Del libro: Hablando a las estrellas
English versión (pág. 96)
<Vídeo Curso III: Cristo y las Estrellas, Sesión 2>
En la astrología tradicional todo el mundo habla acerca del signo que es, lo que significa dónde estaba su Sol al nacer. El Sol ocupa un lugar central en la astrología como una especie de «quién somos», los fundamentos de nuestra personalidad. Pero desde la astrosofía queremos intentar elevar esta comprensión de lo que representa el Sol en la carta. Representa el verdadero devenir de un «yo soy», la verdadera naturaleza de quién soy como ser espiritual y cómo lo manifiesto en mi vida en la Tierra. Ese es el objetivo de lo que el Sol de la carta quiere llegar a ser.
La personalidad o yo terrenal con el que nos identificamos en la Tierra es sólo un reflejo en el mundo de la biosfera del espacio y el tiempo del verdadero yo que está realmente en proceso de nacer en el ser humano. Esa capacidad para el nacimiento de ese ser humano es ahora un proceso consciente, no un acontecimiento inconsciente, sino un proceso consciente en el que participamos. Esa capacidad ha sido implantada en la Tierra desde la unión del Ser de Cristo con la Tierra. Se podría decir que la muerte y resurrección del Ser Crístico en el cuerpo terrestre depositó la fuerza simiente del Sol en la Tierra para que no se perdiera en la materia y para que la humanidad no se malograse en las fuerzas de la muerte. A partir de esa fuerza simiente, el ser humano transformará la Tierra en un nuevo Sol. Se trata de una imagen cósmica, poderosa de contemplar, pero creo que es importante al menos abordarla en relación con el Sol como elemento central de un estudio de astrosofía y para empezar a ver la naturaleza de la encarnación de Cristo en la Tierra.
Desde la antroposofía somos conscientes de que, aunque Jesús de Nazaret era una individualidad muy elevada y altamente evolucionada, el Ser Crístico, el Logos Solar, sólo se unió a este cuerpo de Jesús a los 30 años, en el acontecimiento descrito como el Bautismo. Durante algo menos de tres años de Su encarnación este Ser transformó totalmente las envolturas y la naturaleza misma de este recipiente terrenal, hasta entrar en la muerte y transformar el cuerpo físico. El cristianismo o el impulso de Cristo entonces no es realmente acerca de una enseñanza, o una doctrina o religión sino más bien es acerca de un evento; un evento que sucedió para toda la Tierra sin importar la religión, sin importar la raza, sin importar la nacionalidad. El acontecimiento de la muerte y resurrección ocurrió y ahora está germinando en la Tierra. Cualquier ser humano puede unirse conscientemente a esa fuerza germinativa.
Pasemos ahora a una comprensión más concreta de la relación de este Ser durante los tres años en la Tierra y de los fundamentos que allí se sentaron para el futuro de la humanidad. Podemos empezar a considerar los actos de este ser como arquetipos, como semillas fuerza, a partir de las cuales el ser humano puede empezar a modelar su vida y comprender su propia naturaleza de un modo más profundo. Cuando finalmente lleguemos a la interpretación de la carta, aplicaremos lo que ahora exploraremos -en relación con los gestos planetarios y luego a una biografía individual. En mi propia experiencia y basándome en el trabajo de Willi Sucher, las relaciones con estos acontecimientos estelares que están conectados con los hechos de Cristo son algunas de las herramientas de aprendizaje más poderosas para que alguien comprenda su carta, sus retos y sus intenciones en la encarnación. Pueden ser una verdadera herramienta concreta para alcanzar la comprensión y el entendimiento en la autotransformación.
Así que, antes de entrar en estos ejemplos concretos, ofrezco una selección de Rudolf Steiner que aborda lo que vamos a explorar.
Así, en Palestina, durante el tiempo en que Jesús de Nazaret caminó sobre la Tierra como Cristo Jesús – durante los tres últimos años de su vida, desde sus 30 hasta sus 33 años, todo el Ser del Cristo cósmico estaba actuando ininterrumpidamente sobre Él y estaba trabajando en Él. El Cristo estuvo siempre bajo la influencia de todo el cosmos; no dio ningún paso sin que las fuerzas cósmicas actuaran en Él. Lo que aquí tuvo lugar en Jesús de Nazaret fue una continua realización del horóscopo, pues en cada momento ocurrió lo que de otro modo sólo ocurre en el nacimiento de una persona. Esto sólo podía ser así porque todo el cuerpo de Jesús descendido de Natán había permanecido abierto a la influencia de la suma total de fuerzas de las jerarquías espirituales cósmicas que dirigen nuestra tierra… Aquel que andaba como un ser sobre la Tierra aparecía como cualquier otro hombre. Sin embargo, las fuerzas que actuaban en Él eran las fuerzas cósmicas procedentes del sol y de las estrellas, y éstas dirigían su cuerpo. Y fue siempre de acuerdo con el Ser colectivo de todo el universo con el que la Tierra está en armonía, que todo lo que el Cristo Jesús hizo, tuvo lugar.
Rudolf Steiner, La guía espiritual de la humanidad
En este ciclo de conferencias continúa hablando de cómo los Evangelios son realmente textos misteriosos, y pueden leerse desde múltiples niveles. En las curaciones y los diversos milagros de los Evangelios hay una razón por la que muy a menudo se afirma que sucedieron a una hora determinada, por ejemplo «‘era la hora tercera», «era el sexto día». Esta es una manera de conectar los hechos que se estaban realizando en coordinación con los acontecimientos estelares que fluían alrededor, que el Cristo estaba manifestando y utilizando. También veremos más adelante cómo el uso del número es un lenguaje misterioso cuando examinemos los Evangelios.
Traducido por Carmen Ibáñez Berbel