Rudolf Steiner — Berlín, 12 de octubre de 1905

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En ocultismo diferenciamos en el hombre en primer lugar sus acciones, en la medida en que por acciones entendemos todo lo que procede de cualquier tipo de actividad relacionada con sus manos; en segundo lugar, su discurso y en tercer lugar sus pensamientos. Todo lo que en este sentido logra con sus manos produce sus resultados kármicos en su próxima existencia terrenal. Lo que hablamos se refiere no solo a nosotros mismos, sino también a un grupo de seres humanos que tienen el mismo idioma, y esto afecta el karma del pueblo o raza. En las palabras radica una mayor responsabilidad que solo en los hechos: porque con ellos estamos preparando la configuración de una raza futura. Lo que pensamos funciona incluso en una nueva formación de nuestra Tierra. Por lo tanto, distinguimos tres etapas. Primero: la acción humana es individual, con la excepción de aquellas acciones en el hombre que surgen de la nada. En segundo lugar: el hombre no puede hablar solo para sí mismo; las palabras se refieren a un grupo de seres humanos. En tercer lugar: los pensamientos son la preocupación de toda la humanidad.

Con esto, algo más está conectado. Cuando actuamos, estamos completamente solos detrás de nuestras acciones. Cuando hablamos, no estamos solos en nuestras palabras. Detrás de nuestras palabras, un ser espiritual está trabajando con nosotros, está detrás de nosotros. Así como las palabras que pronunciamos están impresas exactamente en el Akasha, también es cierto que con cada palabra que pronunciamos incidimos en el cuerpo de un ser espiritual encarnado en esa sustancia Akáshica en la que penetran nuestras palabras. Debemos llevar esto a nuestra vida sentimental; por eso debemos prestar tanta atención a nuestras palabras. Cuando pensamos, aparentemente estamos bastante solos dentro de nosotros mismos; sin embargo, los seres de naturaleza espiritual están activos con nosotros en nuestros pensamientos, seres aún más elevados y más significativos que aquellos que están activos en nuestro discurso.

Más encontramos en estas cosas que en toda la historia mundial. A través de ellas se puede explicar mucho. Consideremos un pensamiento dentro de nosotros. Detrás de este pensamiento está presente un ser espiritual. Si nos imaginamos envueltos por todos lados por el cuerpo de un ser espiritual, podemos hacernos conscientes de que un pensamiento es solo la expresión del cuerpo del ser espiritual que trabaja en nosotros. Cada vez que un pensamiento atraviesa nuestra alma es una impresión, una especie de huella de un ser espiritual superior, como si estuviéramos caminando sobre un suelo húmedo, dejando huellas, y se dijera: «Aquí caminó una persona». Este ser espiritual está formado de la misma sustancia en que consiste el pensamiento. El pensamiento en nosotros solo puede convertirse en la huella de un ser espiritual superior porque este ser superior tiene un cuerpo formado de la misma sustancia que nuestros pensamientos.

Cuando nuestro pie se imprime en la tierra húmeda, esta huella es un negativo, una contraimagen de nuestro pie. Lo mismo ocurre con nuestros pensamientos. En el mundo espiritual superior hay una contraimagen para cada pensamiento. La imagen y la contraimagen están tan interconectadas como el sello y la cera del sellado. La sustancia es el ser espiritual superior que corresponde en nuestra analogía a la cera sellante. Ahora llamamos pensamiento, en la medida en que corresponde a la cera sellante, la intuición y la impresión que llamamos pensamiento abstracto. Podemos decir cuando pensamos: «Siento las huellas de lo que está sucediendo en los mundos superiores». Es con respecto a este hecho que, en los escritos religiosos, por ejemplo, en la Revelación de San Juan, se usa la expresión «sello». Esto corresponde con la realidad. También es porque un ser superior está trabajando con nosotros en nuestras palabras que cada palabra es la impresión de un sello. Con los místicos, la contraimagen se llama Imaginación. Así tenemos tres niveles del elemento de pensamiento: el intuitivo, el imaginativo y el pensamiento abstracto ordinario.

Cuando el hombre se desarrolla más, cuando del pensamiento abstracto mismo se desarrolla en la etapa en la que se encarnan los seres que trabajan con nosotros cuando hablamos, entonces él es un Chela, un alumno oculto. Ser un Maestro significa: Trabajar en la sustancia en la que se encarnan los seres que trabajan con nosotros en nuestros pensamientos. La imaginación da la imagen. Esta es la razón por la cual los grandes maestros religiosos de tiempos anteriores hablaron pictóricamente, porque la imaginación da la imagen, no los pensamientos abstractos. En todas las religiones, las enseñanzas se expresaron en imágenes. Al principio, la imagen es para el hombre algo de menor importancia, pero cuando comprende cómo volver a formarse una imagen a partir de cada pensamiento, ha alcanzado una etapa superior. Este es el requisito previo para un tipo de percepción bastante nuevo. Todo depende de que el hombre se desarrolle hasta el punto en que ya no piense simplemente de manera abstracta, sino que en todo momento tenga sus pensamientos en imágenes.

Como regla, el hombre forma meramente pensamientos. El hombre más desarrollado debe pensar en imágenes; eso significa «imaginar». En esta expresión yace lo que significa: «Por medio de un cierto poder para dejar una huella en algo, (imaginar)». En la fantasía creativa, en el caso del poeta y el artista, solo encontramos un débil reflejo de la imaginación. Cuando un hombre que busca un desarrollo superior habla, intentará en ciertos casos, mientras habla, tener ante sí la contraimagen, el Imago. Esta es la fuente de las poderosas imágenes de los escritos religiosos. Quien se desarrolle tan lejos que pueda crear tales imágenes ha alcanzado la etapa de los seres espirituales involucrados en la creación de razas. Quien desarrolla en sí mismo no solo imágenes, sino intuiciones, no solo está involucrado en la creación de razas, sino en la creación de la próxima existencia planetaria. A partir de las imágenes, resonará lo que luego se manifestará en la Tierra, pero quien sea que trabaje por intuición crea algo que aún no existe, que no se manifiesta en ninguna parte, es decir, que crea a partir del Nirvana. Este concepto es inherente a cada apocalipsis: lo que se manifestará en el futuro solo puede crearse por intuición.

A través del pensamiento abstracto, uno hace una copia de algo que existe. A través de la imaginación, un hombre se deja fructificar por el espíritu formativo dentro de él. La imaginación corresponde a realidades ocultas que han surgido a través del impulso fructífero de los seres superiores; así uno puede ver estos seres espirituales superiores en el plano astral. El requisito previo para esto es desarrollar un discurso que no sea la expresión de pensamientos abstractos, sino de imágenes. Es por eso que los médiums también hablan en imaginación, en imágenes y símbolos, pero inconscientemente. Detrás de ellos, el espíritu está formando los símbolos. El alumno oculto hace esto con plena conciencia, sin embargo, de una manera que no es arbitraria. Al hacerlo, se deja fructificar por el espíritu.

Así como el hombre se desarrolla gradualmente cuando puede crear imágenes y recibir intuiciones, así antes de que él existiera, el mundo externo estaba activo; y de hecho de tal manera que en todo lo que nos rodea como existencia mineral, como naturaleza puramente física, las intuiciones están trabajando como fuerzas creativas. El cristal es externo en la medida en que se revela a los sentidos; Sin embargo, se crea por medio de intuiciones. Detrás de todo el mundo físico se encuentra un cosmos de intuiciones y, finalmente, un ser, el espíritu planetario, que produce las intuiciones. Detrás de todo lenguaje, los Seres de la Imaginación están trabajando y con ellos el Espíritu de la Raza. En todos los seres vivos, los Seres del mismo nivel espiritual están trabajando. Detrás de todas las plantas, las imaginaciones están activas. La forma completa de la planta surge de la Imaginación y detrás de ella se encuentra un ser espiritual: y todo lo imbuido de conciencia y percepción ha surgido del Pensamiento mismo.

Ahora echemos una mirada a todo el universo, para empezar, en su aspecto físico: Tierra, Sol, Luna y estrellas, la Vía Láctea, etc. Detrás se encuentra un gran Espíritu intuitivo. Es el mismo Espíritu que se manifiesta en nuestras acciones; él también está detrás del universo entero. El cristianismo lo llama el Padre. Debido a que es tan poco conocido, también se le llama el Dios Desconocido, y en la literatura teosófica, el primer Logos[i].

Detrás de todo lo que vive está el Espíritu de la Imaginación. Es el mismo Espíritu que también está trabajando en nuestro discurso; Por eso la religión cristiana lo llama la Palabra. Aquí se quiere decir algo bastante exacto y real. Este espíritu que respalda todo lo que vive todavía está trabajando hoy en nuestro discurso, en cada una de nuestras palabras, y por lo tanto, con razón, se llama «la Palabra», otra designación es: El Hijo o Cristo. Él es el Espíritu que vive como imaginación en todo lo que tiene vida.

Luego ascendemos a lo que es consciente, lo que tiene un cierto grado de percepción, de conciencia, todo de naturaleza animal y lo que en el hombre [Brecha en el texto …] Esto ya puede ser captado por los pensamientos. Está contenido en cada ser. Lo que ocurre en el animal ocurre en primer lugar dentro de sí mismo: la conciencia abstracta. Toda conciencia existente en el mundo también vive en el hombre, en el pensamiento abstracto. Dentro de sí mismo, el hombre lo llama «Espíritu»; en la medida en que funciona fuera en las fuerzas creativas de la Naturaleza, lo llama «Espíritu Santo». Esto es lo que subyace a toda percepción y conciencia. La enfermedad existe solo en la separación. El espíritu como tal no puede estar enfermo, sino solo cuando se encarna en los cuerpos inferiores. La palabra «Heilig» (saludable) significa «heil sein», para estar bien: expresa el hecho de que el Espíritu que fluye a través del mundo exterior es saludable. El Espíritu Santo no es otra cosa que el Espíritu que es saludable de principio a fin: es por eso que cualquiera que realmente se una al Espíritu Santo (Heiliger Geist) recibe el poder de la curación (heilen). Esto debe estar en armonía con el Espíritu Santo que fluye por el mundo. Este es el Espíritu que obra de hombre a hombre como el verdadero sanador.

Si ahora dirigimos nuestra atención al plano físico que encontramos en primer lugar y que percibimos a través de los sentidos, detrás está el gran Espíritu intuitivo. Todo lo físicamente presente ha sido hecho por este Espíritu. Así, detrás de todo lo que vive en la forma como tal, y que puede ser percibido por los sentidos, se encuentra el Espíritu del Padre, el primer Logos. Simplemente observando no modificamos nada, sino que se produce una alteración cuando actuamos. Entonces no solo cambiamos lo que existe afuera en el mundo, sino también las fuerzas que trabajan en el mundo. En el momento en que actuamos, provocamos una alteración en el plano físico. Sin embargo, detrás de estas alteraciones también existe una alteración en la fuerza subyacente correspondiente al primer Logos. Esto lo influimos por nuestras acciones; permanece, está allí, no puede ser eliminado nuevamente, a menos que sea erradicado por la misma fuerza que lo provocó. Y esa alteración que se produce a través de nuestros actos es la que se apodera de nosotros nuevamente como Karma. Aquello que atrae al hombre al mundo físico una vez más, si se mira desde el punto de vista del Karma, se llama: Rupa. Esto se debe a que se logró en Rupa, a través del cuerpo, a través de la naturaleza externa del hombre. Así creamos en el cuerpo, en Rupa, cuando trabajamos sobre las Intuiciones externas.

La segunda esfera en la que hoy el hombre no es completamente independiente, pero donde otro Espíritu está trabajando con él, es el habla. Aquí hacemos impresiones en un mundo detrás del cual yace no solo lo que es físico, sino lo que tiene vida. En el mundo de la vida, las Imaginaciones de las que estamos hablando permanecen atrás, formando fuerzas que crean nuevas razas. Nuestra raza actual ha sido creada a partir de lo que subyace en las palabras de las razas anteriores. Esto está encarnado en nuestra raza. Además, tenemos que considerar todo lo que pertenece de alguna manera a la Imaginación. Esto nos muestra que con nuestras palabras producimos impresiones en el reino del Hijo, en el reino del segundo Logos. Estos regresan como el Karma colectivo de toda la raza, porque la palabra no es creada solo por nosotros; El Espíritu de la Raza está trabajando con nosotros. ¿Cuál es la base de esta forma de karma? ¿Dónde está trabajando el espíritu de la raza? El espíritu de la raza está activo en los sentimientos del hombre, impregna todo el mundo de los sentimientos. Esto resuena en lo que el ser humano tiene en común con su grupo.

Lo que trabaja en un sentido mucho más amplio en el Karma es el sentir (Vedana). Así, en primer lugar: Rupa, la corporalidad; segundo: Vedana, el sentimiento. Para aquellas personas que aún no se han convertido en Chelas, el sentimiento tiene una gran importancia en lo que respecta a la percepción del segundo Logos y todo lo que vive. El objetivo de la ciencia es estudiar animales y plantas sin incluir la vida. Incluso los mejores investigadores actuales todavía no han avanzado más allá de la etapa de comprender la vida con el sentimiento. Es la comprensión imaginativa la que les permite mirar la vida misma.

En el mundo exterior, el pensamiento está conectado con todo lo que tiene sensación y conciencia. Esto tiene una cosa en común con nosotros: la percepción. El hecho de que podamos percibir de alguna manera el mundo exterior en el espacio físico como un mundo de color y sonido solo es posible porque somos capaces de transponerlo en pensamientos. Recibimos percepciones; pensamos en ellas. Si no hubiera pensamientos en las percepciones, sería una gran locura por parte del hombre formar pensamientos sobre ellas. Los pensamientos serían meras ilusiones si las percepciones no hubieran surgido a través de los pensamientos. De la combinación de percepciones se deduce que, en primer lugar, las percepciones se construyen mediante los pensamientos que luego podemos extraer de ellas: las leyes de la naturaleza. Estas no son más que pensamientos; Es el Espíritu creativo, el Espíritu Santo. La percepción es el límite entre los dos, donde nuestros pensamientos entran en contacto con los pensamientos creativos de afuera. Así, con un pensamiento que tengamos, no podemos trabajar directamente en la vida, sino en la conciencia que en el mundo exterior es el pensamiento mismo.

A través del pensamiento, dejamos rastros en todos los seres espirituales que han provocado la conciencia. Lo que el hombre construye sobre la base de la percepción en la forma de pensamientos, y lo que produce como pensamientos, tiene sus repercusiones en todo lo que hace necesaria la percepción. En tercer lugar, por lo tanto, diferenciamos: Percepción o Sanjna, el tercer elemento que tiene un efecto sobre el Karma.

• A través de las acciones, invocamos contra-acciones como Karma, porque tenemos un impacto en el mundo intuitivo: Rupa.
• A través de las palabras, tenemos un impacto en el mundo de los sentimientos creativos que nos rodean: Vedana.
• Con nuestros pensamientos sobre las percepciones, tenemos un impacto en todo el mundo de los pensamientos fuera de nosotros: Sanjna.

Lo que percibimos a nuestro alrededor ya no estará allí cuando volvamos a aparecer en la Tierra. Por lo tanto, todo lo que pensemos en relación con el mundo de la percepción no tendrá ningún efecto en la encarnación futura; solo en esta encarnación tendrá una fuerza de construcción de Karma. El pensamiento trabaja sobre nuestro carácter actual.

Lo que surge del sentimiento, que está esencialmente conectado con nuestro entorno; lo que entra en el mundo de la Imaginación, vuelve a nosotros en la siguiente encarnación, de tal manera que aparece dentro de nosotros como tendencias innatas y fuera de nosotros como oportunidades. A través de nuestras tendencias innatas, llamamos a las oportunidades que ofrece el mundo y que forman nuestro destino, a través de las tendencias que tienen su origen en el Karma. Los pensamientos forman el personaje: las tendencias o la disposición conducen kármicamente a las oportunidades. Las acciones provocan el destino externo, todas las circunstancias corporales en las que nace el hombre. Lo que llevamos a cabo a través de Rupa, nuestra naturaleza corporal, ese es nuestro destino real, que nos vuelve kármicamente.

Uno solo puede crear tendencias innatas para futuras encarnaciones conscientemente al alcanzar la etapa de Imaginación. Aquí encontramos el secreto de cómo los grandes fundadores de las religiones proyectaron su influencia más allá de su propio tiempo. Las imágenes que le dieron a la gente revelaron tendencias disposicionales para las siguientes encarnaciones. Cada imagen que inculcaron en el alma reapareció en todo el mundo de los sentimientos del ser humano. O gana tales Imaginaciones por sí mismo, o las recibe de su maestro. Los ganamos para nosotros mismos cuando hemos tomado el control sobre toda nuestra vida de sentimientos: este es el caso del alumno oculto. Sus sentimientos están sujetos a su propio control; Los fundadores de las religiones cuidan al resto de la humanidad a este respecto. Una religión es el mundo de sentimientos de las futuras razas; exteriormente, por lo tanto, puede sumergirse, ya que vive en las tendencias humanas. Hoy están surgiendo tendencias que se implantaron en la humanidad en los siglos XIII y XIV. Es importante que las imágenes materialistas de la actualidad no arraiguen en los corazones humanos, ya que en el futuro llenarían a los seres humanos de los instintos más brutales que solo se dirigen al mundo de los sentidos, si no se les opusieran ideas espirituales Estas inclinaciones y deseos viven en el hombre y se producen por la Imaginación. Esta es su naturaleza de deseo = Sanskara. Todo lo intuitivo en el hombre, los grandes impulsos que recibe de los más altos iniciados, en realidad superan el Karma de los hechos. El que se eleva a las intuiciones como tal, penetra a través del mundo físico hasta el Espíritu del Padre. El que posee conocimiento intuitivo puede afectar el Karma que surge de los hechos. Él comienza a limitar su Karma conscientemente.

Para la persona común, solo aquellos seres son comprensibles y también tienen conciencia. Cuando progresa a la imaginación, la vida también se vuelve comprensible; Cuando progresa a la intuición, puede avanzar hasta las fuerzas intuitivas.

Una persona puede afectar su Karma en la medida en que él mismo posee Intuición; o debe recibirlo de los altos iniciados en forma de grandes leyes morales. Vijnana es el nombre utilizado para la conciencia necesaria para la superación del Karma. Y ahora pensemos en un hombre que vive en el mundo, llevando a cabo sus acciones y muere. Sin embargo, después de su muerte, algo de él permanece aquí en este mundo en el que ha tejido: Rupa, Vedana, Sanjna, Sanskara y Vijnana. Estos cinco son el saldo de su cuenta: su destino personal como Rupa; el destino de la nación en la que nace, como Vedana; El hecho real de su nacimiento en esta Tierra como Sanjna. Además, trabajando con Sanskara, la naturaleza del deseo, y Vijnana, la conciencia. Estos son los cinco Skandhas.

Lo que el hombre entrega al mundo permanece como los cinco Skandhas en el mundo. Estos son los cimientos de su nueva existencia. Tienen progresivamente menos efecto cuando conscientemente ha desarrollado algo de los dos últimos. Cuanto más ha ganado poder consciente sobre Vijnana, más gana el poder de encarnar conscientemente en el cuerpo físico. En su naturaleza esencial, los Skandhas son idénticos al Karma.

1. Rupa: Corporalidad, Acciones.
2. Vedana: sentimiento.
3. Sanjna: Percepción.
4. Sanskara: Deseo.
5. Vijnana: Conciencia necesaria para la superación del Karma.

Traducción revisada por Gracia Muñoz en agosto de 2019

[i]Primero … Segundo Logos. Comparen las notas de Rudolf Steiner para Edouard Schuré, mayo de 1906. Zeichnen und Entwicklung der drei Logoi in der Menschheit, publicado en el número 14 de Nachrichten der Rudolf Steiner-Nachlassverwaltung Michaelmas 1965.