Del libro: Hablando a las estrellas: C6. Astrosofía Heliocéntrica
English versión (pág. 153)
Videos: Curso IV: Astrosofía Heliocéntrica. Sesión 1
En este curso presentamos la astrosofía heliocéntrica, es decir, la astrosofía centrada en el Sol. Esta astrosofía desde la perspectiva heliocéntrica, tal como fue desarrollada por Willi Sucher, es un enfoque totalmente nuevo sobre cómo desarrollar y hacer surgir una perspectiva espiritual en una sabiduría estelar basada en un modelo que es esencialmente materialista: el modelo heliocéntrico.
¿En qué se basa la astrosofía heliocéntrica? ¿Cuál es su finalidad? ¿Qué relación tiene con el modelo copernicano, del que Steiner no tenía muchas cosas buenas que decir?
Copérnico difundió por primera vez su modelo o su teoría del universo heliocéntrico hacia 1514, pero no fue hasta casi el final de su vida, realmente el último año de su vida en 1543, cuando publicó su modelo. Pero este modelo no fue aceptado por la mayoría de los astrónomos hasta alrededor de 1700. Así que tuvieron que pasar casi doscientos años, desde que difundió el modelo, para que el sistema copernicano fuera aceptado como la visión del mundo sobre la naturaleza de nuestro cosmos. Incluso Tycho Brahe se opuso al modelo copernicano.
Sin embargo, ya en la antigüedad existía un modelo heliocéntrico que se basaba aún en cierta sabiduría misteriosa. En el siglo III a.C., Aristarco de Samos escribió sobre la idea de la Tierra girando alrededor del Sol. Los pitagóricos también entendieron este modelo heliocéntrico del universo y, sin embargo, por supuesto, en estos antecesores todavía se conservaba esta relación con la realidad del mundo espiritual y con la naturaleza espiritual de las esferas del cosmos. Fue realmente con Copérnico que entramos de lleno en una concepción abstracta del mundo; una concepción abstracta matemática, que ya no estaba relacionada con la experiencia y la percepción.
Comenzaré con un par de citas de Steiner sobre el sistema copernicano. A continuación, una cita de Willi Sucher sobre cómo no se puede aceptar el sistema copernicano materialista abstracto y, sin embargo, encontrar un camino espiritual hacia una concepción heliocéntrica en relación tanto con las configuraciones del nacimiento como con un medio para comprender la evolución humana.
El carácter intrínseco de la vida espiritual, tal como es en la época actual, surgió por primera vez cuando la ciencia natural moderna entró en escena con hombres como Copérnico…El suelo mismo se deslizó bajo los pies de los hombres cuando Copérnico presentó la doctrina de que la Tierra se mueve a una velocidad tremenda a través del universo. No debemos subestimar los efectos de tal revolución en el pensamiento, acompañada de un cambio correspondiente en la vida de los sentimientos. ¡Todos los pensamientos e ideas de los hombres fueron repentinamente diferentes de lo que habían sido antes de los días de Copérnico! Y ahora preguntémonos: ¿Qué tiene que decir el ocultismo sobre esta revolución del pensamiento? Quien se pregunte, desde el punto de vista del ocultismo, qué tipo de concepción del mundo puede derivarse de los principios copernicanos, tendrá que admitir que, si bien estas ideas pueden conducir a grandes logros en el campo de la ciencia natural y en la vida exterior, son incapaces de promover cualquier comprensión de los fundamentos espirituales del mundo y de las cosas del mundo, pues, a decir verdad, nunca ha habido un instrumento peor para comprender los fundamentos espirituales del mundo que las ideas de Copérnico, ¡nunca en la evolución de la mente humana!
La misión de Christian Rosenkreuz, GA130c7. Rudolf Steiner
La concepción copernicana del mundo describe el universo de una manera que, si se sigue hasta sus conclusiones lógicas, tendería a expulsar toda espiritualidad del cosmos en la concepción que el hombre tiene de él. La visión copernicana del mundo nos lleva finalmente a una concepción mecánica, similar a una máquina, del universo en el espacio. Después de todo, fue en vista de esta imagen copernicana del mundo que el famoso astrónomo le dijo a Napoleón: había buscado por todo el universo y no pudo encontrar a Dios. De hecho, es una completa eliminación de la espiritualidad.
Relaciones Kármicas, Volumen IV, Conferencia 6
Sobre la perspectiva de Willi Sucher sobre esto, se puede encontrar más información en sus numerosos libros, particularmente en Enfoque Practico I.
Aquí también podríamos permitirnos por un momento un debate sobre la diferencia entre las perspectivas geocéntrica y heliocéntrica, sus méritos y sus limitaciones… La Tierra también forma parte del cosmos solar y, por tanto, esperamos que participe en las preocupaciones del cosmos solar en su conjunto. Sabemos incluso que hay personas que se inclinarían por considerar errónea la perspectiva heliocéntrica. Es cierto: la concepción copernicana del mundo ha acabado definitivamente con la antigua cosmovisión de un universo vivo de esferas, al margen de los planetas visibles, en el que vivían y se movían seres divinos. En efecto, el copernicanismo ha despojado al universo de toda noción de la presencia de seres espirituales detrás de él y en él. Se ha convertido, desde nuestro punto de vista moderno, en un gigantesco mecanismo.
Sin embargo, hacemos una clara distinción entre el copernicanismo y una concepción heliocéntrica del mundo. No hay necesidad de mezclarlas, e incluso los elementos de las esferas, con todos los aspectos posibles de la realidad espiritual actuando en ellas y a través de ellas, pueden mantenerse en la perspectiva heliocéntrica, y a nuestros ojos, incluso con más eficacia que en la geocéntrica. Somos, por supuesto, plenamente conscientes de las reivindicaciones del cristianismo, queriendo ver la Tierra, y con justificación, en el centro del universo y visión de la Acción de Cristo.
Sin embargo, seguimos sosteniendo que nuestro planeta aún no es el centro, y que sólo podemos esperar que en el futuro ocupe ese lugar una vez que el acontecimiento de Cristo se haga realidad en los corazones y los actos de la raza humana. Por otra parte, podemos imaginar que nuestro planeta ocupó, en alguna etapa pasada de la evolución, una posición diferente en el universo y que se hundió por ello por la razón misma de que la Acción de Redención de Cristo se convirtió en una necesidad cósmica…
Así, ha crecido nuestra convicción de que, junto con los ritmos de «respiración» que vemos en el enfoque geocéntrico tal y como se indican, por ejemplo, en los bucles y conjunciones con el Sol, podemos abrirnos paso de nuevo hacia una concepción realista y a la vez espiritual de las esferas de los planetas. En otras palabras, podemos aplicar el aspecto geocéntrico en todas aquellas preocupaciones que pretendan encontrar la realización de los acontecimientos cósmicos en los asuntos de la vida terrestre, tanto en lo que se refiere al espacio terrestre como al tiempo. El enfoque heliocéntrico nos llevará a percibir cómo estos acontecimientos están relacionados con la vida del universo solar de forma dinámica y espiritual.
Willi Sucher, Enfoque Practico I. Hacia una nueva astrosofía
En esta cita, Willi Sucher señala este cambio -el cambio geocéntrico al cambio heliocéntrico- como un cambio de la perspectiva, se podría decir, egocéntrica, centrada en la Tierra en la astrosofía, a la perspectiva del universo solar cósmico, donde la Tierra es un participante con las otras esferas planetarias en relación con lo que hemos descrito anteriormente en nuestros cursos como las inteligencias cósmicas.
Entonces, ¿por qué este cambio al heliocentrismo desde el geocentrismo?
De nuevo, incluyo un par de citas, una en la que Rudolf Steiner presenta una comprensión de por qué el modelo heliocéntrico adquirió importancia a partir de una decisión o reconocimiento espiritual y esotérico por parte de los Rosacruces en los siglos XV y XVI. Esto nos llevará a comprender, en la cita de Willi, cómo trabajamos entonces con la astrosofía heliocéntrica, tanto en relación con la carta astral individual como con la comprensión de los acontecimientos mundiales en este nuevo contexto de la redención de la Tierra y su lugar en el universo solar.
…En el siglo XV, en el XVI, e incluso más tarde, existía una escuela rosacruz aislada, apenas conocida en el mundo, en la que una y otra vez se educaba a unos pocos alumnos, y en la que, sobre todo, se tenía cuidado de que una cosa no se olvidara, sino que se conservara como una santa tradición. Y esto era lo siguiente – lo daré en forma narrativa.
Digamos que un nuevo alumno llegaba a este solitario lugar para recibir preparación. En primer lugar, se le presentó el llamado sistema ptolemaico, en su verdadera forma, tal como había sido transmitido desde los tiempos antiguos, no de la manera trivial en que se explica hoy en día como algo que ha sido suplantado hace mucho tiempo, sino de una manera totalmente diferente. Se mostró al alumno cómo la Tierra lleva real y verdaderamente en sí misma las fuerzas necesarias para determinar su camino a través del Universo.
De modo que, para tener una imagen correcta del mundo, éste debe ser dibujado en el antiguo sentido ptolomeico: la Tierra debe estar para el Hombre en el centro del Universo, y los otros astros en sus correspondientes revoluciones ser controlados y dirigidos por la Tierra. Y se le dijo al alumno: Si uno estudia realmente cuáles son las mejores fuerzas de la Tierra, entonces no puede llegar a otra concepción del Mundo que ésta. En realidad, sin embargo, no es así. No es así a causa del pecado del hombre.
A través del pecado del hombre, la Tierra -por así decirlo, de forma ilícita no autorizada- ha pasado al reino del Sol; el Sol se ha convertido en el regente y gobernante de las actividades terrenales. Así, en contradicción con un Sistema-Mundo dado por los Dioses a los hombres con la Tierra en el centro, podría ahora establecerse otro Sistema-Mundo que tiene al Sol en el centro y a la Tierra girando alrededor del Sol -es el sistema de Copérnico.
Rosacrucismo e iniciación moderna, 11 de enero de 1924 .La relación del hombre terrestre con el sol, GA 233a.
Willi Sucher escribe:
Así, llegué a las siguientes conclusiones: La astrología heliocéntrica debe desarrollarse como un medio para ayudarnos a entrar en el camino que conduce a la curación y la redención inauguradas por el acontecimiento en el Gólgota. Incluso puede llegar a ser algo así como un medio para el diagnóstico de la naturaleza humana en un sentido más amplio, debido a la implicación de los individuos en el «gran pecado». Una comprensión más profunda de los acontecimientos en Palestina y en el Gólgota en el momento decisivo de la historia, sobre todo en lo que se refiere a sus aspectos espirituales, debería permitirnos unirnos finalmente al impulso de Cristo, el impulso hacia la redención del «gran pecado».
Por tanto, puede que incluso sea posible en un futuro no muy lejano devolver a la Tierra a su «justa» posición como centro del universo. Pero negar sin más la cosmología heliocéntrica me parece como cegarse ante las consecuencias de la Caída y la necesidad de su redención.
Enfoque práctico III, Hacia una nueva astrosofía. noviembre de 1970
Traducción revisada por Gracia Muñoz en octubre de 2023