Del libro Isis Sophia III – Nuestra relación con las Estrellas
Con respecto al arquetipo de la cabeza humana (Fig. 7), la constelación de Cáncer está asociada a los poderes de formación del cráneo y también a las fontanelas, la abertura del cráneo del bebé. Aquí actúan fuerzas que tienden a encerrar el cerebro dentro de una cáscara de materia dura y sólida. Es la terminación de un largo proceso, tanto en la historia de la humanidad en su conjunto como en la gestación del ser humano individual. Las fontanelas abiertas del bebé son una indicación de estados de la evolución y del embrión cuando el cerebro aún no estaba aprisionado en la cueva del cráneo. En nuestra evolución, eran épocas en las que el ser humano aún no estaba tan fuertemente emancipado y alejado de un mundo espiritual objetivo como lo estamos en la actualidad. La emancipación fue una necesidad que se vio facilitada por el cierre del cráneo y el endurecimiento de todo el esqueleto, para llevarnos a la libertad.
Las personas que se asocian a esta constelación de Cancer, en el sentido de imitación cósmica-biológica, muestran una fuerte conexión con estos hechos genéticos. Muy a menudo se enfrentan, en su destino personal, al problema de si pueden o no mantener o restablecer una conexión directa con el mundo espiritual o cósmico. Por ejemplo, las siguientes personalidades históricas tuvieron el Sol en la constelación del Cangrejo en su época: Christian F. S. Hahnemann, el fundador de la homeopatía; Ulysses S. Grant, el famoso general y presidente de los EE.UU.; Novalis, el poeta alemán (nacido el 2 de mayo de 1772), que fue un hombre con una alta espiritualidad y profunda inspiración; Lenin, el líder bolchevique (nacido el 22 de abril de 1870, N.S.), que mostró la disposición opuesta, la negación completa del espíritu y la aplicación del materialismo absoluto en la vida social. Murió de esclerosis de las arterias cerebrales. Las fuerzas que construyeron la prisión del cráneo eran evidentemente abrumadoras.
Nos ocuparemos con más detalle de los dos primeros casos. Se puede discutir si Hahnemann era un hombre de espiritualidad, pero sus puntos de vista sobre la homeopatía, que él fundó, delatan que tenía un profundo conocimiento para el funcionamiento y las leyes del espíritu. La homeopatía trabaja con sustancias altamente potenciadas que, en algunos casos, se diluyen hasta tal punto que es imposible encontrar cualquier rastro de la sustancia original. Los homeópatas están divididos entre ellos sobre la eficacia de estas altas potencias. Sin embargo, Hahnemann dice en su Organon: «Sólo por medio de la influencia espiritual de un agente morboso, puede enfermarse nuestro poder vital espiritual, y de la misma manera sólo por la operación espiritual de la medicina puede restaurarse la salud». Evidentemente, se había convencido de la eficacia espiritual de la sustancia que ha sido llevada, por trituración y potenciación, a un punto en el que ha desaparecido del mundo espacial como cantidad.
En conjunto, sólo cabe imaginar que su descubrimiento de la ley de «similia similibus curtantur» (lo semejante se cura con lo semejante) y del principio homeopático de las altas potencias fueron actos de inspiración directa; un impacto positivo del Cangrejo a través de la época Sol es bastante evidente. Era, en cierto sentido, un verdadero cosmólogo que había descubierto las leyes del mundo microcósmico, que es una réplica del macrocosmos. Pues las diluciones de las sustancias son una imagen exacta de lo que la astronomía moderna nos dice sobre el gran cosmos. Los astros del universo, incluida nuestra propia Tierra, se «diluyen» en un espacio de dimensiones inimaginables, de modo que «desaparecen» completamente en él. ¿Cuántas veces se nos dice que nuestro planeta no tiene la menor importancia en el universo mayor, que es menos que un grano de polvo? Hahnemann ha encontrado hechos similares en el mundo de sus diluciones microcósmicas, pero no descendió a las mismas conclusiones. Para él la entidad «menos que el polvo», en realidad la fuerza espiritual de una sustancia era lo más activo.
Vemos la disposición hacia este tipo de cosmología en el impacto de Marte y Júpiter en Leo en el momento de la época (ver Fig. 14). Leo está, en conjunto, profundamente asociado a la orientación cósmica cuando uno entra en contacto con estas fuerzas a través de su organización. En el caso de Hahnemann, esto se amalgamó favorablemente con las fuerzas de un Sol de Cáncer.
Saturno en Sagitario puede tomarse aquí como una indicación de que la organización de Hahnemann estaba imbuida de fuertes fuerzas de vitalidad. En realidad, tenía 88 años cuando murió, a pesar de una vida llena de dificultades, contratiempos y frustraciones.
Ulysses S. Grant, como general y finalmente como comandante supremo, participó en la Guerra Civil estadounidense en el bando de la Unión del Norte contra los Confederados del Sur. Su conducta durante la guerra, hasta la victoria final de la Unión, demuestra que poseía algo más que una determinación férrea y una energía indomable. Había algo más que sólo podemos comprender sobre el fondo de su herencia de un Sol en Cáncer en el momento de su época prenatal (Fig. 15). Su resistencia a pesar de los contratiempos, de las terribles pérdidas y de la incesante lucha, revela que en él actuaba algo más elevado que una mente humana limitada. Se inspiró en el destino de los Estados Unidos en los siglos venideros por esas fuerzas espirituales que forman y mantienen una nación, aunque puede que no lo haya experimentado tan conscientemente.
Esta confianza instintiva en el destino de la nación que se convertía, así como su enérgica acción para impedir las acusaciones de alta traición contra los líderes de los confederados, fueron el resultado de su conexión típicamente americana con el espíritu. En gran medida, la integración de los Estados del Norte y del Sur se produjo gracias a esta última acción. Fue una demostración de las facilidades positivas de Cáncer, revestidas de una confiada simplicidad, pero investidas de gran poder.
Una persona con tales capacidades es, en cierto sentido, un verdadero cosmólogo, aunque no parezca tener nada que ver con la cosmología. Instintivamente, vivía en Grant una conciencia del curso de la historia, del papel que su nación tenía y tendrá que desempeñar en ella. El progreso de las edades, el curso del tiempo se expresa externamente en los cursos de las estrellas. Una persona como Grant, que tiene una certeza inamovible de estos hechos en su organización, es sin embargo un cosmólogo, posiblemente sin tan siquiera «saberlo».
Este tipo de cosmólogo lo vemos en la posesión de Grant de un Marte que realiza un bucle en Leo. Este impacto trabajó en la organización de la cabeza y la laringe de la imagen del embrión cósmico, las regiones de autoexpresión y automanifestación.
Durante el desarrollo embrionario de Grant, tuvo lugar una conjunción de Saturno y Júpiter en la transición de Piscis a Capricornio. Su impacto se dirigió hacia los pies de la imagen embrionaria. En esta conjunción vemos el verdadero trasfondo del instinto histórico que posee Grant. Este tipo de acontecimientos intiman una fusión entre la memoria del mundo (Saturno) y la acción de la sabia previsión (Júpiter). En cierto sentido, Grant pisó el suelo americano. No sólo tenía conocimiento de la cabeza, sino que tenía «seguridad en los pies».
Traducido por Carmen Ibáñez Berbel


