Novalis

Del libro “Rudolf Steiner y los Maestros del Cristianismo Esotérico” de Sergej O. Prokofieff.

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A los precursores más importantes de la moderna ciencia espiritual pertenece una individualidad la cual en su última encarnación apenas fue percibido por sus contemporáneos, y cuya profundidad e importancia espiritual todavía no ha sido comprendida y valorada adecuadamente en la actualidad. Se trata del poeta y místico alemán, Novalis.

Marie Steiner señaló que la investigación sobre las encarnaciones de esta individualidad se extiende (como un «hilo rojo») a través de la obra de Rudolf Steiner. Él se ocupó una y otra vez de sus vidas terrenales sucesivas en toda una serie de sus conferencias: Elías – Juan Bautista – Rafael – Novalis. Como misteriosos signos de un lenguaje sagrado en las paredes de un misterioso templo, estos cuatro nombres señalan en su armonía un misterio que espera ser revelado. Este hecho es, por lo tanto, también especialmente significativo, porque la única referencia de Jesucristo en los evangelios a la ley de la reencarnación concierne precisamente a esta individualidad: «Y (si queréis admitirlo) él (Juan Bautista) es Elías, el que iba a venir» (Mateo 11,14).

Sólo con la ayuda de otras indicaciones dadas por Rudolf Steiner es posible acercarse a una comprensión más profunda de las encarnaciones anteriormente nombradas de esta individualidad. Siguiendo sus investigaciones científico-espirituales, la figura de Elías-Juan (Bautista) señala a una de las individualidades más antiguas de la humanidad (GA 114, 19.9.1909), la cual desde el principio tenía una especial misión en la evolución de la humanidad. En sus numerosas encarnaciones debía desarrollar, como la primera, aquella capacidad interior que actualmente conocemos como directa revelación del mundo espiritual superior, la conciencia.

En el Antiguo Testamento se hace referencia a ese despertar de la conciencia en la escena en la cual Elías, al igual que Moisés, tiene una experiencia divina directa. Pero mientras Moisés en el Sinaí experimentó la revelación en forma espiritual externa: Dios se le presentó actuando a través de los elementos naturales, en la tormenta y la tempestad, en el fuego del arbusto «que no se consume», a Elías se le reveló en «el susurro de una brisa suave» (1. Reyes 19,12), señalando un camino desde el exterior al interior del alma humana, donde a partir de entonces se halla presente como la voz de la conciencia.

Con ello, Elías no solamente se convierte en el siguiente anunciador del dios de la Luna Jehová, sino también en el primer profeta del Antiguo Testamento que logra alcanzar la vivencia del dios Sol-Cristo que actúa a través de Jehová. «En su alma (la de Elías) vive el conocimiento», dijo Rudolf Steiner, «como profeta de Jehová, ante todo yo debo anunciarle, pero de modo tal que en Él viva el Cristo que más adelante debe realizar el Misterio de Gólgota; (…) Elías anunciaba al Jehová cristificado» (GA 149, 31.12.1913). A través de ello, esa individualidad se preparó para su futura misión en la transición de los tiempos.

Ese primer despertar de la conciencia en la siguiente encarnación de Elías, alcanza su máximo poder como capacidad para despertar la conciencia en otras personas; ya que la poderosa anunciación de Juan Bautista se dirige, en primer lugar, a despertar el poder de la conciencia en sus oyentes. Posteriormente, de esto resultó el inevitable conflicto con escribas y fariseos, guardianes de las leyes del Antiguo Testamento. Por primera vez la conciencia se enfrenta a la ley terrenal y ese conflicto conduce trágicamente a la caída de Juan.

Lo señalado toca un misterio que se encuentra unido con el desarrollo del impulso de la conciencia, ya que su despertar y propagación general en la humanidad ocurre en los siglos que preceden al comienzo de la era cristiana. De alguna manera, tenemos en la figura de Elías al primer anunciador de la voz de la conciencia, que alrededor del siglo III a. C. comienza a resonar en un número creciente de personas, (28) preparándolas para la comprensión del evento central de toda la evolución terrenal. Porque en eso consiste la misión de la conciencia: desarrollar en los seres humanos una verdadera comprensión de Cristo y del Misterio de Gólgota.

Por lo tanto, desde un punto de vista científico-espiritual, se puede caracterizar la conciencia como un órgano interior para la percepción y el conocimiento de la entidad-Cristo. Al respecto, Rudolf Steiner manifestó: «Estas son dos cosas que se corresponden: la aparición de Cristo en el este, el despertar de la conciencia en el oeste, para recibir al Cristo como conciencia» (GA 116, 2.5.1910). La voz de la conciencia proviene de la misma región del mundo espiritual desde donde descendió Cristo a la Tierra.

Esto aclara la misión principal de Juan Bautista: él se nos muestra como el representante de la conciencia humana en la transición de los tiempos. En nombre de toda la humanidad, le corresponde ser el primero en conocer a Cristo en la Tierra y ser testigo de su naturaleza divina ante todo el mundo. «Yo le he visto y doy testimonio de que ése es el Hijo de Dios» (Juan 1, 34), con estas palabras, con las que anunció que el Dios había venido a la Tierra, Juan inauguró la era cristiana de la evolución de la Tierra.

El poder de la conciencia fue la fuerza interior fundamental que Juan Bautista representó con todo su ser en la transición de los tiempos. De manera similar, se pueden reconocer las fuerzas o características específicas que esa individualidad representó durante cada una de sus encarnaciones posteriores. La característica anímica predominante en la vida de Rafael fue un amor sin límites por todo lo existente, el cual apareció transformado en la belleza de sus cuadros, dibujos y frescos.

El motivo básico de la vida y de la creación de Novalis fue su profunda admiración y veneración hacia los grandiosos secretos de la existencia espiritual que nos rodea, así como también su inquebrantable fe en el poder triunfante del bien en el mundo. (29) Estas tres características o capacidades que Juan Bautista, Rafael y Novalis desarrollaron en su vida: la conciencia como órgano cognición superior; el amor transformado en belleza; admiración plena de devoción y fe, pueden ser leídas actualmente como letras de un alfabeto universal gracias a las indicaciones de la ciencia espiritual.

Sobre lo señalado en la conferencia del 30 de mayo de 1912 (GA 155), Rudolf Steiner dijo que en la evolución progresiva de la humanidad deben originarse tres envolturas suprasensibles para la próxima manifestación de la entidad-Cristo en el ámbito social. Esas envolturas serán creadas desde los actos morales de todos los seres humanos: una envoltura física-suprasensible desde los actos de la conciencia, una envoltura etérica desde los actos de amor y compasión y una envoltura astral desde los actos de admiración, devoción y fe. Una vez que se hayan formado estas tres envolturas en la humanidad, Cristo podrá unirse con ella (con la humanidad), como su más elevado Yo grupal, y conducirla en el plano social a un nivel de evolución más alto.

Ese alto ideal que el filósofo y místico ruso Wladimir Solovief denominó «Humanidad Divina» y Novalis nombró «Individualidad Universal» (ver «La Cristiandad o Europa»), queda señalado proféticamente en la serie de sus encarnaciones dentro de la humanidad. También la individualidad de Elías – Juan – Rafael – Novalis conducirá a los seres humanos a ese ideal cristiano en sus futuras encarnaciones. Manifestándose como un gran maestro guía en este camino que conducirá a la sexta época cultural, en la cual deberá ser alcanzada la primera etapa de realización de este ideal.

Debido a ello, en una de sus primeras conferencias, Rudolf Steiner indicó que la individualidad de Juan Bautista está estrecha y especialmente vinculada con la misión de la sexta época cultural, resultando de ello una especial proximidad con Zaratustra, por ser esa época una repetición de la segunda.

Así como en la segunda época cultural de la evolución de la humanidad Zaratustra actuó en la dirección de arriba abajo, conduciendo más fuertemente hacia el mundo de la materia, en la sexta época cultural tendrá que guiar nuevamente a la humanidad, pero entonces lo hará en el camino de vuelta del mundo material al espiritual, que tendrá como resultado la fundación de una nueva cultura espiritual (vidente) en la Tierra. «Juan Bautista anunció a Jesucristo en la mitad de la cuarta subraza (época cultural). Actualmente, la individualidad del Maestro Jesús dirige nuevamente a la humanidad desde la quinta a la sexta subraza (época cultural) – hacia Juan Bautista, la era de acuario», eso indicó Rudolf Steiner respecto del vínculo de esas dos individualidades (GA 264, 12.2.1906).

El ideal de la humanidad divina descrito anteriormente y la misión de Novalis asociada con su realización, también se encuentran directamente relacionados con el Misterio del Grial, su revelación y propagación en la sexta época cultural. En esa época, (el ideal) estará vinculado al hecho de que el Yo macrocósmico de Cristo comenzará a entrar en las envolturas creadas para Él en la humanidad. En una conferencia pronunciada el día de San Juan en 1909 (GA 112), Rudolf Steiner señaló la relación de Cristo como nuevo Yo-grupal de la humanidad con el Misterio del Grial.

En las observaciones científico-espirituales dedicadas a Novalis, Rudolf Steiner expresó repetidamente que él fue uno de los más significativos precursores de la Antroposofía en el siglo XVIII, especialmente de la comprensión antroposófica de la entidad espiritual del cristianismo: «Abramos libros de Novalis – en todas partes encontramos en su interior enfoques de la más pura doctrina antroposófica, hasta en sus detalles (…) Así se percibe cómo Novalis está impregnado por un cristianismo antroposófico» (GA 143, 16.5.1912).

Rudolf Steiner comparó la vivencia personal del Cristo en el mundo espiritual vivida por Novalis, poco después de la muerte de su novia, con la experiencia de Pablo en Damasco. De esta forma, Novalis se convirtió en el profeta de la actual manifestación de Cristo en forma etérica. «Esa vivencia es como una repetición del acontecimiento de Damasco, donde (…) a través de una visión superior, Pablo tuvo la inmediata evidencia de que Él está allí y vive, que algo único en toda la evolución de la humanidad había sucedido gracias al evento de Gólgota, (…) Novalis nombra la revelación que había recibido como ‘única’ y él solamente considera seres humanos verdaderos aquéllos que con toda su alma desean participar en ese suceso» (GA 108, 22.12.1908). (30)

Rudolf Steiner comenzó con la proclamación del Cristo etérico en Estocolmo el 12 de enero de 1910. El 23 de enero en Estrasburgo, en su segunda conferencia sobre este tema, con motivo de la inauguración de la «Rama Novalis», Rudolf Steiner lo caracterizó como el inspirador más importante de la Antroposofía, junto a los Maestros de la Sabiduría y de la Armonía de los Sentimientos, y el «espíritu de la propia ciencia espiritual» (GA 125, 23.1.1910).

Posteriormente, después del Congreso de Navidad, con motivo de las conferencias sobre el karma, cuando fueron revelados los fundamentos espirituales del movimiento antroposófico, así como también su vínculo con la corriente-Micael en los mundos suprasensibles, Rudolf Steiner retomó una vez más el tema de las encarnaciones de Novalis en su última conferencia, la cual es conocida como el «Último Discurso». Las palabras de Rudolf Steiner, al decir que en Novalis tenemos «un brillante precursor de la corriente micaélica» (GA 238, 28.9.1924), continuaron resonando como un gran y poderoso legado en el pensamiento de todos los antropósofos allí presentes. Con esas palabras Rudolf Steiner resumió su propio vínculo con esa individualidad, así como también su participación en el devenir de la Antroposofía en la Tierra. Sin embargo, el verdadero misterio del «Último Discurso» consistió en algo diferente. En él, Rudolf Steiner tocó por primera vez la relación de la entelequia-Novalis, en su encarnación en la transición de los tiempos, con la individualidad que más tarde se convertiría en guía de la corriente del cristianismo esotérico, Christian Rosenkreutz. Por último, abordaremos ahora la investigación de esa alta individualidad, la séptima en el círculo de los principales inspiradores de la ciencia espiritual.

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2 comentarios el “Novalis

  1. Avatar de JOSE JOSE dice:

    EN SU TRADUCCION A LA CONFERENCIA GA 238(ELIAS)EN ESTA MISMA PAGINA WEB(,JUAN EVANGELISTA. RAFAEL.NOVALIS) DICE QUE ELIAS REENCARNO COMO JUAN EVANGELISTA, EN ESTA TRADUCCION(NOVALIS) DICEN QUE ELIAS REENCARNO EN JUAN EL BAUTISTA COMO SE DICE EN EL EVANGELIO DE SAN MATEO, AUNQUE JUAN EL BAUTISTA LO NIEGA AL SER PREGUNTADO POR LOS JUDIOS SI ERA ELIAS. EN FIN NO ENTIENDO COMO PUBLICAN ALGO EN UN SITIO PARA INSTRUIR QUE ES TOTALMENTE DIFERENTE DE LO QUE SE DICE EN OTRO SITIO, O ELIAS ERA JUAN EL BAUTISTA COMO DICEN AQUI O ERA JUAN EL EVANGELISTA COMO DICENJ EN EL OTRO LADO O NO ERA NINGUNO DE LOS DOS COMO EL MISMO DICE EN LOS EVANGELIOS. DICHAS TRADUCCIONES NO HACEN MAS QUE CONFUNDIRNOS MAS DE LOS QUE YA ESTAMOS, LES RUEGO SE ACLAREN

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