Willi Sucher – 18 de Julio de 1966
En el presente, estamos atravesando por un extraño desarrollo con respecto a la astrología y la cosmología.
De repente, la astrología se ha puesto de moda, y los astrólogos se sienten triunfantes. Se han estado empeñando por décadas para establecer una validez.
En América existe un programa radial de pronóstico meteorológico bajo la conducción de John H. Nelson –quien considero que ha de haber sido astrólogo en una vida pasada– que además de los pronósticos también brinda reportes acerca de los múltiples disturbios que están afectando las transmisiones, mensajes radiales e incluso a los teléfonos. La suma de estos disturbios se ven mayormente conectadas con los campos electromagnéticos, que generalmente coinciden con el apogeo de las manchas solares, las cuales ocurren dentro de un ciclo de once años. Sin embargo, esto cuenta tan sólo para un pequeño porcentaje de los disturbios radiales.
Sabemos que los aspectos de 90° entre Saturno y Júpiter (Fig.1) también pueden causar tales disturbios. Nelson pronosticó disturbios radiales que tuvieron una certeza de un 90%, y esto con meses de anticipación. Sin embargo, él desconoce las fuerzas planetarias causantes de ello. Puede comunicarlas pero no interpretarlas. Yo conozco mucha de la información meteorológica; se las publica en los más diversos medios, pero siempre carecen de explicación.

Sabemos que antaño, los paisanos solían guiarse por la Luna y sus fases en su labor agrícola, pero acabaron siendo considerados como supersticiosos por los expertos. Ahora, tanto las oficinas meteorológicas de Estados Unidos como de Nueva Zelandia ‘descubrieron’ que esas fases tienen una influencia sobre las precipitaciones sobre toda la Tierra, pero continúa siendo una especulación y no una explicación.
Un investigador de la Universidad de Yale trazó los movimientos de los planetas en relación a civilizaciones pasadas. Otro ha descubierto los cálculos babilónicos y los aplica en la investigación. Estos cálculos planetarios han sido usados en investigaciones sobre ciclos económicos.
Un investigador del Colegio Tecnológico de Massachusetts propuso que si las relaciones terrestres y planetarias no son meras coincidencias, entonces podría resultar en una nueva ciencia que revitalizaría la antigua astrología. El pronóstico del tiempo basado en las fases lunares es ahora un acierto establecido.
Se ha descubierto un campo electromagnético en el cuerpo humano. Es una especie de aparato electrónico en sí mismo!. Se dice que, evidentemente, este campo fluctúa y se modifica con el de la Tierra, y que ambos están relacionados con los astros y las galaxias. De este modo se nos está sugiriendo un pronóstico meteorológico psico-cósmico, desarrollándose y actuando dentro del mundo humano como una sugestión e histeria masiva, relacionándolas con revoluciones y guerras.
Esto parecería ser un resurgir amenazador de la antigua astrología pero bajo otros nombres, tal como solaristas y lunaristas. De introducir esto en las universidades, donde Ahriman lleva las de ganar, suprimirá y oprimirá a la humanidad de una forma terrible. La gente perderá su identidad completamente al ser oprimida por la ciencia terrestre como también por esas influencias cósmicas.
Ahriman sabe obviamente que no podrá ignorar la colaboración entre el hombre y el cosmos, por eso la caricaturiza como si fuera una relación fantasmagórica. ¿Cómo podemos afrontar esto? Desarrollando una astrología del Grial, tal como fuera sugerida por Rudolf Steiner en su ciclo de conferencias ‘El Cristo y el mundo espiritual’.
Consideramos a la investigación cósmica como un receptáculo o estructura, y luego introducimos en ella al Sol para darle substancia. Mucho ha sido logrado en este área, especialmente en cosmología. En su ciclo de conferencias de 1921, Rudolf Steiner dijo que la astronomía en sí misma no es de ayuda ninguna. Nos guía hacia un espacio en el cual nos perdemos. Este es solamente un terreno de procesos mentales, no de hechos. Por ello él propuso a la ciencia embriológica como contraparte de la astronomía. La astronomía nos lleva hasta el mundo de las ideas, mientras que la embriología nos conduce hacia la Imaginación. Debemos combinar la idea con la realidad.
El gráfico está basado en la postura geocéntrica, ya que los sucesos celestes están relacionados con el desarrollo embrionario. Aquí percibimos que el Sol se traslada tres cuartos de la eclíptica durante la gestación (Fig.2). A la derecha tenemos el orden natural de los planetas. Rara vez ocurre que los planetas respeten exactamente esta relación en el cielo –algo que aconteció parcialmente en 1962.
Podemos ver la división de los planetas entre los exteriores, como Saturno, Júpiter y Marte, y los interiores como Mercurio, Venus y la Luna, que se ubican entre la Tierra y el Sol. Esto podemos relacionarlo directamente con el desarrollo embrionario.
Sabemos que al comenzar nuestra existencia física se desarrollan tres capas (las líneas a la derecha indican al amnión por encima y al saco vitelino por debajo). Cobrando forma en el medio e indicado por las líneas de la izquierda, está el ectodermo, que es una especie de envoltura exterior y ayuda a construir la piel, los órganos sensorios y el sistema nervioso. También sabemos que los ojos se generan a través de la transformación de la piel. En segundo lugar está el endodermo, que aporta los elementos que construyen al sistema metabólico, incluyendo el tracto digestivo, el sistema respiratorio, etc. Tercero está el mesodermo, que es la capa intermedia entre ambos y que conecta los tejidos y los cartílagos al sistema óseo. Naturalmente que hemos simplificado todo esto con el propósito de desarrollar nuestro objetivo. Estos tres elementos también están relacionados con los tres aspectos del sistema solar: el endodermo con los así llamados planetas inferiores, Mercurio, Venus y la Luna; el mesodermo con el Sol y el ectodermo con el resto de los planetas exteriores hasta Saturno.

Tal es la ciencia del cáliz del Santo Grial. Debemos continuar desarrollando una ciencia a partir de esto, para obtener un cuadro más comprensible que pueda ayudarnos en nuestro paso por la Tierra. Debemos llenar ese cáliz con el Sol espiritual, y esta es nuestra tarea (gráfico). Puede ser logrado a través de la educación, por ejemplo, y por medio de la elección vocacional. Estamos transformando constantemente nuestro material constitutivo, y en estos momentos de nuestra época debemos partir de la astrología convencional. Digamos que Saturno en Géminis está conectado con la cabeza, como parte del cáliz. Si decidimos que una persona ha de tener una cierta vocación, no estaríamos trabajando con el Grial, puesto que la persona estaría siendo determinada por el punto de vista de esos astros que se encuentran por fuera de nuestro ser. Ahora nos corresponde hallar una ciencia estelar que nos aporte puntos de vista e ideas para cada individuo. Para otras personas que presenten la misma posición de Saturno, puede que surjan desarrollos bien distintos a partir del libre albedrío.
La astrología convencional es poco útil puesto que es fatalista. Debemos hallar aspectos que nos abran a nuevas posibilidades. Debemos utilizar nuestros cálices como lo harían diferentes artistas o escultores con un bloque de mármol, ya que cada uno crearía algo diferente.
Este es un despertar de la creatividad, especialmente a través de la educación, por la cual cada quien puede transformar su propia capacidad. Ya no podemos basarnos en la antigua astrología; ahora debemos darle paso a una nueva que signifique un desarrollo para más de una vida. Sin embargo, sólo es posible comenzar pensando correctamente y sobre los rieles correctos. En la medida en que esto sea apreciado en el presente, será posible introducirle en el futuro, puesto que posee una relevancia para el universo y para todo el cosmos que coexiste en cada uno de nosotros.
Hoy pretendo hacer un experimento práctico con el fin de lograr esto. Son las 10 de la mañana, y desde aquí reproduciremos al cielo tal como se presenta en este momento. Este es un hecho cósmico asociado tanto con nuestro Saturno personal como con el celeste. Debemos prestar atención a esta interacción entre el mundo planetario y nuestro propio organismo. Intentemos entonces producir algo espiritual creativo.
Dibujaremos al firmamento incluyendo al zodiaco, ubicándonos sobre nuestro horizonte y mirando hacia el sur.
Mercurio está próximo al Sol, pasando por delante ya que se encuentra retrogradando. Júpiter está conjunto a Venus en el meridiano y Saturno no está lejos de poniente. El rasgo más importante lo conforman Plutón y Urano subiendo juntos desde el horizonte Este. Hay una distancia de 15° entre Plutón y Urano, sin embargo es todavía una conjunción. De hecho se trata de la misma sobre la que hemos estado hablando en nuestro journal. Recordemos también lo que fuera dicho acerca de los puntos de naciente y poniente con respecto a las substancias médicas.
La astrología convencional preguntaría: ¿qué significa esto? De esta manera sólo se predispone a aceptar lo estipulado. Es una astrología determinista que se introduce nuevamente de la forma que ya hemos explicado.
Más bien debería preguntarse: ¿qué puede hacerse con tal de responder espiritualmente? Podemos hacer uso de aquello mencionado en nuestro journal. La conjunción entre Plutón y Urano retorna rítmicamente de manera regular en la historia.
Plutón se ubica ahora en Leo, donde estuvo también en 1712, 1457 y 1203. En el año 1 AC, Plutón estaba en Libra y Urano en Aries, es decir opuestos. ¿Qué encontramos cuando retrocedemos en la historia? En 1453, ambos planetas estaban próximos uno del otro, llegando a la conjunción en 1457. Fue entonces que los turcos conquistan Constantinopla; en 1712 hubo grandes disturbios en Europa; y en 1203, Genghis Kahn se convierte en líder de los mongoles y preparó sus grandes invasiones. Puede decirse que estas son situaciones amenazantes. Sin embargo, nuestra mirada es distinta y nueva, ya que en 1203 contamos con la época de los trovadores, de Eschenbach y Chretien de Troyes, quienes crearon las baladas que hablaban de Parsifal y del Santo Grial. Los trovadores se desarrollaron a partir de las tradiciones cátaras francesas.
Las Bodas Químicas de Christian Rosenkreutz, el documento fundamental del movimiento rosacruz, data de 1459, y podremos notar como Plutón y Saturno aún estaban conjuntos.
En 1712 nace Rousseau, entre otras cosas, pero volveremos a esto más tarde. En 1203, todo el trasfondo del Santo Grial proveniente del siglo IX, se ve teñido por este aspecto. Está asociado con la externalización del Cristianismo esotérico. En los siglos VI y VII, la Iglesia romana exterminó al Cristianismo cósmico celta. Desde el punto de vista espiritual, esto sirvió incluso de ayuda para el desarrollo de un Cristianismo esotérico. El Dr. Steiner sostuvo que el espíritu nacional de los celtas se convierte luego en el espíritu del Cristianismo esotérico, representado por el Grial y separándose de la Iglesia.
Esto resurge más tarde a través de los Caballeros Templarios. Siempre es posible reconocer al cáliz y a su contenido espiritual. Los Caballeros Templarios custodiaban el Sepulcro, la tumba del Cristo resucitado. Fueron exterminados por Felipe el Hermoso y su codicia, y por la Iglesia católica y su afán de exterminar el esoterismo.
El Rosacrucismo llega. Su símbolo es conocido. Puede verse a la cruz negra como una estructura y a las rosas como resurrección espiritual. El altar cristiano no va más allá del Viernes Santo, no llega a la Resurrección como lo hace el Rosacrucismo, cuyo símbolo es una revelación.
En 1712 tenemos a un aspecto crucial que se asocia con el contexto de la natividad espiritual de Goethe. Si bien nace más tarde, estaba igualmente relacionado con este aspecto espiritualmente. Esta natividad fue desarrollada a lo largo de su vida, y lo que escribió fue probablemente concebido con anterioridad –especialmente su Leyenda, que es tanto un cuento de hadas como un Misterio Rosacruz.
En 1966 llegamos a la actualidad. Pero antes retornemos una vez más al pasado, al año 1 AC –el año cero, antes del punto de conversión. Esto puede considerarse como el ancestro de la conjunción Plutón/Urano, sólo que aquí están en oposición. Plutón en Libra y Urano en Aries, sobre el punto vernal.
Aquí contamos con una nueva ‘primavera’ en sentido esotérico-oculto. Los cálculos sugieren a Marzo de ese mismo año como el momento de la Anunciación, cuando el Jesús de Lucas se convirtió en el cáliz en el que más tarde ingresaría el Cristo.
Tal es el calendario evolutivo y su progresión con respecto al Cristianismo esotérico. El año 1966 y lo que acontezca está en nuestras manos. Podemos medir el calibre de nuestras tareas como actividad espiritual frente a un trasfondo semejante.
Estas tres fechas: 1966, 1712 y 1457, representan tres estadios del Rosacrucismo y su manifestación. Es el individuo quien ha de decidir la forma de su cumplimentación. En 1459, el corazón del movimiento rosacruz queda representado por la Imaginación de las Bodas Químicas. Esto pareciera estar sacado de una ficción, no obstante son términos de una alquimia tangible. 1712 se refiere a Goethe (y a otros más). Aquí, el impulso rosacruz se eleva hasta el nivel de la Inspiración. Hay una cierta certeza en el hecho de que Rousseau atravesase por una especie de experiencia inspirativa a los 37 años, causándole una enorme tempestad emocional durante un viaje –tanto que arribó en un estado crítico. Este fue el punto de conversión de toda su carrera, tras el cual se convierte en el Rousseau que conocemos históricamente. El Rosacrucismo de Goethe porta la vestimenta de poeta y escritor, que alcanza un apogeo en su Leyenda.
Si lo expuesto es cierto, el Rosacrucismo estaría alcanzando el nivel de la Intuición en 1966. Debemos pensar esto en términos de la individualidad. Nos hallamos en camino hacia una astrología del Grial, prestando oídos al cosmos pero actuando espiritualmente con el fin de aportarle substancialidad.
Algo a ser considerado: Plutón y Urano estuvieron en oposición en el año 1 AC sobre los puntos vernales primavera/otoño. Este es el aspecto ancestral de la conjunción de 1712 y 1966. Una oposición tuvo lugar en el medio, en 1794, cuando Goethe escribe su Leyenda de la serpiente verde y la bella Lilia. Otra de dichas conjunciones ocurrió ya en la modernidad, en Aries. La última tuvo lugar en 1850.
Traducido por Diego Milillo en Octubre de 2017