Rudolf Steiner — Dornach, 1 de noviembre de 1919
Cuando se debaten las cuestiones sociales desde el punto de vista científico espiritual, no se hace por ningún motivo o impulso subjetivo. Todo se basa en la observación de la evolución de la humanidad y de lo que las fuerzas que subyacen en esa evolución nos están exigiendo ahora y en el futuro inmediato.
Revelar los impulsos más profundos que actúan en este tiempo no es una tarea agradable, pues hay muy poca inclinación para entrar en tales asuntos con verdadera seriedad. Pero nuestra época exige esta seriedad en todos los asuntos de la humanidad, y sobre todo el descarte de prejuicios y preconceptos. Hoy, por tanto, les presentaré algunos aspectos más profundos de las cuestiones a las que a menudo se ha hecho referencia.
Una vez más, es necesario examinar un período bastante largo en la vida de la humanidad. Como ustedes saben, distinguimos la época actual de otras épocas, calculando que la actual comenzó a mediados del siglo XV DC. Hablamos de ella como de la quinta época post-atlante, distinguiéndola de la época anterior que comenzó en el siglo VIII AC. y que a los pueblos responsables de su cultura los denominamos la época grecolatina. Esta fue precedida por la civilización de la época egipcio-caldea.
Cuando consideramos la época egipcio-caldea encontramos que los registros de la historia ordinaria se empiezan a descomponer. Incluso con la ayuda accesible de la tradición egipcio-caldea, la evidencia externa no nos lleva mucho más lejos en la historia de la humanidad.
Pero no es posible comprender lo que es importante para el presente, a menos que comprendamos las características intrínsecas de esa tercera época cultural post-atlante.
Ustedes ciertamente saben que en la historia ordinaria de aquel tiempo antiguo, a toda la civilización, a toda la cultura del entonces mundo conocido, se le llama el paganismo. Y como un oasis en medio de ella surge la cultura hebraica como una preparación para el cristianismo. Pero ignorando por el momento esta cultura judía, que difiere tan fundamentalmente de las otras formas de vida civilizada precristiana, volvamos nuestra atención al paganismo. Su característica especial puede decirse que radica en su sabiduría, en su profunda comprensión de las cosas y los procesos del mundo. El conocimiento contenido en el paganismo tuvo su origen en los Antiguos Misterios y aunque según la erudición moderna tiene un carácter mítico y pictórico, hay que destacar que toda la imaginería, todas las imágenes que han descendido a la posteridad de este antiguo paganismo son el fruto de una profunda comprensión.
Recordando los muchos tesoros de esta sabiduría suprasensible que hemos estado tratando de sacar a la luz, será obvio que aquí tengamos que ver con una sabiduría primigenia, una sabiduría que subyace a todo el pensamiento, a todas las percepciones y sentimientos de aquellos antiguos pueblos. Una especie de eco de esta sabiduría, una tradición de lo que fue consagrado, sobrevivió aquí y allá en las sociedades secretas, en realidad en una forma sana, hasta finales del siglo XVIII y principios del XIX. En el siglo XIX, la fuente se secó y los vestigios que quedaban pasaron a manos de grupos aislados pertenecientes a ciertas nacionalidades. Y lo que está en posesión de las sociedades secretas ordinarias hoy en día ya no puede considerarse como saludable o como una auténtica tradición de la antigua sabiduría pagana.
Ahora bien, esta antigua sabiduría tiene una característica particular que nunca debe perderse de vista. Tiene una característica a causa de la cual el judaísmo, la corriente más pequeña entonces que preparaba el camino para el cristianismo tuvo que ser introducido como una especie de oasis.
Si este antiguo paganismo se entiende correctamente, se encontrará que contiene una sabiduría sublime, profundamente penetrante, pero que no contiene impulsos morales para la acción humana. Estos impulsos no eran realmente esenciales para la humanidad, ya que a diferencia de lo que vive ahora como conocimiento humano, como discernimiento humano, esta antigua sabiduría pagana nos daba el sentimiento de ser miembro de todo el Cosmos. Las personas que se movían alrededor de la Tierra no sólo se sentían compuestos de las sustancias y fuerzas presentes en ella, en los reinos mineral, vegetal y animal, sino que sentían que las fuerzas que operan, por ejemplo, en los movimientos de las estrellas y del sol también estaban actuando en ellos. Este sentimiento de ser un miembro de la totalidad cósmica no era una mera abstracción, ya que recibían las directrices de los Centros de Misterios que basaban sus acciones y conducta en la vida en las leyes de las estrellas. Esta antigua sabiduría estelar no se parecía en nada a la astronomía aritmética que a veces se considera valiosa hoy en día, pues era una sabiduría expresada por los Iniciados de tal manera que los impulsos para la acción y conducta individual salían de los Centros de Misterios. No sólo los seres humanos se sentían seguros dentro de la sabiduría predominante del cosmos, sino que aquellos a quienes se reconocía como los iniciados de los Misterios impartieron esta sabiduría en directivas para sus acciones desde la mañana hasta la noche en determinados días del año. Sin embargo, ni la sabiduría caldea ni la sabiduría egipcia contenían un solo impulso moral de lo que había sido impartido por los iniciados de esta manera. El impulso moral en su sentido real fue preparado por el judaísmo y luego se desarrolló en el cristianismo.
Inevitablemente surge la pregunta: ¿Por qué esta sublime sabiduría pagana, aunque no contenía impulsos morales, fue capaz, por ejemplo, en la antigua Grecia, de florecer en tanta belleza de arte y de grandeza en la filosofía?.
Si tuviéramos que ir mucho más allá, a un tiempo de más de tres mil años antes de la era cristiana, podemos encontrar que junto con los impulsos de la sabiduría llegó un impulso moral, pues los principios morales, la ética necesaria para estas personas de la antigüedad estaban contenidas en esta sabiduría. Pero el carácter distintivo específico, el impulso moral específico que vino con el cristianismo no era una parte integral del paganismo. ¿Por qué fue esto? Fue porque a través de los milenios que precedieron directamente al cristianismo, esta sabiduría pagana fue inspirada desde un lugar muy lejano en Asia, por un Ser notable que se encarno en el lejano Oriente en el tercer milenio antes de Cristo, —a saber, Lucifer.
A las muchas cosas que hemos aprendido acerca de la evolución de la humanidad, también hay que añadir este conocimiento: que así como tuvo lugar la encarnación que culminó en el Gólgota, la encarnación de Cristo en el hombre Jesús de Nazaret, hubo una encarnación real de Lucifer en la lejana Asia, en el tercer milenio antes de Cristo y la fuente de inspiración de aquella antigua cultura fue lo que sólo puede describirse como una encarnación terrenal de Lucifer en un hombre de carne y hueso. Incluso el cristianismo, incluso el Misterio del Gólgota, tal como fue promulgado entre los seres humanos, fue comprendido al principio por los únicos medios entonces disponibles, a saber, la antigua sabiduría luciférica. La unilateralidad de la gnosis, con toda su asombrosa profundidad, deriva de la influencia que se había extendido de esta encarnación de Lucifer sobre todo el mundo antiguo. El significado del Misterio del Gólgota no puede ser plenamente comprendido sin el conocimiento de que tres mil años antes había tenido lugar la encarnación de Lucifer.
Para que la inspiración luciférica pudiera ser sacada de su unilateralidad, vino la encarnación de Cristo y con ella el impulso para la educación y desarrollo de la civilización europea y su ramificación americana. Pero desde mediados del siglo XV, donde ha entrado en acción el impulso para el desarrollo de la individualidad, de la personalidad, esta fase de la evolución contiene también dentro de sí ciertas fuerzas por las que se prepara la encarnación de otro Ser suprasensible. Así como hubo una encarnación física de Lucifer y una encarnación física de Cristo, así, antes de que transcurra una parte del tercer milenio de la era post-cristiana, habrá, en Occidente, una encarnación real de Ahriman: un Ahriman físico. La humanidad de la Tierra no podrá escapar de esta encarnación de Ahriman. Llegará inevitablemente. Pero lo que ahora importa es que la gente encuentre el punto de vista adecuado desde el cual poder confrontarlo.

Siempre que se están preparando encarnaciones de este carácter, debemos estar atentos a ciertas tendencias indicativas en la evolución. Un Ser como Ahriman, que se encarnará en Occidente en el tiempo por venir, se prepara de antemano para esta encarnación. Con vistas a su encarnación en la Tierra, Ahriman guía ciertas fuerzas a la evolución de tal manera que puedan ser de la mayor ventaja posible para él. Y el mal resultaría si la gente viviera en un estado de insensibilidad soñolienta, incapaz de reconocer ciertos fenómenos en la vida como preparativos para la encarnación física de Ahriman. Sólo puede tomarse la postura correcta reconociendo en una u otra serie de acontecimientos la preparación que está haciendo Ahriman para su existencia terrenal. Y ahora ha llegado el momento de que los seres humanos individuales sepan qué tendencias y acontecimientos a su alrededor son maquinaciones de Ahriman, ayudándole a prepararse para su inminente encarnación.
Sin duda, sería de gran beneficio para Ahriman si pudiera evitar que la gran mayoría de la gente percibiera lo que está preparando para su verdadero bienestar, si la vasta mayoría de la gente considerara estos preparativos para la encarnación de Ahriman como progresivos y buenos para la evolución. Si Ahriman es capaz de introducirse en una humanidad que no sabe de su venida, eso le alegraría sobre todo. Es por esta razón que los acontecimientos y las tendencias en las cuales Ahriman está trabajando para su encarnación futura deben ser llevados a la luz.
Uno de los desarrollos en los que el impulso de Ahriman es claramente evidente es la difusión de la creencia de que las concepciones mecanicistas y matemáticas inauguradas por Galileo, Copérnico y otros, explican lo que está sucediendo en el Cosmos. Es por eso que la ciencia espiritual antroposófica pone tal énfasis en el hecho de que el espíritu y el alma deben ser discernidos en el cosmos, y no solo las leyes matemáticas y mecanicistas propuestas por Galileo y Copérnico como si el cosmos fuera una enorme máquina. Sería un augurio para las tentaciones de Ahriman si persistieran en calcular las revoluciones de los cuerpos celestes, estudiando la astrofísica con el único propósito de determinar la composición material de los planetas, un logro del cual el mundo moderno esta tan orgulloso. Pero, ¡ay! Ocurre que este copernicanismo no se enfrenta con el conocimiento de que el cosmos está impregnado de alma y espíritu. Es este conocimiento que Ahriman, al preparar su encarnación terrena, quiere retener. Le gustaría mantener a las personas tan obtusas que sólo puedan captar el aspecto matemático de la astronomía. Por lo tanto, él tienta a muchas personas para llevar a efecto su repugnancia al conocimiento sobre el alma y el espíritu del cosmos. Esa es sólo una de las fuerzas de corrupción vertidas por Ahriman en las almas humanas. Otro medio de tentación vinculado con su encarnación —él también trabaja en cooperación con las fuerzas luciféricas— otro de sus esfuerzos es preservar la actitud ya extendida que para el bienestar público es suficiente si son proporcionadas las necesidades económicas y materiales de la humanidad. Aquí llegamos a un punto que no está dispuesto a enfrentarse en la vida moderna. La ciencia oficial no contribuye hoy en nada al conocimiento real del alma y del espíritu, pues los métodos adoptados en las ciencias ortodoxas sólo tienen valor para aprehender la naturaleza externa, incluida la constitución humana externa. Basta con pensar con qué desprecio los ciudadanos de hoy en día consideran todo lo que parece idealista, todo lo que parece ser un camino que conduce de alguna manera a lo espiritual. En el fondo, siempre preguntan: ¿Qué es lo bueno? ¿Cómo me ayudará a adquirir los bienes de este mundo? Ellos envían a sus hijos a una escuela privada, quizás a uno de ellos; Los envían a una universidad o instituto de estudios avanzados. Pero todo esto se hace sólo con el fin de sentar las bases para una carrera, es decir, para proporcionar los medios materiales de subsistencia.
Y ahora piensen en las consecuencias de esto. ¡Cuántas personas hay hoy en día que ya no valoran el espíritu por el bien del espíritu o del alma por el bien del alma! Se trata de absorber de la vida cultural sólo lo que se considera «útil». Este es un factor significativo y misterioso en la vida de la humanidad moderna y que debe ser llevado a la plena luz de la conciencia. Los ciudadanos medios, que trabajan asiduamente en sus oficinas desde la mañana hasta la noche y luego pasan por la habitual rutina nocturna, no se dejan mezclar con lo que llaman las «bobadas» que se encuentran en la antroposofía. Les parece totalmente redundante, porque piensan: ¡eso es algo que a uno no le da de comer! Finalmente se llega a esto —aunque la gente no lo admite— que en la vida ordinaria nada en el camino del conocimiento se considera realmente útil a menos que ayude a poner la comida en la boca!.
En este sentido, la gente de hoy ha sucumbido a una extraña falacia. Ellos no creen que el espíritu puede ser tomado, y sin embargo los mismos que dicen esto, comen el espíritu! A pesar de que pueden negarse a aceptar cualquier cosa espiritual, sin embargo, con cada bocado que pasa de la boca al estómago están devorando lo espiritual, pero lo despachan por un camino que no es el camino que conduce al verdadero bienestar de la humanidad.
Creo que muchos europeos piensan que es un honor para su civilización poder decir: ¡No somos caníbales! Pero estos europeos y sus afines americanos son, sin embargo, devoradores de alma y espíritu!. Los devoradores sin alma del alimento material se dirigen al rastreo lateral del espíritu. Es difícil decir estas cosas hoy en día, ya que a la luz de tal conocimiento sólo piensen lo que habría que decir de una gran parte de la cultura moderna!. Mantener a la gente en ese estado de ser devoradores del alma y del espíritu es uno de los impulsos de Ahriman en la preparación para su encarnación. En la medida en que las personas pueden ser despertadas en la conducción de sus asuntos, no solo para fines materiales sino en la consideración de una vida espiritual libre e independiente, así como una vida económica, como parte integral del organismo social —en la misma medida la encarnación de Ahriman será esperada con una actitud digna de la Humanidad.
Otra tendencia en la vida moderna que beneficia a Ahriman en la preparación para su encarnación es todo lo que está claramente en evidencia en el nacionalismo. Todo lo que puede separar a las personas en grupos, todo lo que puede alienarlos de la comprensión mutua del mundo y conduciendo la cuña entre ellos, fortalece el impulso de Ahriman. En realidad, deberíamos reconocer la voz de Ahriman en lo que hoy se proclama con frecuencia como un nuevo ideal: «La libertad de los pueblos, incluso del más pequeño» y así sucesivamente. Pero la relación sanguínea ha dejado de ser un factor decisivo y si esta desgastada idea persiste, estaremos jugando directamente con las manos de Ahriman. Sus intereses son promovidos, también, por el hecho de que la gente se ocupa de los más divergentes matices de las opiniones de los partidos, los cuales pueden tan fácilmente justificar una cosa como otra. Un programa del partido socialista y un programa antisocialista pueden estar apoyados por argumentos de igual validez. Y si la gente no se da cuenta de que este tipo de «matices» se encuentra tan completamente en la superficie que el No y el Sí pueden ser igualmente justificados con nuestra inteligencia moderna —útil como es para las ciencias naturales, pero no para un tipo diferente de conocimiento— Si la gente no se da cuenta de que esta inteligencia está enteramente en la superficie a pesar de servir a la vida económica tan eficazmente, continuará aplicándola independientemente a la vida social y espiritual. Un grupo demostrará una cosa, otro exactamente lo contrario, y como ambas pruebas pueden demostrarse igualmente lógicas, el odio y la amargura —de las cuales hay más que suficiente en el mundo— se intensificarán. Estas tendencias también son explotadas por Ahriman en la preparación para su encarnación terrenal.
Y algo más que será de particular ventaja para él es la visión, corta y estrecha del Evangelio que es tan frecuente hoy en día. Ustedes saben lo necesario que es en nuestro tiempo profundizar en la comprensión de los Evangelios a través de la ciencia espiritual. Pero también saben cuán generalizado está el movimiento que alega que esto no es apropiado, que es reprochable traer algún conocimiento real del espíritu o del cosmos a los Evangelios; se dice que los Evangelios deben ser tomados «en toda su sencillez», tal como están. No voy a plantear la cuestión de que ya no poseemos los verdaderos Evangelios. Las traducciones no son reproducciones fieles de los Evangelios auténticos, pero no me propongo entrar en esta cuestión ahora. Me limitaré a exponerles el hecho más profundo, a saber, que no se puede alcanzar una verdadera comprensión de Cristo con la sencilla y fácil lectura de los Evangelios amados por la mayoría de las denominaciones religiosas y sectas de hoy. En el tiempo del Misterio del Gólgota y durante algunos siglos después, todavía era posible una concepción real del Cristo, porque los relatos de la tradición podían entenderse con la ayuda de la sabiduría pagana y luciférica. Esta sabiduría ha desaparecido, y lo que las sectas y denominaciones encuentran en los Evangelios no conduce a la gente al Cristo real que buscamos a través de la ciencia espiritual, sino a un cuadro ilusorio, como máximo a una sublimada alucinación de Cristo.
Los Evangelios no pueden conducir al Cristo verdadero a menos que sean iluminados por la ciencia espiritual. A falta de esta iluminación, los Evangelios, tal como están, dan lugar a lo que no es más que una alucinación de la aparición de Cristo en la historia del mundo. Esto se hace muy evidente en la teología de nuestro tiempo. ¿Por qué la teología moderna tanto quiere hablar del «hombre sencillo de Nazaret» e identificar al Cristo con Jesús de Nazaret, a quien considera un hombre un poco más exaltado que otras grandes figuras de la historia? Es porque la posibilidad de encontrar al Cristo real se ha perdido, y porque lo que la gente recoge de los Evangelios conduce a una alucinación, a una especie de ilusión. Una concepción ilusoria de Cristo es todo lo que puede ser recogido a través de la forma en que se leen hoy los Evangelios, —no la realidad de Cristo. En cierto sentido esto ha llegado a los teólogos y muchos de ellos describen ahora la experiencia de Pablo en el camino a Damasco como una «visión». Han llegado al punto de darse cuenta de que su manera de estudiar los Evangelios sólo puede conducir a una visión, a una alucinación. No estoy diciendo que esta visión sea falsa o ficticia, sino que es simplemente una experiencia interna, sin conexión con la realidad del ser de Cristo. Yo no uso la palabra «ilusión» con la implicación literal de la falsedad, pues sólo deseo subrayar que el Ser Crístico es aquí una experiencia subjetiva, interior, del mismo carácter que una alucinación. Si en ese momento las personas pudieran detenerse, no buscando al Cristo real sino contentándose con una alucinación de Cristo, los objetivos de Ahriman serían inmensamente fomentados.
La influencia de los Evangelios también conduce a alucinaciones cuando un solo Evangelio es tomado como la base de la creencia. A decir verdad, este principio ha sido impedido por el hecho de que se nos han dado cuatro Evangelios, representando cuatro aspectos diferentes, y no es necesario tomar cada uno de los Evangelios palabra por palabra por sí solo, cuando exteriormente hay contradicciones evidentes. Tomar un solo evangelio palabra por palabra e ignorar los otros tres es realmente peligroso. Lo que se encuentra en las sectas cuyos adherentes juran por el contenido literal del Evangelio de San Lucas solo o sólo de San Juan es una concepción ilusoria surgida de un cierto oscurecimiento de la conciencia. Con el oscurecimiento de la conciencia que inevitablemente ocurre cuando el contenido más profundo de los Evangelios no se revela, la gente caería completamente al servicio de Ahriman, ayudando de una manera muy efectiva a prepararle para su encarnación y adoptando hacia él la misma actitud que él desea.

¡Y ahora otra verdad incómoda para la humanidad hoy!. Viviendo en los brazos de sus denominaciones, la gente dice: «No necesitamos la antroposofía ni nada parecido; Estamos contentos con los Evangelios en toda su sencillez». Insisten en que esto se dice por «humildad». ¡En realidad, sin embargo, es la mayor arrogancia!. Porque significa que tales personas, haciendo uso de las ideas que se les han presentado por medio de su nacimiento y surgieron de su sangre, se dignan a descartar los tesoros más profundos de la sabiduría que se descubrirán en los Evangelios. Estos «más humildes» de los seres humanos son generalmente los más arrogantes de todos, especialmente en las sectas y denominaciones. El punto a recordar es, sin embargo, que las personas que hacen más para prepararse para la encarnación de Ahriman son aquellos que constantemente predican: «Todo lo que se requiere es leer los Evangelios palabra por palabra, ¡nada más que eso!».
Es extraño decir que, a pesar de sus diferencias radicales, los dos partidos juegan mano a mano: a los que llamé «devoradores del alma y del espíritu» y a los que exigen «la lectura literal y palabra por palabra de los Evangelios». Cada parte juega en las manos del otro, promoviendo la preparación de la encarnación de Ahriman. Porque si la perspectiva de los «devoradores del alma y del espíritu» por un lado y la de los profesos cristianos que se niegan a entrar en las verdades más profundas de los Evangelios por el otro es mantenerse al día, entonces Ahriman será capaz de hacer suyos a todos los seres humanos en la Tierra. Una buena parte de lo que se está difundiendo en el cristianismo externo hoy en día es una preparación para la encarnación de Ahriman. Y en muchas cosas que arrogantemente pretenden representar como la verdadera creencia, debemos reconocer la preparación para la obra de Ahriman.
Las palabras de hoy en día no transmiten realmente la realidad más profunda de las cosas. Como muchas veces he dicho, demasiadas cosas se ponen en las palabras, porque las palabras necesariamente no conducen a esa realidad; Hoy en día es más bien una cuestión de palabras lo que separa a la gente de la naturaleza real de las cosas en el mundo. Y esto lo hacen sobre todo cuando la gente acepta los registros antiguos como los Evangelios con el «simple entendimiento» —como dice el refrán. Pero hay una simplicidad mucho más verdadera tratando de penetrar en el espíritu que mora en las cosas y de comprender los propios Evangelios desde la posición ventajosa del espíritu.
Como ya dije, Ahriman y Lucifer siempre trabajan mano a mano. La única pregunta es cuál de los dos predomina en la conciencia humana en una época particular del tiempo. Fue una cultura preeminentemente luciférica la que persistió hasta después del Misterio del Gólgota —una cultura inspirada en la encarnación de Lucifer en China en el tercer milenio AC. Muchas influencias de esta encarnación continúan irradiando y eran todavía poderosas en los primeros siglos cristianos; De hecho, siguen trabajando hasta el día de hoy.
Pero ahora que nos enfrentamos a la encarnación de Ahriman en el tercer milenio después de Cristo, las huellas de Lucifer se están volviendo menos visibles, y las actividades de Ahriman en tales tendencias, que he indicado, están ganando prominencia. Ahriman ha hecho una especie de pacto con Lucifer, cuya importancia puede expresarse de la siguiente manera. Ahriman, hablando con Lucifer, dice: «Yo, Ahriman, considero ventajoso hacer uso de ‘conservar los frascos’. A ti dejo el estómago de la gente, si tú me los dejas dormidos, es decir, acallar su conciencia para que duerman en lo que concierne a sus estómagos».
Deben entender lo que quiero decir con esto. La conciencia de aquellos seres humanos a los que he llamado devoradores de alma y espíritu está en una condición de oscuridad en lo que se refiere a sus estómagos, porque, al no aceptar lo espiritual en su naturaleza humana, conducen directamente a la corriente luciférica todo lo que introducen en sus estómagos. ¡Lo que la gente come y bebe sin espiritualidad va directo a Lucifer!.
¿Qué quiero decir con «conservar los frascos»? Me refiero a bibliotecas o instituciones de un tipo similar, donde se conservan las diversas ciencias perseguidas por los seres humanos sin realmente despertar su interés; Estas ciencias no están realmente vivas en ellas, sino que simplemente se conservan en los libros de las estanterías de las bibliotecas. Todo ese conocimiento ha sido separado de los seres humanos. ¡En todas partes hay libros, libros, libros! Ellos mismos los estudiantes, cuando terminan el doctorado, tienen que escribir una tesis de lo aprendido que se coloca entonces en tantas bibliotecas como sea posible. Cuando los estudiantes quieren ocupar un puesto en particular, ¡otra vez deben escribir una tesis!. Además de esto, la gente está escribiendo siempre, aunque sólo una muy pequeña proporción de lo que escriben se suele leer. Sólo cuando hay que hacer algún tipo de preparación especial, las personas recurren a lo que se está desbordando en las bibliotecas. Estos «recipientes de conservación» de la sabiduría son un medio particularmente favorable para promover los objetivos de Ahriman.
Este tipo de cosas continúa por todas partes. Podría servir solamente para algún propósito si la gente tomara un interés realmente vivo en él, pero no lo hacen, su existencia está enteramente separada y aparte. Piensen que si uno estuviera tan dispuesto podría desesperarse, sólo piensen, por ejemplo, en una demanda en la que un abogado tiene que ser contratado para alegar en un caso. Llega el momento en que uno tiene que discutir el asunto. ¡Los documentos se acumulan! El abogado los tiene todos allí en un expediente, pero cuando uno comienza a hablar, este abogado no tiene ni idea de las circunstancias. Los papeles se pasan y se pasan sin llegar a ninguna parte; El abogado no tiene conexión alguna con los documentos. Aquí hay una cartera llena de ellos, ahí otra. El número de documentos crece y crece, pero el interés en ellos —es simplemente inexistente!. Las personas profesionales se desesperan cuando tienen que tratar con ellos; Ellos realmente no saben nada sobre el asunto en cuestión, no tienen conexión con él, porque todo queda en los documentos. Estos son los pequeños frascos conservadores y las bibliotecas son los grandes frascos conservadores del alma y el espíritu. Todo se conserva en ellos, pero los seres humanos no quieren conectarse con ellos para impregnarlo con su interés. Y finalmente surge el estado de ánimo que no quiere que la cabeza desempeñe ningún papel en una visión declarada del mundo. ¡Pero después de todo, la cabeza, o algún elemento de la cabeza, es necesario para cualquier entendimiento!. Lo que la gente quiere es basar su fe religiosa, su visión del mundo, solo en el corazón. El corazón debe desempeñar un papel, por supuesto; pero la manera en que la gente de hoy habla a menudo de su religión me recuerda a un dicho muy citado en el distrito donde pase mi juventud. Fue en este sentido: «Hay algo muy especial en el amor. Si lo compras, compra sólo el corazón y la cabeza se lanza gratis». Esta es más o menos la actitud que la gente hoy quiere adoptar en su visión de la vida; Les gustaría tomar todo en el corazón, como dicen, sin ejercer la cabeza en absoluto. El corazón no puede latir sin la cabeza, pero el corazón es capaz de tomar las cosas, si por «corazón» aquí uno realmente entiende estómago! Y entonces, lo que se debe lograr a través de la cabeza se supone que se le dará gratis, especialmente en lo que se refiere a las cosas más importantes en la vida. Es muy importante prestar atención a estos asuntos, porque al observarlos se pone de manifiesto la seriedad que se debe aplicar a la vida en esta coyuntura, lo necesario es aprender de las ilusiones a las que incluso los Evangelios pueden dar lugar, y cómo ama la humanidad hoy en día esas ilusiones.
La verdad está fuera del alcance del tipo de conocimiento que la gente aspira hoy. Se sienten en un terreno seguro cuando pueden contar con cifras, cuando pueden probar las cosas por medio de estadísticas. Con estadísticas y cifras Ahriman tiene un juego fácil; Le conviene admirablemente cuando un sabio erudito señala, por ejemplo, que las condiciones en los Balcanes se deben al hecho de que la población de Macedonia consiste en tantos griegos, tantos serbios, tantos búlgaros. Nada puede resistir a las cifras debido a la fe que se deposita en ellas; Y Ahriman está demasiado listo para explotar las cifras para sus propósitos. ¡Pero más adelante uno comienza a ver apenas cómo tales figuras son de «confiables»!. Es cierto que las cifras son a veces un medio de prueba, pero si uno va más allá de ellas e investiga más de cerca, a menudo se notan cosas como las siguientes. En las estadísticas de Macedonia, por ejemplo, un padre puede ser puesto como griego, un hijo como serbio, otro hijo como búlgaro; Así que el padre es contado con los griegos, un hijo con los serbios, y el otro con los búlgaros. Lo que realmente ayudaría a uno a llegar a la verdad, sin embargo, sería descubrir cómo ha sucedido que en la misma familia se diga que uno es griego, otro serbio y otro búlgaro, y cómo esto afecta a las cifras —en lugar de simplemente aceptar las cifras que la gente encuentra tan satisfactorias hoy en día. Si el padre es griego entonces naturalmente los hijos son griegos también. Las figuras son medios por los cuales la gente es conducida erróneamente en una dirección favorable a Ahriman para su encarnación futura en el tercer milenio DC.
Hablaremos de estas cosas otra vez en la conferencia de mañana.
Traducido por Gracia Muñoz en Julio de 2007.