23 de diciembre de 2024

Saludos navideños de Luna y Spica 2024

Jonathan Hilton

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Queridos amigos de la Astrosofía,

A última hora de la víspera de Navidad, estaba observando el cielo y los planetas cuando vi una hermosa y poderosa imaginación para esta Noche Santa del Nacimiento que me llenó de asombro y admiración por el mundo del ser cósmico. Como vivo en Manhattan, no se trataba de una observación visual real, ya que muy pocas estrellas son visibles en esta ciudad de luces. Más bien, se trataba de una observación interior, como la que hago a diario al orientarme hacia los cielos.

Había estado contemplando cómo el Sol de la víspera de Navidad a la medianoche está directamente debajo, en el nadir, brillando a través de la Tierra en la noche oscura. El Sol está ahora en la punta de la flecha del Arquero (Sagitario), como lo está cada víspera de Navidad y solsticio, lo que ya es un mensaje de nuestro objetivo como humanos de aspirar a nuestra verdadera humanidad, que surge de la naturaleza animal hacia nuestra meta espiritual. Entonces me di cuenta, mientras imaginaba los otros planetas en mi mente, de que la Luna, que aún no había salido por el este, estaba en las estrellas de Virgo, la Madre celestial. Me pregunté en qué lugar exacto de Virgo se encuentra la Luna. Busqué su ubicación exacta y descubrí que estaba ocultando (es decir, pasando directamente en línea y frente a) la estrella Spica en Virgo. ¡Qué emocionante! Entonces, saqué mi confiable aplicación SkyView en mi teléfono y apunté hacia la dirección debajo del horizonte oriental donde estaría la Luna, y allí estaba como una imagen en la aplicación, pasando directamente frente a Spica. Me invadió un profundo sentimiento de gratitud y amor hacia las estrellas por este regalo en la Nochebuena. Aquí había un mensaje estelar sobre el Nacimiento del Niño para Navidad escrito en escritura cósmica.

Virgo es la representante celestial de la Madre: la Santa Isis/Sofía; la Madonna; la Madre Tierra… todas las Madres, incluyendo la gran imaginación del Apocalipsis de la Mujer vestida de Sol, con una corona de estrellas alrededor de su cabeza, con la Luna bajo sus pies y a punto de dar a luz a un Niño, el Niño Espíritu. La estrella Spica está asociada con la gavilla de grano, el “pan”, el “alimento”, en la mano izquierda de la Madre, cuando se la ve como Deméter, la Madre Tierra. Pero cuando se la ve como la Madre Celestial, la Madonna, la estrella Spica es también la estrella del Niño a punto de nacer de la Mujer en el Cielo a la humanidad, que se convertirá en el Pan de Vida. Es la estrella del Niño Jesús en los brazos de la Madre María. Y la Luna está allí, esta noche, en esta Nochebuena, de pie frente a esta estrella Spica.

La Luna tiene muchos niveles de significado, pero el papel central es el de la “encarnación”; en el proceso de encarnación del niño, de cada niño. Es en la esfera lunar antes del nacimiento donde preparamos el embrión en desarrollo, donde tejemos nuestro destino en el cuerpo venidero con la ayuda de los Ángeles, cuya esfera de actividad es la esfera lunar. La Luna es ese reino de los Ángeles que nos ayudan a unirnos con nuestra encarnación venidera y a nacer en el reino de la Tierra.

Así que, mientras contemplaba esta imagen de la Luna ocultando a Spica en  Virgo, me sentí profundamente conmovido por esta imagen estelar del Nacimiento en esta víspera de Navidad. Mi alma regresó a la primera noche de Navidad, descrita en Lucas 2, cuando el Ángel se apareció a los Pastores diciendo: “No tengan miedo. Miren, les anuncio un gran gozo, que será para toda la humanidad”. Y del gran coro de ángeles que apareció y cantó: “Se revela Dios en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”. Aquella primera historia de la Nochebuena sobre el nacimiento del niño puro Nathanico y la proclamación de los Ángeles cobró vida interiormente de una manera nueva, como un regalo de esta visión de la Luna en Virgo encontrándose con Spica. Sentí una especie de alegría y confianza en el mundo en ese momento que me alivió la carga que he estado llevando por todo el sufrimiento, el odio y la violencia en nuestro mundo actual. Vivimos en una época que puede parecer desesperanzada, ya que las fuerzas de oposición parecen estar ganando la partida y los poderes de este mundo parecen estar ganando la batalla por el alma humana. Sin embargo, en la Nochebuena de este año, mientras contemplaba en mi imagen interior este mensaje del mundo cósmico, sentí la certeza del mensaje de nuestros Ángeles: “¡No tengas miedo!”, porque la verdadera luz del mundo y la redención de la humanidad han nacido.

Durante estas Noches Santas, nos es concedido un tiempo especial del año por los poderes que gobiernan los ritmos cósmicos, para ofrecer Luz desde la Tierra hacia el cosmos. Ojala podamos encontrar la verdadera luz interior con la que traer sanación a nuestro mundo y luz al cosmos.

Los mas cálidos deseos de Navidad para todos y gracias por vuestro interés en una nueva sabiduría de las estrellas basada en este Acto original de Gracia y Sacrificio.

Traducido por Gracia Muñoz y revisado por Nuria del Rio.