Del libro: Hablando a las estrellas: Una introducción a la Astrosofía
English versión (pág. 117)
<Vídeo Curso III: Cristo y las Estrellas, Sesión 9>
Continuemos con los acontecimientos crísticos en relación con las esferas planetarias.
Hemos repasado la forma de la estrella de seis puntas de Mercurio en relación con los acontecimientos crísticos y la estrella de cinco puntas de Venus en relación con los acontecimientos crísticos. En el curso sobre los planetas presentamos el Triángulo Dorado por las conjunciones de Júpiter y Saturno.
Saturno y Júpiter, durante un período de 60 años, con una conjunción cada 20 años, crean un triángulo en el cielo. Las conjunciones se producen en tres esquinas de las doce constelaciones del zodíaco, creando este triángulo. En sus investigaciones, Willi Sucher relaciona estas tres esquinas del triángulo con acontecimientos relacionados con el impacto de Cristo en la evolución de la Tierra.
Este gran triángulo permanece intacto y gira lentamente a través del zodíaco, avanzando unos 8-10 grados cada 60 años, completando una rotación completa en 2500 años. Así pues, estos puntos del triángulo pueden, al igual que los puntos del pentagrama de Venus, remontarse a la época de Cristo. Willi Sucher los asocia a tres acontecimientos fundamentales que son, se podría decir, temas que cada uno de estos ángulos conlleva en relación con el destino de la humanidad terrestre. Estos temas que se desarrollan a lo largo de veinte años se inician cuando se produce una de estas grandes conjunciones. Son como una llamada de Júpiter y Saturno, el padre karma del pasado, y el padre vida y sabiduría del futuro, que surge de su encuentro/conjunción en cuanto a lo que está sucediendo con la humanidad.
La primera esquina se produjo en el 6 a.C. astronómico (sería el 7 a.C. calendario porque no existe el año 0). Esta gran conjunción del 6 a.C. es la estrella de los Magos, la Anunciación de la encarnación del gran ser Zaratustra, y su nacimiento en la Tierra como el recipiente en el que se encarnará el Cristo. No es posible en este curso entrar en detalles sobre por qué la conjunción del 6 a.C. está directamente relacionada con la encarnación de Zaratustra, pero sí lo está con la Natividad Espiritual, que se tratará en el curso de construcción de Cartas.
Así, esta esquina lleva perpetuamente este tema de una Anunciación, un nuevo impulso que nace en el destino de la Tierra. La gran conjunción de 2020 se encuentra en esta esquina y, por tanto, pertenece a este linaje de grandes conjunciones. Si uno retrocede cada 60 años, encontrará que este linaje se repite. Parte del gran trabajo de Willi Sucher es el rastreo de estas esquinas en la historia terrestre, particularmente en la historia moderna, remontándose hasta los siglos IV/V. Recomiendo el estudio de sus libros a quienes deseen saber más sobre la historia de esta corriente de la Anunciación.
La segunda gran conjunción en la siguiente esquina del triángulo que ocurrió en el año 14 de nuestra era. Willi Sucher conecta esta conjunción con un acontecimiento que se describe en los Evangelios, y que aquellos de ustedes que sean estudiosos de Rudolf Steiner pueden reconocer en la historia más profunda del niño Jesús de Mateo y del niño Jesús de Lucas, que llevan cada uno una corriente diferente en la evolución. El Evangelio de Lucas cuenta la historia de cuando el adolescente Jesús va con su familia a Jerusalén para celebrar una fiesta. Cuando sus padres y sus compañeros de viaje llevaban un par de días de camino a casa, se dieron cuenta de que Jesús no estaba por ninguna parte. Volvieron a Jerusalén buscándole por todas partes y se quedaron estupefactos al encontrarle sentado, rodeado de todos los grandes maestros del templo, que le estaban escuchando. Les hablaba y todos estaban asombrados de la sabiduría que salía de la boca de aquel muchacho. Los padres también se escandalizaron porque éste no era el Jesús que ellos conocían, y le dijeron: «¿No sabías que te estábamos buscando, ¿dónde has estado?» y él les contestó: «¿No sabíais que tengo que estar en los asuntos de mi padre?».
Rudolf Steiner describió este acontecimiento como una unión de estas dos grandes corrientes de la humanidad que se describen en el Evangelio de Mateo y en el Evangelio de Lucas. Hay una unión de estas dos corrientes – la corriente de los Reyes, descrita en Mateo, en la que los Magos vinieron de Oriente a adorar al niño, y la corriente de los Pastores, descrita en Lucas, en la que los pastores, en su sencillez de corazón, fueron a adorarle en el pesebre. Así pues, este acontecimiento representa la unión de la corriente de los Reyes y la corriente de los Pastores en la juventud de Jesús.
De este modo, esta esquina lleva históricamente en un sentido amplio este tema de la unión de las dos corrientes, los desafíos y las necesidades kármicas que implica esta unión en la evolución de la humanidad. La última gran conjunción relacionada con la unión de las dos corrientes fue en 1980 y la próxima será en 2040.
La tercera esquina del triángulo, la tercera gran conjunción, ocurrió aproximadamente en el año 34 d.C., veinte años después. Willi Sucher relaciona esta gran conjunción con lo que ya se describió en las conjunciones de Venus como la conversión de Pablo en Damasco. Como representante del antiguo orden del templo judío, perseguía activamente a los cristianos y los hacía matar. En el camino a Damasco, tuvo esta experiencia del Cristo, no físicamente, no en el cuerpo de resurrección como los discípulos, sino en una esfera diferente. Fue entonces cuando Saulo se convirtió en Pablo, uno de los más grandes líderes y maestros del cristianismo.
Este acontecimiento fue el primero de la nueva experiencia del Cristo en el reino etérico, que la humanidad moderna puede tener. Así pues, esta esquina del triángulo de la gran conjunción conlleva esta potencialidad para un Damasco mundial, un mundo que despierta de una manera nueva a su potencial futuro y a la nueva experiencia del Cristo. La gran conjunción del año 2000 fue una repetición de esta gran conjunción.
Estos impulsos viven en este movimiento del triángulo de las grandes conjunciones a partir de los arquetipos de estos tres acontecimientos significativos en la biografía del impulso crístico en la Tierra. Pueden estar muy ocultos en la historia externa, incluso atacados, pero uno puede empezar a aprender a percibir o a asumir conscientemente esa llamada en relación con una gran conjunción. Representan impulsos de 20 años que van a desplegarse en la humanidad a partir de los grandes seres de las esferas de Saturno, el reino del Padre, y Júpiter, el reino del Hijo, o se podría decir que representan importantes reevaluaciones del pasado y de cómo se está desplegando el futuro en la evolución.
Traducido por Carmen Ibáñez Berbel en septiembre de 2023
