Las dos corrientes de Sofía: Magos y Pastores y su unificación en la Antroposofía — Parte I.

Dos conferencias impartidas por

Adriana Koulias — en Sussex St. Sídney (Australia) el  26 de Noviembre y 3 Diciembre de 2006

English version

Prefacio   

Por favor, tomen nota que en la primera edición de esta conferencia hago referencia a la experiencia del Guardián Mayor como una experiencia diurna o de vigilia y la experiencia del Guardián Menor como una experiencia nocturna. En principio esto puede parecer estar en desacuerdo con una declaración grabada de Rudolf Steiner en la conferencia GA124, del 19 de diciembre 1910 donde el Guardián Menor es experimentado por la mañana y el Mayor se experimenta por la noche, sin embargo, es cierto que ambos tutores pueden ser experimentados mañana y noche con la conciencia despierta: El Guardián Menor en la noche cuando el cuerpo astral y el Yo comienzan a aflojarse de los cuerpos físico y etérico y poco después pasar a ser una experiencia del Guardián Mayor cuando el Cuerpo Astral y Yo viven en el macrocosmos (Conocimiento de los Mundos Superiores). Por el contrario, por la mañana se experimenta una vez más al Guardián Mayor, al empezar a «encogernos» desde el macrocosmos y prepararnos para el descenso de nuestro cuerpo astral y Yo en el cuerpo físico y etérico en el microcosmos.

Una vez que se produce la inmersión en el cuerpo del tiempo, —el cuerpo etérico— y comienza a tener lugar la entrada en el Microcosmos, es el Guardián Menor el que inicia la experiencia. Se puede decir que estas reuniones con el Guardián Menor y Mayor se entrelazan y es sólo la necesidad de atención la que nos lleva a decir que la experiencia de la mañana está más relacionada con el Guardián Menor y la de la noche con el Guardián Mayor. A mí no me ha sido posible explorar esto con más detalle para la conferencia en curso, pero lo hare en el futuro. En esta edición solo puedo aludirlo brevemente porque es instructivo y he modificado un diagrama para incluirlo. Sin embargo, es esencial que cada lector y estudiante de la Ciencia Espiritual traten de llegar a sus propias conclusiones a través de su sentido común, experiencia espiritual e investigación.

 

LAS DOS CORRIENTES DE SOFÍA: MAGOS Y PASTORES Y SU UNIFICACIÓN EN LA ANTROPOSOFÍA

 

Mis queridos amigos, nos reunimos esta tarde para hablar de las dos corrientes del Alma de  Sofía, —los Reyes Magos y los Pastores— cómo se van uniendo en el ser humano, y se hace posible la unificación de las dos corrientes kármicas, los platónicos y los aristotélicos, en la Sociedad Antroposófica. Esta conferencia tendrá dos partes:

  • Microcosmos: ¾ Exploraremos la corriente de Reyes Magos y la de los Pastores, su relación con la Divina Sofía y su emisario, el Ser de la Antroposofía. Vamos a ver cómo pueden unirse a través del ser de la Antroposofía –trabajando en nombre de Micael y la Divina Sofía– en el ser humano. Y podremos comprender mejor que esta unificación permitirá a la sabiduría de Cristo –Cristo-Sofía– vivir en el centro del alma humana purificada –el corazón Etérico.
  • Macrocosmos: ¾ La próxima semana investigaremos como la unificación de Magos y Pastores en el alma individual, permitirá que las dos corrientes kármicas, los platónicos y aristotélicos se unan en la Sociedad Antroposófica, para que, a través del servicio y el sacrificio de una comunidad Crística, pueda formarse un espacio central desde el corazón. Esta será una comunidad de Cristosofistas, trabajando a favor de Cristo-Sofía, que se objetivará en el mundo como el Alma de Cristo en la Tierra.

Una vez más tenemos que volver al principio, preparando las imágenes que vivirán en nuestros corazones y mentes. Imágenes que pueden encender la chispa del entusiasmo que desde el corazón elevaremos como calor y luz a la cabeza. Este calor y luz lo ofreceremos como sacrificio a las Jerarquías y como servicio al mundo —será nuestra ofrenda al acercarnos a esta  fiesta anual de la Semana Santa.

 

Parte I Microcosmos

El alma individual Magos y pastores

La primera imagen que vamos a crear es la de la tríada de la Divina Sofía, Micael y Antroposofía, y su conexión con la Corriente de Sabiduría de los Magos y Pastores en la evolución del mundo. Podemos hacernos la siguiente pregunta:

¿Cuál es la relación entre la Divina Sofía, Micael, Antroposofía y las dos corrientes de Sabiduría?

 La Divina Sofía

Cósmicamente hablando la Divina Sofía es un Ser Sobornal, es decir, una «composición» de  Seres cuyo miembro más alto, pertenece a la esfera del Sol, como los Espíritus de la Sabiduría y cuyo miembro más bajo pertenece a la esfera de la Luna o la esfera de los Ángeles. Podemos decir que la Divina Sofía tiene una «conciencia» femenina y que esta conciencia abarca y unifica a todos los seres que pertenecen a las Jerarquías antes mencionadas, es decir que se encarga de regular las relaciones mutuas, la comunicación y conducta entre los Seres que pertenecen a estas Jerarquías.

Debido a la elevada naturaleza del Ser de la Divina Sofía no le es posible comunicarse directamente con los seres humanos. Cuando Ella desea inspirar a la Humanidad, debe hacerlo a través de representantes.[1]

En el pasado Ella misma se manifestaba a los seres humanos a través de la Segunda Jerarquía que denominamos Espíritus de la Sabiduría, Espíritus de Movimiento y Espíritus de la Forma –su primera tríada–; y a través de la Tercera Jerarquía: Arcai, Arcángeles y Ángeles –su segunda tríada– Ellos constituyen sus miembros inmediatos.

La Segunda Jerarquía representa los impulsos que proceden de la esfera del Hijo o del Cordero (Aries) –el Ser de Cristo– y la Tercera Jerarquía representa los impulsos procedentes de la esfera de Tauro, o del Espíritu Santo.[2]

 En nuestro tiempo dos Seres son los responsables de traer sus impulsos a la humanidad: Micael y el Ser de la Antroposofía.

 

 Micael

Micael es un Ser de la jerarquía de los Arcángeles que en el tiempo del descenso de Cristo a la Tierra era el más elevado de todos los Arcángeles que pertenecen a la esfera del Sol, Él es conocido como el Hijo de Sofía porque tiene la tarea de administrar el ‘composite’ de toda la inteligencia que pertenece a aquellos seres que están bajo su dominio.

 

¿Qué es esta Inteligencia?

Esta inteligencia es la sustancia de todos los pensamientos del mundo cósmico, los frutos de las relaciones y conductas entre las Jerarquías, lo que hacen y cómo se relacionan entre sí con respecto al ser del Cristo.[3] En la Ciencia Espiritual se llama la Inteligencia Cósmica. Desde una perspectiva diferente la Inteligencia Cósmica de Cristo es una «memoria» combinada del «conocimiento» y «comprensión» que tienen estos Seres  –cobijados bajo la guía de la Sofía Cósmica–  en relación con el Cristo Cósmico: su naturaleza, sus sacrificios y tareas, en el pasado, presente y futuro.

Esta inteligencia, o almacén de «conocimiento», estaba bajo la tutela del Arcángel Micael que la administraba a la Humanidad como una inspiración a los seres humanos desde los mundos superiores. La Inteligencia Cósmica por lo tanto se experimentaba como algo fuera del ser humano. Si estas condiciones hubiesen continuado, la humanidad nunca habría podido desarrollar una relación personal y libre con esta Inteligencia; la comprensión de Cristo como Entidad Cósmica habría sido un regalo de los mundos superiores, no algo logrado por uno mismo desde el interior a través del esfuerzo personal.

Así fue que después del descenso de Cristo, Michael decidió renunciar a su control sobre la Inteligencia Cósmica permitiendo que descendiera al alma del ser humano.[4] Sin embargo era necesario, que las almas humanas se preparasen para el descenso de esta Inteligencia o no lo entenderían, en otras palabras, que tenían que desarrollar la capacidad para la comprensión de esta Inteligencia. La preparación para el desarrollo de esta capacidad se inició cuando Micael, trabajando con el Elohim-Jehová (cuya tarea consistía en implantar el Yo en el ser humano) expulsó a Lucifer a la Tierra en la Antigua Luna. Ahí comenzó un proceso que terminó con la tentación de Lucifer al Yo humano haciéndole bajar al cuerpo Astral – conocido en términos bíblicos como ‘La Caída’.

Esta expulsión de Lucifer, creó la posibilidad del desarrollo del cuerpo astral o cuerpo anímico por medio del Yo o «conciencia» en tres nuevos miembros: el alma Sensible, el alma Racional y el alma Consciente. Estos tres nuevos miembros del alma, relacionados con el sentimiento, el pensamiento y la voluntad, son las capacidades cognitivas necesarias para la comprensión de la Inteligencia Cósmica.

Pero antes de que el Yo pudiera modelar estos miembros del alma necesitaba «Sabiduría». La Sabiduría Cósmica tenía que introducirse en los seres humanos y convertirse en sabiduría humana. Esta Sabiduría Cósmica se relaciona con los seres humanos en la antigüedad a través de altos iniciados pertenecientes a los Misterios, en particular, al Oráculo del Sol en la antigua Atlántida. Después del gran diluvio que destruyó la Atlántida, esta sabiduría se difundió por el mundo a través de dos corrientes humanas, una moviéndose hacia el Norte y otra al Sur. Estas corrientes trabajaron a través de diversos Centros de Misterios con sus propias formas particulares de acceso a la Sabiduría Cósmica Divina.

 La Corriente del Norte estaba especialmente preparada para la comprensión y la manera en que podría lograrse la Imaginación y la Corriente del Sur estaba más preocupada por lograr la Inspiración. Hubo un tiempo, sin embargo, que incluso en estos Centros los seres humanos ya no pudieron acceder a la Sabiduría Divina de Sofía. La Humanidad había caído más de lo previsto en el reino de la materia y un representante de la Divina Sofía tuvo que descender directamente a las almas humanas, a las individualidades que pertenecían a estas dos corrientes con el fin de llevar a estas almas la Sabiduría Cósmica a la que ya no podían acceder. Este ser femenino, este representante de la Divina Sofía, se dio a conocer al mundo a través de la Ciencia Espiritual y de su gran maestro mundial, Rudolf Steiner; él la llamó Antroposofía.

 

Antroposofía

El Ser de la Antroposofía es la gemela del alma Nathánica del Paraíso.[5] Su tarea consiste en descender de la esfera del Sol hacia la Tierra para introducirse directamente en el cuerpo astral humano, llevando con ella la Sabiduría Cósmica de la Divina Sofía. Esta sabiduría permitiría la elaboración del alma sensible, racional y consciente del ser humano. De esta manera elaboró su propio ser y se capacitó, a través de diversos sacrificios, para encarnar como un ser humano en el punto de inflexión en el tiempo –la María del Evangelio de Lucas–. La tarea de María fue dar a luz a su alma gemela, el alma Nathánica que conocemos como el Jesús de Lucas, para que pudiera convertirse en el futuro cáliz del Yo de Cristo.

Durante su descenso hacia el alma humana fue vista en diferentes tiempos objetivándose para la humanidad:

  • Los frutos de la unión del Alma Sensible humana con la Sabiduría de la Divina Sofía trabajando a través del ser de la Antroposofía se objetivó en el mundo exterior como Teosofía –el Alma o la Sabiduría de Dios.
  • Los frutos de la unión del alma Racional humana con la sabiduría de la Divina Sofía trabajando a través del ser de la Antroposofía se objetivó en el mundo exterior como Filosofía –El Alma o sabiduría del mundo.
  • Los frutos de la unión del Alma Consciente humana con la sabiduría de la Divina Sofía trabajando a través del ser de la Antroposofía se objetivó en el mundo como Antroposofía –El alma del hombre o de la sabiduría del hombre

La Antroposofía, desde entonces, se embarcó en el Escenario Angelical a su propio desarrollo, es decir, trabajando su Yo Espiritual después de haber desarrollado sus miembros Físicos (cuerpo Físico, Etérico y Astral), los miembros de su Alma (Sensible, Racional y Consciente) y entrando con su Yo en el punto de inflexión del tiempo, para finalizar en la envoltura de la Sociedad Antroposófica en el Encuentro de Navidad en 1923. Ella es ahora, el «ángel de la guarda» de la Sociedad Antroposófica y vive en el Alma de la Sociedad  –el ámbito social, en el que se cultiva la vida comunal libre de los individuos.

Por lo tanto podemos decir que Micael, administra la Inteligencia Sofiánica de Cristo, el conocimiento espiritual de Cristo y la Antroposofía porta la Sabiduría de Sofía, las cualidades anímicas necesarias para la comprensión de la Inteligencia en las almas humanas.

 

¿Qué es la Sabiduría Cósmica?

En el diccionario, la Sabiduría se describe como la capacidad de discernir o juzgar lo que es verdadero, justo, y duradero. En el contexto de nuestro presente estudio, Sabiduría Cósmica es la que crea las facultades de discernimiento o juicio de la verdad en el cuerpo Astral humano; la capacidad de discernir entre los más altos sentimientos y los sentimientos más bajos en el Alma Sensible, los pensamientos más altos y más bajos en el Alma Racional y los impulsos volitivos más altos y más bajos en el Alma Consciente. La Sabiduría crea entonces la capacidad cognitiva para un verdadero y libre discernimiento de la Inteligencia Cósmica de Cristo.

Esta es, por tanto, la imagen de la tríada de Sofía, Micael y Antroposofía.

Desde una perspectiva microcósmica:

La Sofía Cósmica, el gran ser de muchas partes, cuyo miembro más alto es el Espíritu de Sabiduría, o Kyriótetes, abarca:

  • la sustancia de la Inteligencia Cósmica, los Pensamientos del Mundo Cósmico Divino de todos los seres que le pertenecen con respecto al Ser de Cristo que es, hasta nuestros días, el dominio de Micael; y
  • la Sabiduría Cósmica, la capacidad de discernir la verdad de esta Inteligencia, que se formó en los seres humanos a través del Ser de la Antroposofía, trabajando a través de las dos corrientes del desarrollo humano, del Norte – Sur.

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Corrientes del Norte y del Sur.

Como hemos mencionado anteriormente, las corrientes del Norte y del Sur tienen su origen en el Oráculo del Sol de la  antigua Atlántida, cuyo Guía es el gran Manu, el líder de la Iniciación Solar.[1] Cuando llegó el momento en que la Sabiduría de este Oráculo hubo de ser difundida, fueron enviados dos grupos en dos direcciones, uno a través de Francia y el norte de Rusia y otro a través de España y el sur de Oriente Medio.

 La corriente del Norte nos la ilustra la Biblia como la corriente de Caín, que surgió en el sexto día de la creación de la inoculación a Eva con las fuerzas masculinas de los Seis Elohim en el Sol –una forma de reproducción asexual.[2]

La Corriente del Sur es ejemplificada por Abel que es el fruto de la unión sexual de Adán con Eva, y que se hizo posible por la separación de sexos a través del trabajo del séptimo Elohim/ Jehová en la Luna.

  • Caín = Sol – Elohim
  • Abel = Luna – Jehová/Elohim

 

Podría preguntarse ¿por qué dos corrientes?

Hay una ley cósmica que dicta que para que se produzca una etapa superior en el desarrollo humano, esta tiene que lograrse a través de la unión y la superación de dos polaridades.[3]  Esta ley puede ser vista en el desarrollo del Cosmos es decir, en Saturno, el Sol, la Luna y la Tierra, donde se llevaron a cabo dichas separaciones con el fin de que en el futuro se pudiese lograr una síntesis superior, es decir: Júpiter (una etapa superior de la Luna); Venus (una etapa superior de Sol); y Vulcano (una etapa superior de Saturno).

Esta ley fue percibida por Goethe que la llamó ‘La polarización y la intensificación’, y por Hegel que lo llamó Síntesis –la unión de tesis y antítesis.

 

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Es lógico que la misma ley se aplique al desarrollo del alma humana a través de dos corrientes, cuyas peculiaridades fueron capaces de asumir la Sabiduría de la Sofía Cósmica a través de su emisaria, la Antroposofía por dos caminos y desde dos direcciones completamente diferentes:

 

La Corriente del Norte – la corriente de las Alturas:

La corriente del Norte es también, como hemos visto más arriba, conocida como la corriente de Caín. El nombre de Caín (o Kain) en hebreo significa algo producido – o una lanza.

Podemos ver en este nombre la calidad de esta corriente, que busca forjar, como en una lanza, en el mundo de la materia, el producir algo que pueda ofrecerse como sacrificio al mundo espiritual. En otras palabras, sacarlo del cuerpo físico, de la materia, superando el velo de los sentidos exteriores. Rudolf Steiner nos dice que estos iniciados intentaron entrar en el mundo espiritual con el fin de percibir una «memoria» de lo que habían experimentado antes de descender a la Tierra, una forma de recuerdo prenatal[1].  Al llegar hasta las alturas del cosmos, al cielo estrellado, esta corriente fue capaz de conectarse no sólo con las estrellas y los seres que allí habitan, sino también con el conocimiento que los conectaba con el mundo de las sustancias minerales y las plantas.[2]

Este conocimiento se adquiere a través de la facultad de la percepción (cuerpo astral) haciéndose posible por el cerebro y el sistema y nervioso,[3] esta facultad es llamada la Visión Extática,[4]  y es el resultado de la entrada de las fuerzas de individualización masculina del Yo, de las fuerzas de la pluralidad,[5] de las fuerzas Solares. Y ahí podemos ver la conexión con los griegos y paganos. Platón llegó a esas alturas con su filosofía, o amor a la sabiduría, con el fin de experimentar las Formas Arquetípicas del Universo. El es por tanto el representante de esta corriente. Y desde los tiempos del Misterio del Gólgota se le ha conocido como la corriente de los Reyes.

Esta corriente utilizaba la sabiduría adquirida de su elevarse hacia el Cosmos, transformándola y dando forma a la materia en la Tierra, con el fuego del entusiasmo, en una sustancia compatible con el Espíritu. Hiram Abiff que se relaciona con Tubal Caín, fue el constructor del Templo de Salomón y pertenece a esta corriente. Rudolf Steiner nos dice que el mayor representante humano de esta corriente es Zaratustra. En la época persa, Zaratustra fue capaz de contemplar con lúcida claridad a través del velo de los sentidos, la visión física del aura del Sol, que le reflejaba el recuerdo de la realidad espiritual del Gran Ser Solar Ahura Mazdao u Ormuz —el Cristo Cósmico.

Con esta lúcida claridad pudo visualizar cómo la Divina Sabiduría Solar también se reflejaba en la naturaleza física, en la sustancia mineral y en el mundo de las plantas. Ambas habilidades para ‘ver’ superando los obstáculos de los sentidos, en términos cósmicos, están relacionadas con la facultad de la Imaginación – la ‘contemplación’ del Espíritu. Esta es la dualidad Pérsica, la capacidad de «Imaginar» el arriba y el abajo, el bien y el mal, la luz y la oscuridad, en perfecto equilibrio.[6]

Una peculiaridad de esta corriente es que sus líderes y representantes son portadores de altas individualidades espirituales que no encarnan físicamente, pero trabajan en la personalidad con el fin de lograr sus objetivos. Estos líderes, nos dice Rudolf Steiner, fueron forzados a salir de su propio ser, por así decirlo, para que estas individualidades superiores pudieran residir en ellas, y esto causó que se unieran con el fuego del macrocosmos –o espacio espiritual.[7] Esta corriente continúa en la etapa Egipcio-Caldea y transforma la capacidad de ver las realidades espirituales de las estrellas y los planetas, en las semillas de la Ciencia Astronómica, con el fin de preparar el descenso de Cristo.

Esta corriente elevó su mirada para marcar este descenso. Durante la época greco-romana, la corriente de los Magos (los iniciados en los misterios de Persia, los misterios del Gran Héroe Solar) representados en el Evangelio de Mateo. Los más altos iniciados de esta corriente estaban tan espiritualmente constituidos, que eran poseedores de un conocimiento lleno de luz,  capacitados para la Cognición Imaginativa, una visión más elevada de la «Estrella de Oro». Esta visión era la reflexión en el alma, de la luz[8] de su maestro espiritual, Zaratustra, que descendía hacia la encarnación en Belén. Sabían que Zaratustra tenía una gran tarea que cumplir – como el Jesús del Evangelio de Mateo, preparando las envolturas físicas y anímicas para la encarnación del Cristo Cósmico en la evolución terrestre.

Podemos poner ante nuestras almas la tierna imagen de los más altos iniciados de esta corriente, los tres Reyes Magos, permaneciendo con reverencia ante la gloriosa «luz» de su Maestro recién encarnado Zaratustra. Ahora podemos ver sus regalos, con el conocimiento superior, como un reflejo de toda la sabiduría que estos tres hombres habían reunido en el pasado y que se encendió en sus almas como una ‘memoria’. La Mirra corresponde a los misterios de la voluntad; El incienso a los misterios del sentimiento; y el oro a los misterios del pensamiento. Con el paso del tiempo, este conocimiento de los Reyes Magos que abarcaba el mundo de las estrellas se interiorizó, se contrajo, y se convirtió en «el seco mundo geométrico-matemático» del pensamiento que el hombre moderno porta en su alma. Redimir esto a través del poder del Yo es la renovada tarea de los Reyes Magos.

 

 La Corriente del Sur, la corriente de las profundidades:

 La Corriente del Sur también es conocida como la corriente de Abel. El nombre Abel (Ay-bel) es de origen hebreo, y su significado es «aliento o vapor», que ilustra la conexión de esta corriente con la ‘Inspiración’ y con Jehová que sopló el Espíritu o las fuerzas del Yo en el hombre. Esta corriente está más preocupada por la inmersión mística del Yo en el alma humana, es decir, penetrar a través del velo de las experiencias interiores del alma, el microcosmos, a una comprensión de los mundos espirituales. Los iniciados de esta corriente fueron capaces de descender al alma y llegar a una experiencia de las fuerzas interiores de la voluntad y por medio de ellas, a las fuerzas de las profundidades de la Tierra.

El iniciado de esta corriente alcanza el mundo espiritual desde el otro lado, es decir, de arriba hacia abajo.[9] A través de la facultad de la Inmersión Mística.[10]  Esto se representa a menudo en la literatura, por ejemplo, el viaje de Dante al infierno, el viaje de Fausto a las madres, el viaje de Orfeo para encontrar a Eurídice –estos son sólo algunos ejemplos. Estos iniciados penetraron a través del velo del alma para experimentar el mismo mundo espiritual que la corriente del Norte, pero desde el lado opuesto.

Las facultades necesarias para esta capacidad de entrar en las profundidades del alma se desarrollaban en el tiempo después de la muerte, esto es, entre la muerte y el nuevo nacimiento.[11] Rudolf Steiner nos dice que estas facultades son facultades juveniles, que son potencialmente germinales, y son similares a las fuerzas del crecimiento del niño. Rudolf Steiner las llama las facultades que, a través de su fructificación por la corriente del norte serán capaces de predecir el futuro. También podríamos llamarle la corriente de la unidad. Esta corriente tiene ese aspecto femenino de la conciencia, que podemos denominar las tranquilas aguas de la Sabiduría. Tal conciencia es capaz de utilizar lo que produce desde el mundo espiritual a través de la inmersión en las profundidades del alma para transformar el Espíritu en una sustancia compatible con el mundo de la Materia.

Esta corriente se relaciona con la voluntad y el corazón y también se conoce como la corriente de Aristóteles,[12] quien, como arquetipo del futuro, podía, a través de una perspectiva científica exacta, entrar en los detalles, en las profundidades de las fuerzas de voluntad que están detrás del funcionamiento del alma humana y de la vida animal.[13]

Rudolf Steiner nos dice que el ser humano más prominente iniciado de esta corriente fue Gautama Buda. El camino iniciático de Gautama Buda se basó principalmente en su desarrollo individual. Él era un Bodhisattva que se hizo mortal, es decir, que no era un ser humano impregnado por un ser superior (como en el caso de los Reyes Magos), era la encarnación de un ser superior:

Un Bodhisattva que asumió la radiante forma humana en el Ser de Gautama Buda —  que por el momento no vamos a entrar en que otra forma se  manifiesta también. Y que significó un avance de este Bodhisattva cuando ya no era necesario que él permaneciera en los reinos espirituales superiores, pues su desarrollo en los mundos espirituales era tal que podía dominar su corporeidad física hasta el punto de convertirse en hombre como Buda. Un Bodhisattva avanzando con la existencia humana es Buda.[14]

La iniciación de Buda sentado debajo del árbol Bodhi, es la imagen astral interior del sistema nervioso,[15] del cerebro y del cerebelo.[16] En una meditación de varios días de duración, pudo ver lo que existe bajo el cuerpo astral purificado. Penetró en su vida interior, en la vida interior de su cuerpo (sus órganos), su cuerpo etérico. El cuerpo etérico o cuerpo del tiempo, se proyectó en el mundo astral exterior y esto le permitió ver sus encarnaciones anteriores. Es un descenso a las fuerzas de la voluntad, ahí podemos ver una conexión entre las enseñanzas de Buda de la compasión y el amor (seis siglos antes de Cristo) y lo que llegará a ser la voluntad moral, o consciencia (la conciencia de los impulsos de la voluntad).

La iniciación de Buda bajo el árbol Bodhi se produjo a través de una catarsis en el cuerpo astral, y es este cuerpo astral, su «madre», o Nirmanakaya, el que fue capaz de donar, en el punto de inflexión en el tiempo al alma Nathánica. Podemos ver cómo la Corriente del Sur, de Buda es la misma que la Corriente de los Pastores, que se representa en el evangelio en relación con el Jesús de Lucas. La consciencia, o moralidad interna experimentada por los pastores en el campo, es un ejemplo de la conexión del pueblo hebreo con esta Corriente. El pueblo hebreo, a través de este tipo de iniciación interior pudo, llegar al recuerdo de las encarnaciones anteriores, fortaleciéndose de tal manera que se hizo capaz de ver el futuro – profecías.[17]

La corriente hebrea, a través de Abraham, tenía la tarea de trabajar en la preparación de la envoltura física humana del futuro portador del Cristo Cósmico. El elemento físico, como sabemos, está directamente relacionado con los misterios de la vida después de la muerte y la vida de la voluntad, que se refleja en el alma como conciencia moral o consciencia, una ley moral que se entiende en términos cósmicos como Inspiración —o la inhalación del Espíritu.

Podemos ver la imagen de los pastores durmiendo con la cabeza en la tierra, sintiendo cómo, de las profundidades del alma del mundo surgía un «sentimiento» como respuesta a la bajada del Ser de Cristo hacia la Tierra. Se aunaron con los ritmos del mundo espiritual, el resonante coro de los Ángeles cantando en majestuosos tonos, la anunciación del nacimiento del Hijo Nathánico, el Jesús del Evangelio de Lucas. Estos ritmos y tonos se inspiraron en sus almas y penetrándola alcanzaron las profundidades, las fuerzas de la Voluntad moral, instándoles a obedecer incuestionablemente.

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La unificación de las dos corrientes

 Rudolf Steiner nos dice que estas dos corrientes se unieron en un único ser: el Jesús del Evangelio de Mateo y el Jesús del Evangelio de Lucas. Se unieron en Jesús de Nazaret. El Yo de Zaratustra (Corriente de Norte – cabeza) y el Alma y el Cuerpo Físico Nathánico (Corriente del Sur – sentimiento + voluntad) se unieron para proporcionar el cáliz, el Grial, para la encarnación del Yo Cósmico de Cristo en el bautismo del Jordán. Este es un arquetipo del futuro trabajo de la Humanidad. El ser humano individual un día unirá ambas corrientes en su alma a fin de que la sustancia (Yo) de Cristo, con la intervención del Espíritu Santo, pueda entrar en el cuerpo Astral purificado que contendrá en su interior las fuerzas de la Divina Sofía trabajando en el alma, ya que estas fuerzas han sido mediadas por el Ser de Antroposofía.

Rudolf Steiner nos dice[1] que desde el Misterio del Gólgota y la síntesis de las dos corrientes en Jesús de Nazaret, se ha producido un intercambio en ambas corrientes.[2] Esto significa que una experiencia interior del pasado debe unirse con una experiencia exterior y que una experiencia exterior del pasado debe unirse con una experiencia interior. Este camino que conduce a la Iniciación era conocido en los Centros de Misterio desde la Época de la Atlántida y se ha convertido en una vía exotérica a disposición de todos los seres humanos a través de la obra de Rudolf Steiner y la Ciencia Espiritual.[3]

¿Qué es entonces la Iniciación?

 Rudolf Steiner nos dice que la Iniciación se logra a través de la preparación de la Imaginación, que comienza cuando hay un despertar de la Inspiración,  y continúa hacia la Intuición. Los pasos iniciáticos son:

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Preparación: Consiste en el estudio y la práctica de la Ciencia Espiritual, que se encuentra en “la Ciencia Oculta” y “Como se adquiere el Conocimiento de los Mundos Superiores”. Este estudio y su práctica es la base para los procesos de meditación de los Reyes Magos y los Pastores. La meditación es un olvido consciente del mundo físico y de la conciencia física, a través del pensamiento desinteresado y altruista, percepción que lleva a la Imaginación.

Imaginación: Es un sueño consciente, un recuerdo del trabajo pasado del Espíritu. Esto se experimenta como la Imagen-Sombra de un Ser o una realidad pasada —los pensamientos pasados del Ser— como preparación para la Inspiración.

Inspiración: Es una percepción consciente de la realidad del alma realizada por el Ser (leyes y ritmos) o la parte del presente creativo en la respiración y expiración (palabra) del Ser, lo que conduce a la comunicación y el entendimiento a través de la armonía de la respiración y de la sangre. Esta es una preparación para la Intuición.

Intuición: Es la unión consciente con la Voluntad del Ser, la unificación con lo que vive en el Ser como un potencial para la creación futura.[1]

Rudolf Steiner nos dice que el pensamiento y la percepción ordinarios son el resultado de un proceso de muerte. La sangre roja (la sangre oxigenada) debe entrar en el cerebro y los órganos de los sentidos para que se produzca el pensamiento y la percepción ordinaria. El producto de esta interacción de la sangre y los nervios es un agotamiento del oxígeno y la creación de dióxido de carbono, un veneno que debe ser expulsado. A través del pensamiento y de la percepción ordinaria, el Yo se conoce a sí mismo, pero también es responsable de la intoxicación del mundo. Por tanto, podemos llamar a esto un proceso de muerte, un proceso egoísta. En el acto de la meditación olvidamos desinteresadamente el pensamiento y la percepción ordinarios, y es este desinterés del Yo el que redime este proceso de muerte.

Hay dos tipos de meditación:

  • Cuando uno se concentra en determinados pensamientos e imágenes durante un largo período de tiempo.
  • Cuando hay una concentración en el mundo exterior de la naturaleza.

En ambos casos hay una devoción de atención desinteresada, toda una experiencia interior, de un lado la edificación espiritual y ‘activación’ del pensamiento y la actividad imaginativa y por otro lado la observación de la naturaleza, los gestos de las estaciones, el clima, la naturaleza espiritual de las plantas, de los minerales, de los seres humanos y los animales. En ambos casos, este pensamiento vital y esta percepción viviente no crean «veneno» en la sangre, sino que liberan al ser humano de este proceso de muerte.

Pero, ¿cómo se unen en la Meditación los Reyes Magos y los Pastores?

Los Reyes Magos de la antigüedad que una vez elevaron sus almas para experimentar una imagen como recuerdo de lo que fue una realidad espiritual, en nuestros tiempos modernos debe tener este conocimiento de las alturas y descender con él a las profundidades del alma, al pensamiento meditativo interior. La «luz» exterior del conocimiento cósmico, la Imagen Cósmica, ahora debe, a través de la meditación, unirse desinteresadamente con el calor interior del corazón y el fuego de la voluntad, al Karma individual del ser humano. Esta unificación de «luz» y «calor» convierte ahora al antiguo Rey Mago en un nuevo Pastor, es decir, las imaginaciones previamente ganadas a través de una conciencia atávica o embotada pueden unirse ahora con el calor despierto del corazón para dar lugar a la Inspiración.

El antiguo Pastor que una vez descendió a las profundidades del alma para unir el pensamiento con el aliento y la sangre, con el fin de experimentar los últimos trabajos del Karma individual, ahora debe adquirir ese conocimiento de sí mismo, y como Pastor debe llevar desinteresadamente los conocimientos adquiridos a través de una piedad interior, a la «calidez» del corazón y de la moral interior, y unirla con la «luz» del conocimiento que permite la percepción de la imagen del cosmos, del espíritu en la naturaleza exterior. Esta unidad que fue previamente ganada, la Inspiración adquirida a través de una conciencia atávica embotada, conectando la respiración y la sangre, con lo que ahora se adquiere por un desinterés despierto, alejándose de la respiración y la sangre, es una experiencia consciente de la Imaginación.

Pero la meditación es sólo un aspecto. Esta lleva a un mayor desarrollo a los Reyes Magos y los Pastores, sin embargo, para que se produzca una verdadera unificación, la meditación debe ir acompañada de los ejercicios espirituales (Conocimiento de los Mundos Superiores) que junto con la meditación trae lo que una vez fue experimentado por los Reyes Magos y Pastores de un sentido atávico a un estado despierto y controlado apropiado para la humanidad moderna, que puede conducir tanto a los Reyes Magos como a los Pastores, de la Imaginación moderna a la Inspiración moderna.

Estos Ejercicios espirituales crean la posibilidad de un despertar de:

  • La conciencia de ‘Sueño’ en el ser humano que existe en la «vida de sentimiento» y se relaciona con la «memoria». Esto significa que la imaginación que fue una vez atávica (visión extática) en el antiguo Rey Mago puede, a través del pensamiento, hacerse consciente en el nuevo Pastor.
  • La conciencia ‘Dormida’ en el ser humano, que es similar a la «vida de la voluntad» y que está relacionada con el ‘Karma’ del ser humano. Esto significa que la Inspiración que una vez fue atávica en el antiguo Pastor (Inmersión Mística) puede ahora a través de la percepción desinteresada hacerse consciente en el nuevo Rey Mago.

 

  • Pensamiento: Estado despierto–Control de pensamientos/ Apertura de la mente
  • Sentimiento: Estado de ensoñamiento–Positividad /Ecuanimidad
  • Voluntad: Estado dormido – Control de la voluntad / balance de las tareas diarias

 

Podemos ver cómo la meditación y los ejercicios espirituales unen a los Reyes Magos y los Pastores, antiguos y nuevos, y al hacerlo, crean un camino hacia la espiritualización del cuerpo Astral (Madre Virginal), que a su vez crea las condiciones necesarias para un descenso del Espíritu Santo.

¿Qué significa esto?

Rudolf Steiner nos dice que nuestro ‘Espíritu’ superior es el Espíritu Santo, que en nuestro tiempo reside fuera de nosotros. Si modelamos este Espíritu en una forma adecuada a través de cada pensamiento que expulsamos de nosotros con el aliento que exhalamos.[2] Esto significa que todo lo que el alma ha logrado por la meditación y a través de los ejercicios espirituales, es lo que permite a los Reyes Magos convertirse en nuevos Pastores y a los Pastores convertirse en nuevos Reyes Magos, aquello que crea la Madre Virginal, el alma espiritual, es exhalado a través de la respiración en el ambiente espiritual que le rodea y esto puede modelar al Espíritu Santo exterior. Esta exhalación del alma espiritual que vive en el interior del ser humano se conecta con el Espíritu Santo exterior a través del proceso de la Imaginación. La Imaginación que vive como una experiencia interior puede modelar el Espíritu fuera de nosotros, de acuerdo con el nivel de desarrollo del alma.

Debemos imaginar que estamos modelando fuera de nosotros la configuración y la forma (Imaginación) de una espada, que se ajusta a lo que estamos creando en nosotros —la envoltura del alma. En términos espirituales esta funda es la sangre Eterizada, es decir, el aspecto espiritual o enrarecido de la sangre. Sin embargo este Espíritu Santo formado, que es el producto de la Imaginación fuera de nosotros, es sólo el primer paso. El siguiente paso es que debe ser «inspirado» por el alma.[3] Pero el alma tiene que deshacerse de estos razonamientos, es decir, el alma debe permitir que la espada entre en la vaina que ya no es visible.[4] Cuando esta remodelación del Espíritu Santo es «inspirada» por el alma y entra en el aspecto espiritual de la sangre, la vaina, la sangre Eterizada, purificada de karma,[5] este Espíritu ahora se individualiza como Yo Espiritual.

 

Imaginación > La confección del Espíritu Santo a través del aire exhalado

Inspiración   > La inhalación del Espíritu confeccionado por la Imaginación

 

Este Yo Espiritual en la sangre Eterizada del ser humano puede ahora modelar el corazón etérico en un Grial, o copa en la que la sangre Eterizada humana pueda estar en comunión con la sangre Etérica de Cristo.[6]

 

La entrada del Espíritu Santo individualizado como Yo Espiritual modela poco a poco el órgano del corazón Etérico, el corazón del Sol que a través de la imaginación puede ver la luz de Cristo y por medio de la inspiración puede escuchar su Palabra. Tal fue el conocimiento difundido por el gran Oráculo del Sol a través de las dos corrientes los Reyes Magos y los Pastores, y que se convirtieron en el punto de inflexión en el tiempo.

 

Tenemos dos nuevos representantes humanos para esta unificación. Estos dos altos iniciados son los siervos de Sofía, Micael y el Ser de la Antroposofía, sus emisarios. Ellos se reunieron para unir ambos caminos en la sociedad Antroposófica. Estos dos iniciados cristianos son Cristian Rosacruz y Rudolf Steiner. Ellos fueron los responsables de poner a disposición de todos los seres humanos la sabiduría necesaria para la unión de los Reyes Magos y los Pastores con el fin de que el cuerpo astral pudiera convertirse en un templo del Alma Microcósmica a través de la redención del pensamiento, sentimiento y voluntad. Este es el Templo cuya Piedra de Fundación en el Encuentro de Navidad de 1923, se puso a disposición de todos aquellos que deseen llevarla en sus corazones.

 

Pero este es sólo el aspecto microcósmico de lo que se requiere de nosotros. Del aspecto Macrocósmico hablaremos la próxima semana. Este aspecto se relaciona con la voluntad y vive en el reino del Karma. Vive en lo que los seres humanos tienen que hacer ahora a través de una voluntad consciente, y depende, por lo tanto, de los antropósofos mismos, especialmente en los grupos kármicos de aristotélicos y platónicos. Depende de lo que puedan lograr juntos a través de una colaboración armoniosa, que permitirá la confección del cáliz anímico de la Antroposofía, la Sociedad Antroposófica, una sociedad de seres humanos libres en la tierra —un Macrocósmico Templo del Sol, un espacio del corazón etérico. Será el órgano social en el que la Sabiduría de Cristo y la Inteligencia Cósmica de Cristo viviendo en cada alma humana podrán encontrar cada vez más la sustancia del mismo Cristo a través del derramamiento del Espíritu Santo.

 

Traducido por Gracia Muñoz.

 

 

[1] Rudolf Steiner 18 de mayo 1924

[2] Rudolf Steiner Conferencia de Berlín, 02 de octubre 1906

[3] Rudolf Steiner 27 de agosto 1919

[4] Podemos comparar esto con el ojo – el ojo debe ser desinteresado, es decir, no debe ver a sí mismo si se trata de ver el mundo exterior.

[5] Es por eso que debemos «dejar ir» de la imaginación, debemos inspirarnos  a ellos si vamos a llegar al nivel de la inspiración.

[6] Rudolf Steiner La Eterización de la Sangre

[1] Rudolf Steiner conferencias de Navidad, 1920, Dornach

[2] Rudolf Steiner La búsqueda de la nueva Isis la Divina Sophia

[3] Rudolf Steiner Conferencias de Navidad de 1920, Dornach

 [1] Sergei Prokofieff O, Encuentro con el Mal, en la página 110, Rudolf Steiner, La búsqueda de la nueva Isis la Divina Sophia, conferencia III

[2] Rudolf Steiner — Dornach 25 de diciembre 1920

[3] Rudolf Steiner, conferencia, 13 de junio 1916 ver también Rudolf Steiner La búsqueda de un nuevo Isis la Divina Sophia, conferencia III

[4] Rudolf Steiner Lecture 21 de marzo 1910

[5] Rudolf Steiner, Misión de las Almas de los pueblos, página 83

[6] Rudolf Steiner, La búsqueda de la nueva Isis la Divina Sofía, Ponencia III

[7] Sergei Prokofieff O – Quieran escucharlo los hombres! – El Arquetipo esotérico del Consejo original

[8] Rudolf Steiner Dornach 25 de diciembre 1920

[9] Ibíd.

[10] Rudolf Steiner Lecture 21 de marzo 1910

[11] Rudolf Steiner Conferencia Dornach 25 de diciembre 1920

[12] Sergei Prokofieff O, La Sofía Celestial y el Ser de la Antroposofía página 168-169

[13] Rudolf Steiner ibíd

[14] Rudolf Steiner, Oriente a la luz de Occidente, Cristo y los Bodhisattvas

[15] Rudolf Steiner El Evangelio de San Juan Tercera Conferencia

[16] Rudolf Steiner Fundamentos del Esoterismo XII

[17] Rudolf Steiner Conferencia Dornach 25 de diciembre 1920

[1] Sergei Prokofieff O El Misterio de la Conferencia de Navidad, en la página 315

[2] Véase conferencia de Autor, Eva Celestial y Terrenal Eva y su conexión con el misterio de María, Isis, Sophia
http://www.revistabiosofia.com/2008/05/17/eva-terrenal-eva-celestial-su-conexion-con-el-misterio-de-isis-maria-sofia-y-la-antroposofia/

[3] Sergei Prokofieff O, El encuentro con el Mal, página 112-111

[1]Los emisarios de la Sophia se manifiestan de una manera que expresa una ‘cualidad femenina’, los que trabajan por su propia individualidad, de su propio conocimiento de la divinidad, tienen una ‘cualidad masculina’: Prokofieff La Sofía Celestial y el Ser de Antroposofía página 239

[2] Sergei Prokofieff O ver Capítulo La Evolución de la Sophia Celestial en su libro La Sofía Celestial y el Ser de Antroposofía

[3] Rudolf Steiner Lecture 8th August 1924

[4] Rudolf Steiner Lecture 28th July 1924

[5] Ver conferencia de Autor La Eva Terrenal y Eva Celestial, su conexión con el misterio de Isis, María, Sofía y el Ser de la Antroposofía encontrar en el sitio Web de la antroposofía en Sydney.

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