrojado al suelo, esa antigua serpiente llamada diablo o Satanás, que guía al mundo entero por mal camino, fue arrojado a la Tierra, y sus ángeles con él         ¡Por tanto, regocíjense los cielos y los que habitan en ellos! Pero ¡ay de la

Tierra y del mar, ¡porque el diablo ha descendido hacia ti! Está lleno de furia, porque sabe que le queda poco tiempo.

Aquí, al principio, hay una imagen triple de Sofía, que es la imagen de Virgo. En una nueva Astrosofía, debemos ver cada constelación no como un solo impulso genérico, sino que lleva una diferenciación dentro de sí. En Virgo/Sofía tenemos una trinidad, que vemos como una especie de imagen triple del YO SOY dentro del pleroma o plenitud de Sofía, que está a punto de dar a luz a un Niño Espíritu. Este triple YO SOY puede llevarnos profundamente a los misterios del Yo mucho más allá del alcance de este artículo. Sin embargo, podemos decir que sobre su cabeza está la corona de doce estrellas del zodíaco, representando desde una perspectiva, el Verdadero YO SOY Cósmico, que viene de más allá del zodíaco. En su corazón / región media, vestida de Sol, y la región de la cual nacerá el Niño, tenemos al Ser Superior del Sol y debajo de sus pies, ella está parada sobre la Luna, una imagen del Yo Terrenal, o algunas veces llamado el yo inferior. El Niño por nacer es una imagen de nuestro Ser Superior que nacerá de la transformación del Ser Terrenal, a través del poder del YO SOY Crístico. La imagen de la Luna debajo de sus pies puede verse como una imaginación de la naturaleza lunar astral del yo inferior, o ese yo terrenal construido a partir de nuestras encarnaciones kármicas durante varias vidas. En el momento de la oposición del Sol con Marte, el Sol se encuentra a los pies de la Virgen, que están sobre la Luna. Así que aquí, por un lado, tenemos una imagen compleja de lo que el Sol está «diciendo» en esta oposición de octubre, pidiendo al ser humano que se dirija desde el poder del Ser Solar a las rebeldes fuerzas astrales inferiores del yo terrenal, la luna bajo sus pies.

Así como la Virgen es la imagen cósmica de la Sabiduría Divina y los misterios de la vida, las estrellas de Piscis son una imagen cósmica de los impulsos de nuestra era actual que comenzó en 1413 d.C. La tarea de nuestra Era es aprender a pararnos sobre nuestros propios pies y desarrollar la hermandad con nuestros semejantes, con nuestra Madre Tierra y los reinos de la naturaleza y con los seres espirituales Divinos. Es la edad de las manos y los pies, por así decirlo, cuando asumimos y transformamos nuestro mundo. El símbolo de Piscis también expresa algo de su naturaleza. Uno ve en el símbolo dos semicírculos unidos entre sí con una especie de puente o cinturón. Willi Sucher desarrolló esta imagen para completar los dos semicírculos en dos esferas, que representan las relaciones horizontales, una al lado de la otra, que se desarrollarán en esta época. Esta relación horizontal puede verse de alguna manera como una yuxtaposición o incluso una transformación del eje vertical en Géminis, el símbolo del espíritu arriba y lo terrenal abajo, en una relación horizontal fraternal con la totalidad del mundo. Piscis son las estrellas por las que pasa el Sol en la época de la Pascua cuando se cumplió el acto de amor a la Tierra para que el ser humano pueda desarrollar por sí mismo la capacidad de amar. Entonces en esta imagen de Virgo, las estrellas de la sabiduría están opuestas a Piscis, las estrellas del impulso de amor fraternal, con la Tierra en el medio. Recuerdo con esta imagen la profunda declaración de Rudolf Steiner en la ciencia oculta: el amor es sabiduría renacida en el yo.

Así que ahora echemos un vistazo a la naturaleza de Marte para comprender mejor este ciclo, ya que será un tema central en los próximos meses. Estoy seguro de que asistiremos a una intensificación de la naturaleza agresiva de Marte y este bucle en Piscis se reflejará, no en la fraternidad sino en el bloqueo de los impulsos de Piscis, a través de una mayor polarización, lucha y división. Marte también es fundamental en la capacidad humana para hablar. Entonces, seremos llamados a ser muy conscientes del poder de la palabra, de cómo el habla se usa para la verdad o la manipulación en los medios, en el gobierno, en la «voz del pueblo». También es evidente que este bucle de Marte por delante de Piscis, nos lleva a través del ciclo electoral de EE. UU., que afectará al mundo entero, no solo a los Estados Unidos. Un artículo en The Atlantic (que se publicará próximamente), titulado The Election That Could Break America (la elección que puede dividir América), detalla las posibilidades muy reales e incluso la planificación de una elección impugnada, que podría perturbar el país y crear conflicto en enero. Marte es famoso por ser el dios de la guerra, la agresión y la beligerancia, pero también por su valentía y voluntad. Es esa esfera a partir de la cual se ha desarrollado el Yo Terrenal, el Ser central separado, que se define a sí mismo por lo que no es. Como dijo Willi Sucher una vez, Marte exclama: «¡Y YO!» Está en el centro de la polarización y la separación de los demás a través del egoísmo. Es interesante que la posición de Marte en el momento de nacimiento de Donald Trump, fuera sobre su Ascendente (el punto del horizonte oriental) en conjunción con la estrella Regulus, el corazón del León, Leo. Esto no lo decimos como una declaración política a favor o en contra de Donald Trump, sino como una observación. Representa una imagen de nacimiento poderosa. La estrella Regulus es la «estrella real de los reyes». Pero la gran pregunta de Regulus es ¿qué es un verdadero rey? Marte en Regulus puede indicar un gran líder de valor y dinamismo, una especie de Rey Arturo al servicio de los superiores o puede indicar un egoísta supremo, un tirano. Puede ser un líder que sirve con devoción a la humanidad o puede ser alguien que busca egocéntricamente el poder para sí mismo. En un artículo de noticias reciente, en el que Alan Dershowitz describe cómo Trump se ponía por encima de la ley como presidente, y lo comparó con la declaración del rey Luis XIV de Francia, quien dijo: «L’Etat, c’est Moi!», (La nación soy yo). Marte en el Ascendente con la Estrella Real Regulus, es una ubicación poderosa que indica el sentido básico de uno mismo, cómo uno se presenta y se define a sí mismo en relación con el mundo.

Como se dijo antes, Marte representa nuestra evolución hacia la separación. En este sentido, Rudolf Steiner conecta la esfera de Marte con todo lo que ha surgido del pensamiento de las ciencias naturales, en el sentido de que Marte es ese reino en el que el ser humano que viaja a la encarnación se encuentra con los arquetipos del mundo físico y la capacidad de confrontar y tomar el mundo físico. Por consiguiente, el desarrollo de la ciencia materialista está conectado a la esfera de Marte. Esto forma parte del resultado de la primera mitad de la evolución de la Tierra, que es el plan evolutivo para la separación de lo humano de lo divino, a fin de crear las condiciones para la libertad. No lleva la libertad en sí misma. Ésta solo emerge del yo humano, pero ha creado las condiciones para la libertad a través del proceso de emancipación humana del yo. Sin embargo, la humanidad ya ha pasado el funcionamiento saludable de la esfera de Marte y el descenso hacia una concepción materialista del mundo es contraria a los objetivos evolutivos.

Es importante recordar entonces que es el ser humano despierto quien determina los resultados de los eventos estelares. Esta es una diferencia decisiva, y el poder humano para el cambio no es cuantitativo sino cualitativo. A menudo todavía, aplicamos el pensamiento materialista a los asuntos espirituales al medir el número o la cantidad como indicador del poder. Esto no se aplica al mundo espiritual. Debemos tener en claro que el papel del ser humano al abordar este desafío es fundamental. En nuestro tiempo no estamos determinados por las estrellas. No son un «destino» impuesto por los dioses. Más bien expresan las inteligencias cósmicas, es decir, la conciencia espiritual de las esferas, que contienen tanto un llamado a nuestra actividad espiritual creativa, como un despertar a la conciencia de las consecuencias kármicas de nuestra actividad terrestre. Por lo tanto, si Marte es «negativo» o «positivo» depende de cómo hemos desarrollado nuestra conciencia espiritual.

Con esta imagen de Marte, es importante también una comprensión completamente diferente de la esfera de Marte y de su potencial para otro tipo de actividad humana. Es que realmente puede aprovechar al máximo el impulso de Piscis. Rudolf Steiner describe cómo se ha plantado una semilla de transformación en la esfera de Marte desde principios del siglo XVII. Aquí ingresamos en el esoterismo profundo y constituye un punto de partida a partir del cual podemos penetrar en este bucle de Marte en Piscis en estos tiempos. El describe cómo uno de los grandes Maestros Espirituales de la humanidad, el Gautama Buda, el gran maestro del amor y la compasión que ascendió para convertirse en un guía espiritual para la humanidad al servicio de Cristo, fue enviado a la esfera de Marte para convertirse en el redentor de este «reino agresivo y bélico de Marte». El Gautama Buda realizó para la esfera de Marte un acto similar al del Cristo en la Tierra, una especie de sacrificio, para implantar la semilla de su gran enseñanza de amor y compasión dentro de la esfera de Marte. Este acto de Gautama Buddha, como dice Steiner, fue hecho para «inaugurar gradualmente el proceso de evolución ascendente de Marte». A partir de ese momento, aquellos humanos, y Steiner es explícito al respecto, que se han unido mientras estaban en la Tierra con los impulsos del amor y la compasión, luego en su viaje a través de la esfera de Marte en la vida después de la muerte, pueden unirse con este Acontecimiento de Buda y traer el impulso de esta esfera a su actividad terrenal, como una fuerza redentora de Marte en su próxima vida. Steiner continúa describiendo a San Francisco de Asís como un discípulo de Buda en una escuela de misterios, en una vida anterior, que se encarnó para llevar en forma cristianizada el impulso de Buda de amor y compasión. San Francisco vivió cuando aún era válido un camino de iniciación cristiano ascético monástico. Este camino ya no es apropiado para nuestros tiempos, pero se puede llevar adelante de una manera moderna como ejemplo de la transformación de Marte. Salir al mundo con el impulso Franciscano de amor y compasión es, de hecho, una obra de transformación del reino de Marte. En conclusión, apenas hemos tocado la superficie de posibilidades y desafíos con la configuración actual de Marte transitando Piscis en oposición al Sol y la Luna a los pies de Virgo, en este tiempo de Micael, ambos formando una T cuadrada Marciana en relación y con punto focal con la conjunción revolucionaria de Saturno, Júpiter y Plutón en la constelación del Arquero (Sagitario). ¿Cómo podemos empezar a encontrarnos con lo que promete ser una época de intensa actividad del «antiguo» Marte de conflicto y agresión en esas estrellas que quieren llevarnos a la hermandad en lugar de las batallas de división y polaridad? ¿Cómo traer el impulso Crístico del amor, que crea a partir de la dualidad una trinidad, con el Yo Soy espiritual como nuevo centro? Cuando vemos nuestro mundo actual, donde reinan el miedo, la rabia y el egoísmo, nuestro trabajo es un verdadero desafío.

Debemos estar espiritualmente despiertos a lo que sucederá y reconocer que incluso el esfuerzo en ser consciente para percibir verdaderamente, puede marcar la diferencia. Hay dos sugerencias como actividad espiritual práctica, para alcanzar sanación en estos meses. Una es asumir en la contemplación y devoción nocturnas la oración de San Francisco y buscar activamente aplicarla en nuestras interacciones diarias, como una actividad transformadora del elemento de Marte.

La segunda es retomar los ejercicios para el desarrollo del chakra de 16 pétalos (múltiplo de cuatro / Marte), que es el chakra de Marte en la región de la garganta. Rudolf Steiner describe estos ejercicios en Knowledge of Higher Worlds (Cómo se alcanza el conocimiento…) Capítulo 5, Algunos efectos de la iniciación para aquellos que eligen trabajar con estos ejercicios.

https://rsarchive.org/Books/GA010/English/RSPC1947/GA010_c05.html

Steiner dice acerca de estos ejercicios:

 Cuanto mejor armonicen los pensamientos y el habla del estudiante con los procesos del mundo exterior, más rápidamente desarrollará esta facultad. Quien piensa y habla lo contrario a la verdad destruye algo en el capullo de su loto de 16 pétalos. La veracidad, la rectitud y la honestidad son, a este respecto, fuerzas creativas, mientras que la mendacidad, el engaño y la deshonestidad son fuerzas destructivas.

Termino con la Oración de San Francisco, como oración para que se ponga en acción la transformación de las cualidades de Marte que tienden a la división y sea una ayuda para traer la fuerza de curación al mundo.

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz,
Donde haya odio, déjame sembrar amor;
Donde haya dolor, perdón;
Donde haya duda, fe;
Donde haya desesperación, esperanza;
Donde haya oscuridad, luz;
Dónde hay tristeza, alegría; Oh Divino Maestro,
Concédeme que no busque tanto Ser consolado como consolar;
Ser comprendido como comprender;
Ser amado como amar.
Pues es al dar que recibimos;
Al perdonar que se nos perdona;
Y es al morir que nacemos a la verdadera vida espiritual.

Jonathan Hilton

Traducido del Inglés por Gladys Caunedo.

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