Del libro: Hablando a las estrellas: Una introducción a la Astrosofía
English version (p218)
Ahora bien, los antiguos consideraban con razón a Saturno como el planeta más distante de nuestro sistema solar; es el más lejano. Desde el punto de vista de la astronomía materialista está bastante justificado añadir Urano y Neptuno a nuestro sistema; pero tienen un origen diferente y no pertenecen al sistema solar; de modo que podemos hablar de Saturno como el planeta más externo de nuestro sistema. Se nos aparecen de tal manera que entre la muerte y el renacimiento miramos hacia atrás con gratitud al planeta más externo de nuestro sistema planetario terrestre (porque Urano y Neptuno no son planetas terrestres). planetas; fueron agregados en una etapa posterior).
El hombre y el mundo de las estrellas. GA219c1.26 de noviembre de 1922
La Luna y Saturno son, por tanto, los cuerpos celestes más cercanos y más alejados de nosotros en el sistema planetario. El sistema planetario tal como lo vemos hoy es en realidad una estructura inorgánica porque, en lo que respecta a Saturno [Nota del traductor: en alemán, el texto menciona a Júpiter, pero el sentido parece indicar a Saturno.] surgió de lo que una vez fue un solo cuerpo cósmico. , mientras que Urano y Neptuno vinieron del más allá y se unieron a él. Como la antigüedad no descubrió a Urano y Neptuno, se consideró que Saturno era el planeta más exterior y todavía hoy está justificado llegar hasta Saturno. Los astrólogos todavía tienen una idea de estas cosas porque relacionan a Urano y Neptuno sólo con aquellas cualidades humanas que trascienden lo personal, hacen del hombre un genio, van más allá del elemento personal individual — donde le preocupan cosas que ya no tienen que ver con su desarrollo personal. Todas las declaraciones astrológicas son en este sentido. Urano y Neptuno sólo entran en juego cuando un hombre se convierte en un genio o se esfuerza por trascender el elemento humano, cuando su organización tiene tendencia a expandirse o decaer demasiado. Urano y Neptuno son planetas que se comportaron como vagabundos en el universo y después quedaron cautivos del sistema planetario de nuestra Tierra. Los cuerpos celestes cercanos y lejanos regulan lo que hay en el ser humano – la luna regula su forma, Saturno – actuando desde la Tierra – lo informe espiritual, en la medida en que Saturno descompone la forma, la disuelve interiormente todo el tiempo. Y el sol genera ritmo entre los dos.
Curso para médicos jóvenes. GA316c3. Dornach, 23 de abril de 1924
Steiner sobre tres niveles de adversarios
Tenemos el mundo físico, el mundo astral, el Devachán Inferior y el Devachán Superior. Si el cuerpo es empujado hacia abajo incluso más abajo que el mundo físico, llega al mundo subfísico, al mundo astral inferior, al Devachán Inferior o malvado y al Devachán Superior inferior o malvado. El malvado mundo astral es la esfera de Lucifer, el malvado Devachán Inferior es la esfera de Ahriman y el malvado Devachán Superior es la esfera de los Asuras. Cuando la acción química es impulsada hacia abajo del plano físico —hacia el malvado mundo devacánico— surge el magnetismo. Cuando la luz es lanzada hacia lo submaterial (es decir, a un nivel más profundo que el mundo material), surge la electricidad. Si lo que vive en la Armonía de las Esferas es empujado aún más hacia abajo, hacia la esfera de los Asuras, se genera una fuerza aún más terrible, que no será posible mantener oculta por mucho más tiempo. Sólo cabe esperar que cuando esta fuerza llegue a ser conocida (una fuerza que debemos concebir como mucho, mucho más fuerte que la descarga eléctrica más violenta) sólo cabe esperar que, antes de que algún descubridor entregue esta fuerza en manos de la humanidad, a los hombres ya no les quede nada inmoral.
Reflejado como mundo subfísico:
- Mundo Astral la esfera de Lucifer
- Devacán Inferior la esfera de Ahriman
- Devachán Superior la esfera de los Asuras
Traducido y editado por Gracia Muñoz en octubre de 2023
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