Rudolf Steiner — Dornach, 10 de diciembre de 1923
Traductor desconocido. Editado por Pablo San Miguel para la Asociación Biodinámica de España.
El señor Dollinger quiere plantear una pregunta acerca de los panales de miel, dice, que hay personas que comen los panales a la vez que la miel y antiguamente en los albergues, se les servía directamente en la mesa, quisiera saber si es nocivo también consumir la cera, en lo concerniente a las enfermedades de las abejas, piensa que antiguamente no eran tan virulentas como hoy en día, cuando se toma mayor cantidad de miel a las abejas.
El señor Müller dice que comerse los cuadros es una afición, naturalmente no se trata de cuadros (panales) artificiales, sino de panales construidos por los propios insectos. En lo que se refiere a las enfermedades no provienen, dice él, de que se les tome demasiada miel a las abejas, en otros tiempos, no se fijaba tanto uno en ello, simplemente no había tantas colmenas poco pobladas, de manera, que no se tenía el mismo cuidado que hoy en día. De Inglaterra se extendió a Suiza una enfermedad de las abejas, que antes no se conocía aquí.
El señor Erbsmehl piensa que tal vez habría que atribuir esto a los abonos artificiales, se sabe que provocan enfermedades en las flores.
Doctor Steiner: en lo que se refiere a estas dos preguntas, he aquí lo que hay que decir: es exacto, que si la gente consume los panales, en a un modo de afición, en estas materias, la cuestión es simplemente determinar, como se sienten estas personas, pero es una pregunta a la cual, solo la medicina puede contestar, no es posible decir algo con respecto a esto, si se observa efectivamente la salud de estas personas, que consumen los panales y con ellos claro está, la cera. Yo he conocido varias personas que consumían los panales pero los escupían cuando habían chupado la miel, y nunca he podido hacer observaciones sobre personas que consumían a la vez la miel, y grandes cantidades de cera, se podría decir, de forma hipotética, la cosa siguiente: hay cosas que unos toleran y otros no, todas las personas no poseen la misma medida de soportar. Las mismas cosas, puede haber personas que consumiendo la cera, se crearían una enfermedad en el estómago, pero entonces, a estos habría que desaconsejarles el comerla, pero puede también que haya personas que digieran la cera con problemas, y que evacúen los residuos en sus excreciones, para estos, habría que añadir la cosa siguiente, por el hecho de que comen la cera, en consecuencia, dejan el mayor tiempo la miel adherida a la cera, cuando esta se encuentra aún en el cuerpo, la miel es más bien digerida a nivel del intestino, mientras que de la otra forma, sería una vez digerida fuera del intestino por los vasos linfáticos, entonces, se puede decir: depende también aquí, del estado de salud de estas personas, en efecto, los unos digieren más bien a nivel del intestino, y los otros, más bien a nivel de los vasos linfáticos. No se puede decir con ello que una cosa sea buena y la otra mala, eso depende del individuo, uno puede afirmar con certidumbre, si se hiciera tomar a un número determinado de personas miel con los panales, y a otro, la miel sin cera, y entonces mirar lo que resulta de ello.
En cuanto a la enfermedad de las abejas, es necesario, como para las enfermedades en general, tomar en consideración lo que ha dicho el señor Müller, ocurre de la misma forma con el ser humano. Hay cosas que antiguamente no se tenían en cuenta, mientras que hoy en día se las estudia con mucho cuidado. Pero todavía existe algo esencial que entra aquí, el apicultor, antiguamente tenía muchos conocimientos instintivos, hacía muchas cosas sobre las cuales le era imposible explicar el porqué, estos instintos la humanidad actual los ha perdido, hoy en día, en todos los dominios, se quiere saber el porqué, y es justamente, para determinar este porqué, que es necesario ir hasta el fondo de las cosas.
De ello, la ciencia de hoy en día, no es, por lo general, capaz. El apicultor antiguamente poseía un instinto “robusto”, que le llevaba a tratar a sus abejas exactamente como a personas, si me puedo expresar así, piensen que antiguamente, se les ponía a las abejas cestos, hoy en día se les pone en cajas, esto ya es una gran diferencia.[1] Estas cajas son de madera, la madera es un material muy distinto de la paja que se utiliza para trenzar los cestos, y otras sustancias similares. Por otra parte, la paja, está hecha de tal manera, que atrae del aire otras sustancias distintas que la madera, que es materia neutra, ya en este tratamiento exterior aplicado a las abejas, hay diferencia. Ahora, si puedo resumir lo que el apicultor hacía antiguamente, concretamente derivado del instinto “robusto” que era el suyo, diría, que a menudo, ignoraba completamente por qué lo hacía, pero colocaba sus colmenas en un lugar determinado, donde a menudo el viento procedía de tal o cual lado, y otras medidas similares. Hoy en día, por razones utilitarias, se las coloca ahí donde hay sitio, se tienen en cuenta todavía las condiciones climáticas, pero ya no tanto.

El señor Müller dice, que él hace mucho caso de estas condiciones, que tiene su colmenar en una pequeña cumbre, donde no da apenas el viento del norte, y poco viento del este.
Doctor Steiner: para este tipo de cosas, la madera es menos sensible que la paja, no hago con ello propaganda para los cestos de paja, sino que posee en realidad una gran influencia. Es seguramente para la abeja, cuando hace su trabajo, muy importante, cuando realiza todo su trabajo en el seno de este organismo. Es un trabajo prodigioso, que se desarrolla en su cuerpo, cuando recoge la miel virgen, para entonces transformarla en ella misma, en miel, tal como la conocemos, la que consumimos, es un trabajo ingente, la abeja tiene que cumplirlo, ¿por qué medios?, por el hecho de que existe dentro de ella, una relación bien definida entre estos dos jugos, uno, es el jugo gástrico, y el otro la sangre. Cuando se examina una abeja, se encuentra el jugo gástrico, que es blanquecino, y la sangre, rojiza, son dos partes, de las cuales, el ser abeja se compone, esencialmente, todas las demás partes son, por así decirlo, organizadas a partir de los efectos de estos dos jugos, y lo que se constata, es que existe una relación muy determinada, entre el jugo gástrico y la sangre. Existe, en efecto, entre uno y otro, extremadamente importante. El jugo gástrico es ácido, lo que se denomina ácido en química, y la sangre es, como dicen los químicos, alcalina, es decir, no ácido, pero puede ser acidificado. Cuando el jugo gástrico no tiene acidez suficiente, ocurre inmediatamente algo en la abeja, que provoca una perturbación en su organismo, cuando elabora la miel.
Y la sangre, no es a su vez bastante fuerte, si las condiciones de clima, de luz, y de calor, no están reunidas, es por ello, que importaría muchísimo, si se quiere uno hacer dueño de las enfermedades aparecidas recientemente en las abejas, tomar las disposiciones necesarias, para asegurar una relación justa entre el jugo gástrico y la sangre. La cría de abejas no se practica en una forma tan sencilla como antes, esta meta, no podrá ser conseguida por el conjunto de condiciones de clima y calor, porque éstas no actúan con la misma intensidad sobre las colmenas modernas, lo que haría falta sería buscar lo que actúa más favorablemente sobre la sangre de las abejas, y aquí, posiblemente, en el futuro, los apicultores, tendrán que procurar que haya en las abejas una elaboración conveniente de la sangre.
A este respecto, las cosas dependerán de lo que les voy a contar. Verdad es que, hay años, en que las abejas tienen que buscar, casi exclusivamente el néctar en los árboles.[2] En estos años, la composición de la sangre de la abeja está muy amenazada, las abejas entonces, enferman con más facilidad, será pues conveniente, que el apicultor, en un futuro, instale como un pequeño invernadero, en el cual cultive las plantas que les gustan a las abejas en una determinada época del año, y que ellas necesitan. Así, se tendrá por lo menos, un pequeño jardín de flores, en el cual, se dejará ir a las abejas, por ejemplo, en mayo. De hecho, buscarán ellas mismas, ese jardín, cuando las plantas que necesitan se marchiten ese mismo mes de mayo, y hayan desaparecido. De esta manera, dándoles esta ayuda suplementaria, de un cultivo floral artificial, cercano a la colmena, se podrá, seguramente, combatir estas enfermedades. Esto es un ejemplo, de lo que puedo recomendar, no son de momento más que propuestas, pero no es dudoso que darán frutos, porque proceden del conocimiento de la naturaleza de las abejas, si el apicultor las pone a prueba, darán excelentes frutos, es una forma de luchar contra las enfermedades de las abejas, pero para actuar en la práctica, hay que conocer el conjunto de la situación. Esto es algo que no afirmo hoy en día, diré simplemente esto, resulta de la naturaleza de toda la abeja, y se pueden hacer fácilmente pruebas de este tipo, con plantas que se cultiven artificialmente, cuando estén ausentes de la estación considerada, es muy posible, así, que el estado de salud de las abejas, se vea considerablemente mejorado, son cosas de las cuales estoy absolutamente convencido, esto se verá, si se procede de una manera verdaderamente conforme a la Naturaleza, porque no puede ser cuestión de hoy en día, el retrotraer el problema a su estado anterior. De la misma forma, que no se necesita ser reaccionario en política, no es necesario el serlo en otros dominios tampoco, no es una necesidad, al revés, hay que andar con el progreso, pero se trata de actuar correctamente, cuando uno se sale de lo que se hacía antiguamente, para compensar por otra cosa, eso es todo lo que tenía que decir, en cuanto a ese punto.
El señor Müller dice, que ya los apicultores trabajan en vistas de ese cultivo artificial de plantas, por ejemplo, se plantan grandes cantidades de crocus amarillo, especialmente, para procurar flores a las abejas, se hace de la misma forma con otras plantas que tienen flores amarillas, etc.
Se siembra también mucho trébol americano, que alcanza aproximadamente 2 m. y florece durante todo el año, se le siega solamente en otoño, antes, se dejan las flores para las abejas, esto es lo que sería necesario.
Doctor Steiner: ciertamente, se empiezan a utilizar ya, estos procedimientos, pero se desconocen sus causas y efectos, lo que he dicho al principio, es una buena vía sobre la cual se puede perseverar, lo que dice con respecto al trébol americano que florece todo el año, es algo que se abandonará, porque este trébol no produce un mejoramiento de la sangre, da a las abejas un “latigazo” en un corto periodo, es como cuando se trata a alguien con alcohol, esta excitación, estimula la producción en las abejas durante un cierto tiempo, pero hay que tener mucho cuidado de no aportarles algo que sea completamente extraño, porque, por su entera naturaleza, están acostumbradas, ligadas a un determinado sitio, esto ya se nota en el hecho de que las abejas de otras regiones, tienen un aspecto completamente diferente a las nuestras. Esta, es la abeja dorada de la Europa Central, de la cual ya hemos hablado, la abeja doméstica común, la abeja italiana presenta un aspecto completamente diferente, la abeja carniolana otro, las abejas están fuertemente ligadas, por sus costumbres, a los territorios donde viven, y no se las puede aportar una ayuda duradera, procurándoles miel virgen, porque entonces, tienen mucho trabajo que realizar con su propio cuerpo, su organismo empieza a entrar en revolución, porque buscan otras formas de esta miel virgen, para que se transforme en lo que es en el sitio del que procede el trébol, esto se verá, dará resultados durante algunos años, pero después, “habrá que pagar los platos rotos”. Tiene toda la razón cuando dice, que todavía no existen datos reales, pero ello es algo que se verá efectivamente, y entonces, se abandonará este método, o se hará lo que se ha hecho en el viñedo, para los viñedos se realizó el siguiente experimento, sabéis que durante los años de 1870-1880, apareció repentinamente la filoxera,[3] que destruyó el viñedo en vastas regiones de Europa, pude durante esta época, ocuparme mucho de esta cuestión, ya que uno de mis amigos era cultivador, publicaba entonces una revista agrícola, y se ocupaba mucho de este tema, de este problema, la gente se preguntaba entonces, porque los planteles americanos no habían cogido la filoxera, no estaban amenazados, ¿a qué llevó la cosa?, pues, sencillamente, con los medios que permiten de combatir esta enfermedad sobre los planteles americanos, no fue posible combatir la enfermedad sobre los planteles europeos, y la consecuencia fue que se pudieron mantener en buena salud los planteles americanos, no fue posible combatir la enfermedad sobre planteles europeos, por lo que se pusieron a plantar los planteles americanos, pero los planteles europeos murieron de todos modos, entonces se abandonó el plantel europeo y se americanizó enteramente el viñedo, la viticultura, se transforma entonces enteramente, y se convierte en algo enteramente distinto, y así ha ocurrido en muchas otras cosas, en numerosas regiones.
No se puede pensar de una forma tan mecánica, hay que comprender que algo está aclimatado, en virtud de su naturaleza entera, a un lugar determinado, hay que tenerlo en cuenta, sino, claro, se puede obtener un éxito momentáneo, pero nada duradero. ¿Hay todavía algo que quisieran preguntar?, o tal vez señores, tienen ganas de comer miel, pero no tanto de discutir sobre ella, tal vez, alguno de ustedes tenga una idea, sin embargo tratar todavía algunos puntos, si puedo decir, sobre la verdadera naturaleza de esta elaboración de la miel por las abejas, y es de todos modos, fijándose bien, una extraña maravilla que existan pequeños animales capaces de transformar lo que chupan en las flores, en esta miel extraordinariamente buena para la salud, que podría tener un papel en la alimentación de los humanos, un papel mucho más importante del que tiene hoy en día, si se diesen cuenta de la extraordinaria importancia que tiene el consumo de miel.
Así, por ejemplo, si se pudiese actuar sobre el conjunto de lo que podríamos denominar, la medicina social, me parecería fabuloso, que las personas comieran miel, justamente en la época de su noviazgo, es decir, a título preventivo, porque después, no tendrían niños raquíticos.[4] Existe en efecto, en la miel una virtud, gracias a la cual, en la elaboración ulterior del organismo humano, actúa sobre las fuerzas de reproducción, y da, concretamente a los niños formas satisfactorias, el consumo de miel por los padres, concretamente por la madre, actúa sobre el sistema óseo de los niños. Entonces, se llegará ahí, cuando se vean claramente todos los aspectos de estas cuestiones, en vez de todas las tonterías que se ven hoy en día en las revistas científicas, se encontrará un día cuando se tenga el conocimiento de todas estas materias, se plantearán preguntas tales como, ¿qué es necesario comer durante este periodo de la vida? , o, ¿qué es necesario comer en este otro?, y etc., sí, será muy útil para las personas, porque el estado de salud se encontrará considerablemente mejorado, y ante todo, las fuerzas de las cuales dispongan. La única cosa que se puede decir aquí, es que la gente se encuentra muy lejos de estimar debidamente este tipo de indicaciones en su justa medida, aquel que no tiene niños raquíticos, está, en cierta manera, muy satisfecho, pero no piensa en ello, lo toma como si esto fuese normal, el único que se le llega a quejar es aquel que tiene niños raquíticos, y es por ello, que me gustaría decir lo siguiente: las medidas de medicina social, las más útiles, y que tienen por efecto realizar lo que la gente considera su estado normal, son precisamente aquellas que tardan más en aparecer.
Lo que es necesario, es comprender correctamente, en qué dirección se pueden obtener resultados favorables, y yo creo, que si la opinión se formase de que practicando la Ciencia de lo Espiritual, se descubren perspectivas como estas, uno se volcaría mucho más hacia el espíritu de lo que lo hace actualmente, cuando simplemente, se aconseja a las personas: recen, y entonces obtendrán esto o aquello, el conocimiento espiritual permite ver esto. Si señores, estas cosas que el conocimiento espiritual permite ver, y que la ciencia actual no conoce, es por ejemplo, lo siguiente: ¿en qué periodo de la vida es particularmente útil, la miel?, por ejemplo en la época del noviazgo, es algo perfectamente maravilloso que la abeja extraiga de la Naturaleza universal este néctar tan extraordinariamente útil, y que lo transforme en su organismo, comprenderán sobre que reposa, toda esta producción de miel si os demuestro, como se desarrolla ese mismo proceso, pero bajo una forma profundamente modificada, en un animal próximo a la abeja, emparentado con ella, la avispa. La avispa, no da de la misma manera una miel que sea igualmente fecunda para los humanos, aunque se pueda obtener mucho en medicina, con lo que las avispas preparan, pero es un producto, completamente distinto. Les hablaré también, la próxima vez, de las hormigas, pero miremos primero una especie de avispa. Existen avispas, que tienen la particularidad de poner sus huevos en diferentes lugares, en las plantas, en los árboles, en su corteza, sobre las hojas, etc. Hay incluso, quienes las ponen en las flores de los árboles, de tal forma que se parece a esto,

(hace un croquis), ahí está la rama, digamos, que aquí hay una hoja de roble, ahora la avispa, por medio de su aparato reproductor, que es un aguijón hueco, pone su huevo en la hoja del roble, ¿qué ocurre entonces?, ahí, el huevo de la avispa ha sido puesto, todo el tejido de la hoja situado alrededor del huevo, se transforma, la hoja hubiese crecido de una forma totalmente distinta, si el huevo no hubiese sido puesto, pues miremos lo que se deriva del hecho de que el huevo de avispa ha sido puesto en esta hoja. El crecimiento de la planta se modifica radicalmente, y todo, alrededor del huevo, brota fuera de la hoja, aparece como una “verruga” o protuberancia, son estas “verrugas” marrones oscuro que se encuentran en los árboles, ¿cómo han nacido?, han nacido porque en este sitio una avispa ha puesto su huevo, y alrededor de este huevo tiene esta sustancia vegetal modificada, que rodea completamente el huevo.
Este huevo de avispa moriría si fuese puesto en cualquier sitio, no puede prosperar más que si primero existe a su alrededor esta sustancia protectora, que la avispa Cínife[5] roba a la sustancia vegetal, ella se lo roba.
Así lo ven, la abeja pone sus huevos en los cuadros, en los panales, nace una larva, que llega a ser abeja, luego de lo cual roba la sustancia vegetal y la elabora ella misma. La avispa Cínife, hace todo esto, pero más temprano, en cuanto pone su huevo, le roba a la planta su sustancia vegetal, que ella necesita, (la avispa). La abeja, espera en consecuencia antes de empezar a comer, un poco más que la avispa. En los animales superiores y en el hombre, el huevo está rodeado, desde el seno de la madre, de una envoltura protectora, toma de la madre, lo que la avispa toma aquí a la planta. Esta “verruga” se forma aquí a partir de la planta, de la misma forma, que en el cuerpo de la madre, se forma alrededor del huevo, la envoltura del corión o placenta, que más tarde lo liberará.
Ven pues, avispa y planta se conjuntan. En las regiones en que las avispas son muy numerosas, se pueden encontrar árboles completamente cubiertos por estas “verrugas”. La avispa vive en simbiosis con los árboles, no puede pasar sin ellos, su simiente no podría prosperar, si no se construyese esta envoltura protectora, a partir de los árboles o de otras plantas similares. Las cosas también pueden presentarse de manera diferente, hay formaciones de estas “verrugas” que no se parecen a nueces, sino que crecen de otra forma, son velludas[6], enredadas unas con otras, pero siempre aparece ahí en medio, la futura avispa. A veces, también se encuentran estas “verrugas” bajo la forma de nueces velludas, eso demuestra como las avispas viven en armonía con las plantas, y cuando la avispa llega a término, abre una galería con sus mandíbulas, y sale afuera, a poner a su vez, un huevo sobre otra hoja, cuando ha vivido un tiempo al aire libre. De manera, que la puesta pasa siempre por una vida en común con la planta.

Ahora podrían decir, ¿qué tiene que ver todo esto, con la elaboración de la miel?, pues las cosas están, a decir verdad, muy estrechamente ligadas, y cuando se mira esto desde más cerca, se puede aprender cómo se obtiene la miel, y aquí, una vez más, la ciencia que se llamaba antiguamente popular, tenía el instinto de tener en cuenta estas realidades.
Sabéis, tal vez, que en las regiones meridionales, concretamente en Grecia[7], el cultivo de los higos, tenía un gran papel, entonces, existen los llamados higos salvajes, que son un poquitín más dulces, pero mucha gente, tiene aún un paladar más goloso, y quisieran higos aún más dulces que los salvajes, ¿qué hacen estas personas? Imagínense una higuera salvaje, esta higuera es particularmente apreciada por una especie de avispa, que pone sus huevos en ella, imaginemos pues, el hecho, ahí está la higuera salvaje, en la rama hay un higo, en el cual la avispa pone su huevo, el productor de higos es un “chico lleno de astucia”, deja a estas avispas poner sus huevos en estas higueras salvajes, que cultiva especialmente para esto, nuestro hombre, comienza por coger dos de estos higos, en el momento en que las larvas de avispa, que moran en el interior, todavía no han llegado a la madurez, de forma que las avispas, tardarán aún bastante en nacer, pero ya habiendo cumplido una parte de su desarrollo. ¿Qué hace entonces el productor?, toma una brizna de junco, y con ese junco ata los dos higos, en los cuales, no ha permitido a las larvas de avispa llegar a su madurez, de manera, que estén juntas[8].
Se dirige entonces a una higuera, en la cual, quiera mejorar los frutos, y cuelga los dos higos, en los cuales las avispas han hecho sus nidos, y puesto sus huevos, ¿qué ocurre ahora?, ocurre lo siguiente: la avispa siente lo que ha ocurrido, porque estos higos cogidos por el productor ya no están en el árbol, empiezan a secarse, ya no reciben la savia del árbol, lo que siente interiormente la avispa, que todavía no ha llegado a desarrollarse, incluso el huevo siente esto, la consecuencia es que la avispa, se da prisa, tanta como puede, en acelerar su proceso de maduración, es pues en primavera, que el productor comienza a efectuar este proceso. Deja primero a la avispa poner sus huevos, entonces, cuando llega el mes de mayo, coge estos dos higos y procede como se ha dicho, ¡vaya!, “piensa el animal que está en el interior”, “ahora, tengo que darme prisa, pues está llegando el tiempo en que los higos se secan”. El animal se da prisa con mucha febrilidad, nace mucho antes de lo que hubiera hecho anteriormente, si el higo se hubiese quedado en el árbol, hubiera nacido al final del verano. Ahora se ve obligado a nacer a principio del verano, pero la consecuencia, es que el animal, del hecho de que nace al principio del verano, debe de hacer una segunda puesta, y vuelve a poner otra vez, antes del final del verano, mientras que de la otra forma, no lo hubiese hecho hasta la primavera. Con estos huevos, la avispa va ahora sobre los higos, que lleva el árbol que se trata de mejorar, es ahí donde pone sus huevos, huevos tardíos, que no llegan a la madurez, pero que se desarrollan hasta un cierto punto, y ¿cuál es el resultado de la operación?, es que, de estos higos, en los cuales se realiza la segunda puesta, se vuelven doblemente dulces que los otros higos salvajes, volver los higos el doble de dulces, es lo que se llama mejorar el fruto de la higuera, ¿qué ha ocurrido?, ha ocurrido, que las avispas, que son animales emparentados con las abejas, pero, de todos modos diferentes, tienen, desde el estado de huevo, el extracto de la planta, que es susceptible de dar miel, y si con la habilidad del productor, se liga por medio de una rama de junco estos dos higos salvajes, donde se encuentran los huevos de avispa, y los coloca en el árbol, de tal manera que quedan ahí suspendidos, es llevar con habilidad la avispa, introducida de nuevo en la planta, lo que ella ha tomado sobre la otra planta, es como, hacerle traer sobre esta planta que se pone, en estos higos mejorados, la miel en forma de azúcar. En estos higos mejorados, el sabor dulce aparece del hecho, de que la miel ha sido simplemente introducida por la avispa, en muy fina difusión, eso se ha producido por el conjunto de la Naturaleza. Así, lo ven, aquí no hemos tomado nada a la Naturaleza, al revés, hemos dejado en el fruto lo que es de la naturaleza de la miel. La avispa no puede elaborar la miel como la abeja, su organización no se adapta de ninguna manera, pero ella puede, cuando se la obliga, por la modificación que he mencionado, transportar de una higuera a otra mientras se reproduce, el sabor dulce de su miel virgen, entonces, vuelve dulce el segundo higo, el higo ha mejorado, y hay en estos higos una sustancia parecida a la miel. Así, lo veis, tenemos aquí algo muy particular, en estas avispas ocurre, que el cuerpo no consigue tomar la miel virgen a la Naturaleza, y transformarla para hacer miel, pero pueden, en el seno mismo de la Naturaleza, hacer de tal forma, que en el paso de un higo a otro, se produzca una especie de melificación[9].
La abeja, es en consecuencia, un animal que lleva el desarrollo de un cuerpo, parecido al de la avispa, bastante lejos, para poder elaborar fuera del árbol, la sustancia, que con la avispa, debe mantenerse en el interior del árbol. Debemos decir, la abeja es un animal que conserva, más en ella de esta fuerza, que la avispa, que no posee mientras es joven, mientras que es huevo o larva. A una edad más avanzada, la avispa pierde la fuerza que le permitiría elaborar miel, la abeja la conserva, y puede ejercerla una vez sea adulta. Si señores, piensen en lo que significa, poder uno con su mirada entrever dentro de la Naturaleza, y decirse, la miel está oculta en las plantas, la miel, esta sustancia cuyo gusto se acerca al del azúcar, está oculta en las plantas. Esta se puede ver, con tal de que se tomen las vías convenientes, y que se secunde a la Naturaleza, haciendo que en la época conveniente, vaya la avispa al árbol que uno quiere mejorar.
Aquí en nuestras regiones, tal procedimiento no es aplicable, ya no es posible en los tiempos en que estamos, pero hubo un tiempo en la evolución de la Tierra, donde, esta posibilidad de hacer nacer estas avispas, que hoy en día, como hace dos mil años, se emplean, como nuestro productor lo hace, motivándolas a hacer una segunda puesta. Donde se las da la posibilidad de poner en estos higos, ya cogidos, y de esta forma, poco a poco, se pudieron conseguir abejas a partir de las avispas. La abeja es, en efecto, un animal, que en tiempos remotos, se obtuvo a partir de la avispa, y hoy en día, como lo he dicho, se puede observar, como gracias a la actividad del animal, a partir de la avispa, esta melificación se opera en la Naturaleza misma. Esto es permite ver también, que cuando la abeja deposita de una manera determinada la miel en sus panales, este panal se compone esencialmente de cera. Si esta sustancia es cera, no es simplemente necesaria, para que la miel esté depositada en ella, la abeja no puede elaborar la miel más que si todo su cuerpo trabaja como es necesario, tiene que segregar cera.[10] Ahora, la segunda higuera, en la cual, el sabor azucarado nace de ella misma, es también más rica en cera que la otra, en la higuera salvaje.
Es por ahí justamente, que la higuera mejorada se distingue de la otra, de la higuera salvaje, es la propia Naturaleza la que crea este exceso de cera, de manera, que el higo mejorado, el higo dulce, prospera en el árbol, que por el mismo, y de una cierta manera, se vuelve más rico en cera. Podéis encontrar ahí, prefigurado, lo que ocurre en la apicultura. Podéis ahora, procediendo con una gran precisión, hacer la cosa siguiente, tomáis el tronco de la higuera mejorada, le hacéis un corte, y lo examináis, encontrareis, cosa extraña, dibujos como estos, parecidos a alveolos de cera, (pizarra nº 18), esta cera, que se deposita en el tronco, aparece bajo el aspecto de formaciones de este tipo, como alveolos de abeja, el higo mejorado es más rico en cera, y en el interior del tronco, la cera se ordena también, adoptando la forma de un alveolo. De tal manera, que se puede decir, cuando consideramos esta mejora del higo, tenemos aquí una producción de miel, que no ha salido de la Naturaleza, la miel se ha quedado en el higo.
La avispa demuestra a plena luz, si por decirlo así, lo que con el higo mejorado se queda en el seno mismo de la Naturaleza, lo hace aparecer a plena luz del día. Por ahí, la avispa hace subir en el higo, la cera, que de otra forma se hubiera quedado en el tronco, y hubiese formado ahí, una especie de celdilla natural, con esta única diferencia, de que estas celdillas no son tan diferentes, tan voluminosas, que están apenas esbozadas, que desaparecen enseguida. Todos los procesos de formación de cera, y de la miel están en el interior del higo, todo este trabajo de abeja, que ahí dentro se realiza, está en el mismo árbol, de tal manera, que toda la Naturaleza es un apicultor.

¿Qué ha hecho la abeja en primer lugar?, ha puesto un huevo, lo ha puesto en la colmena, el huevo ha llegado a la madurez, no ha tenido necesidad de crear una “verruga”, ha extraído enseguida de la planta, la miel virgen, no hace tampoco en el otro árbol, que se volvería más rico en cera, hace por sí misma, de alguna forma, lo que de otra manera se forma en el tronco, edifica el conjunto de los panales, deposita el jugo, que está ahí en forma de miel, mientras que en el higo, se queda como jugo y rellena todo el higo, de tal manera, que se puede decir, se desarrolla a pleno día, lo que en seno de la Naturaleza se queda en los árboles, y se realiza, entre los árboles y las avispas. Esto permite de darse perfectamente cuenta, de lo que tiene exactamente delante suyo, cuando se encuentra uno en presencia de un colmenar, de una colmena, con sus panales de cera, de celdillas construidas con tanto arte, es un maravilloso espectáculo, ¿verdad, señor Müller?, debe ser un maravilloso espectáculo este ensamblaje de alveolos de cera, y en estos alveolos, la miel. Si señores, miren esto desde más cerca, podrán pensar entonces, la abeja representa, en efecto, con sus maravillosos alveolos de cera, una especie de tronco de árbol con sus ramificaciones, artificialmente edificado, no penetra en el árbol, ella misma, a poner sus huevos, se construye fuera del árbol, algo que es a modo de una imagen de él, y en vez de hacer crecer un higo, deposita la miel en los panales, que ya estaban preparados, tenemos pues ahí, una especie de copia de la higuera, mejorada artificialmente, copia, que es obra de la avispa.
Es esto, una ojeada echada a las profundidades de la Naturaleza, os demostraré, como la propia Naturaleza puede instruirnos, pero hay que ser capaces, de dejarse instruir por ella, los hombres tienen todavía mucho que aprender de ella, pero, primero, han de ver el espíritu en ella, es entonces como aprenderán cosas, como las que nos ha ocupado hoy en día, sino, se quedarán ahí boquiabiertos, como cuando se viaja hacia el sur y vemos a nuestro “astuto productor”, que ata sus higos, pinchados de picadura de avispa, con una brizna de junco, y los pone en la higuera salvaje, se queda uno ahí boquiabierto, como los viajeros, aunque sean sabios, que no saben porque este hombre hace eso, lo hace porque así se comienza el trabajo de las abejas, a la Naturaleza, incorporando ya la miel, dentro de los higos. Y estos higos, en las regiones donde se aclimatan bien, son tan buenos para la salud, como la miel, porque la miel ya está contenida ahí, en su estado inicial. Estas son las cosas que hay que tener presentes, en el espíritu, cuando se quiere tratar un tema de una importancia tan decisiva, como la apicultura. Creo que se puede progresar así hacia una visión de las cosas un poco más justa.
Pregunta y respuesta, R. Han: después de la conferencia, me acerqué al doctor Steiner, y le pregunté cuál era la causa de la podredumbre de la puesta, me contestó, que no podría dar indicaciones precisas sobre el tema, más que cuando hubiese estudiado la enfermedad, pero es probable, señala, que se trate de una composición defectuosa de la orina de la reina, dice también, ¿verdad que la abeja tiene también orina (ácido úrico) en su organismo?, es probable que la composición defectuosa de la orina sea la causa de esta afección. A propósito del hecho citado en esta misma conferencia, de que la abeja es obtenida por derivación a partir de la avispa, el doctor Steiner dice lo siguiente, más o menos: “este hecho tuvo lugar durante la época de la antigua Atlántida,[11] cuando las diversas formas animales aún no estaban tan claras entre las diferentes especies, en nuestros días, tal derivación ya no sería posible
[1] https://www.youtube.com/watch?v=6-fA5o_TCmc
[2] Cuando en primavera baja mucho la temperatura tal vez debido al tránsito del Sol, Mercurio y Venus por la constelación de Tauro, (en ocasiones son apoyados por otros planetas que pasan por otras constelaciones frías como Capricornio y Virgo), las plantas se resfrían y aparecen plagas de pulgón sobre las hojas de los árboles, que segregan secreciones azucaradas que recolectan las abejas y también avispas y hormigas. http://guadanatur.es/que-es-el-mielato/
[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Dactylosphaera_vitifoliae
[4] https://es.wikipedia.org/wiki/Raquitismo
[5] https://es.wikipedia.org/wiki/Cynipidae
[6] Ver pizarra nº 18
[7] La información que describe Rudolf Steiner parece que procedía de una obra del hispano-alemán Reinaldo Brehm “Vida animal ilustrada” que fue adaptada por Friedrich Schödler para las escuelas.
[8] Ver la pizarra nº 18.
[9] http://www.asafona.es/revista/?p=3100 En este enlace se puede encontrar información más detallada del tipo de avispa que describe Steiner la Blastophaga psenes.
La Higuera: Cultivo y tradición en la Alpujarra En este documento de internet se describe como se realizaba el proceso de mejora de los higos en el Sureste de España con todo detalle.
[10] De este comentario se puede deducir que cuando en la apicultura moderna se ponen láminas de cera en los cuadros para que las abejas la estiren y construyan los panales, en cierto modo se impide que por sí mismas segreguen la cera natural en la cantidad que lo harían, si no se aportasen esas láminas artificiales.
[11] http://www.editorialrudolfsteiner.com/atlantidad-y-lemuria-o-la-cronica-de-akasha.html