Del libro: Hablando a las estrellas: Una introducción a la Astrosofía

   Por Jonathan Hilton

English versión (pág. 59)                                                                          

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Con esta sensación inicial de conocer los planetas como una expresión en el tiempo, comencemos con el planeta Mercurio e iremos avanzando. Mercurio, en astronomía, es por supuesto el planeta más cercano al Sol, se mueve con rapidez alrededor del Sol. Tiene una órbita sideral de 88 días. Si recuerdas mis sesiones anteriores, sideral significa «de estrella a estrella».

Entonces, para que Mercurio haga una revolución completa alrededor del Sol, desde un punto estelar hasta volver a ese mismo punto estelar, se necesitan 88 días. Pero Mercurio tiene otro ritmo que se llama ritmo sinódico. Ese ritmo sinódico se basa en sus conjunciones con el Sol. Ese ritmo es de 116 días. El ciclo sinódico de Mercurio es el tiempo que tarda Mercurio en pasar de lo que llamamos, conjunción superior con el Sol, y hacer el recorrido alrededor del Sol, hasta llegar a otra conjunción superior con el Sol.

Las conjunciones superiores son aquellas conjunciones con el Sol, vistas desde la Tierra, si miráramos hacia el Sol, donde Mercurio estaría, en una línea desde nosotros, detrás del Sol. [No se trata de una línea exacta, ya que eso se llamaría ocultación, sino detrás del Sol, que es la longitud celeste, aunque por encima o por debajo del Sol debido al ángulo de la órbita del planeta. Por supuesto, Mercurio y Venus son bloqueados por el Sol cuando van detrás de él].

Hay otra conjunción de Mercurio con el Sol, en la que gira y pasa frente al Sol visto desde la Tierra, y eso se llama conjunción inferior. Entonces, el ciclo sinódico de Mercurio es de una conjunción superior a otra conjunción superior. Pero cuando lo miramos desde la perspectiva de la Tierra, lo que vemos es que Mercurio parece moverse hacia adelante y luego invertir la dirección para avanzar nuevamente, formando una especie de bucle mientras gira alrededor del Sol.

Si miras el diagrama, verás dibujado este ciclo sinódico de Mercurio, desde la conjunción superior hasta el bucle donde se da una conjunción inferior y de regreso a una conjunción superior.

En aproximadamente un año terrestre, en realidad 348 días, pero dentro de uno de nuestros años solares, Mercurio da tres vueltas y un poco más. Estos tres bucles de Mercurio que giran alrededor del Sol crean una forma en los cielos. Si observas el diagrama, podrás ver el bucle completo de Mercurio en relación con el Sol.

Puedes ver ese tejido, con la Tierra en el centro y Mercurio moviéndose alrededor del Sol, creando los bucles. Puedes ver que si unes las conjunciones inferiores se forma un triángulo equilátero, y entre las conjunciones superiores, si trazas las líneas, hay otro triángulo equilátero más grande con su punta arriba en este dibujo, y el pequeño con su punta en la parte inferior.

Entonces, ¿qué es este gesto en el movimiento de Mercurio? Ya sabes que en la mitología a Mercurio se le llama el mensajero de los dioses. Él, en muchas figuras del arte, tiene sandalias aladas o un casco alado. Este movimiento tejido de Mercurio a lo largo del año es una expresión de la naturaleza de este ser planetario. En cierto modo, se podría decir que, en la conjunción superior, cuando Mercurio está detrás del Sol, está, por así decirlo, recogiendo mensajes, o recogiendo sustancia del cosmos, del zodíaco y de los planetas exteriores. Luego gira delante del Sol y, cuando entra en conjunción inferior, entrega, por así decirlo, la sustancia que se recoge para la humanidad.

Luego vuelve a girar, recoge sustancia, y todo el tiempo se mueve a través de diferentes constelaciones del zodíaco. Así que, en cierto modo, Mercurio es el comunicador, el mensajero, el coordinador de la relación entre la inteligencia cósmica y la Tierra, trayéndola a la Tierra y convirtiéndola, por así decirlo, en acción o en realización, en inteligencia terrestre. Esta es la meta de Mercurio.

Como ves en el dibujo, la forma que crea Mercurio es la estrella de seis puntas. En realidad, esta estrella de seis puntas gira sobre el fondo de las constelaciones. Se necesitan unos 20 años para que toda la estrella de seis puntas realice una rotación completa a través de las doce constelaciones. Entonces, cuando pensamos en la estrella de seis puntas y lo que nos dice, o en lo que Mercurio nos revela a través de esta forma, podríamos verlo de otra manera.

Nuevamente, si miras el diagrama, comenzamos con los dos triángulos, uno abajo con la punta hacia arriba y otro arriba con la punta hacia abajo. Luego se produce una unión gradual hasta que forman una unidad de seis puntas o el doble triángulo.

Esta estrella de seis puntas de Mercurio es la base en astrología del aspecto sextil. Si divides 360º entre 6 obtienes el ángulo de 60º del sextil. Hay otra imagen que podemos presentar que muestra esta relación entre Mercurio y el mundo superior de la inteligencia cósmica.

Si miras esta imagen nuevamente, tienes los dos triángulos, el que tiene la punta en la parte superior y el triángulo más pequeño adentro. Se puede imaginar que en el triángulo más pequeño tienes la forma humana, con los brazos levantados en receptividad, o en ofrecimiento, a esta forma de ser superior, en cierto modo envolviendo, sosteniendo al ser más pequeño.

Esto nos da un contexto esencial sobre cómo comenzamos a comprender la naturaleza de Mercurio. A continuación, se muestra una cita de Steiner sobre la naturaleza de Mercurio:

Llegamos al lado de Mercurio. A diferencia de los demás planetas, a Mercurio no le interesan las cosas de naturaleza física y material como tales, sino todo lo que es capaz de coordinarse. Mercurio es el dominio de los Maestros del pensamiento coordinativo; Júpiter, la morada de los Maestros del pensamiento lleno de sabiduría. Cuando un ser humano desciende de la vida preterrenal a la existencia terrenal, es el impulso lunar el que proporciona las fuerzas para su existencia física. Venus proporciona las fuerzas para las cualidades básicas del corazón y el temperamento. Pero Mercurio proporciona las fuerzas para las capacidades del intelecto y la razón, especialmente el intelecto. Los Maestros de las fuerzas del conocimiento coordinativo y de la actividad mental tienen su morada en Mercurio.

Rudolf Steiner, Las individualidades espirituales de los planetas. Dornach, 27 de julio de 1923

Traducción revisada por Gracia Muñoz en septiembre de 2023