Los ritmos estelares durante el siglo XX

Curso de conferencias no revisadas por WILLI SUCHER del 14 al 21 de julio de 1966 en Hawkwood College, Stroud

(Los dibujos en estas conferencias no fueron dibujados por Willi)

Willi Sucher – 16 de julio de 1966

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Esta noche contemplaremos algunos de los mayores ritmos estelares durante el siglo XX y su conexión con algunos de los planetas descubiertos más recientemente. Parte de esta información ya fue mencionada en nuestra revista.

El planeta Urano se ubica actualmente en su perihelio, siendo esto un rasgo considerable de su esfera. Todos los planetas muestran una variación del plano de sus órbitas y forman ángulos en relación al movimiento de la Tierra, generando así un corte orbital a través del plano geométrico terrestre. Dichos puntos representan una realidad espiritual y se les denomina nodos planetarios. Urano precisa 84 años para completar una vuelta por su órbita. Aquel punto en donde un planeta se ubica más próximo al Sol se llama perihelio, afelio es el más distante. Actualmente, Urano se ubica sobre su perihelio, como puede verse en el diagrama. Los seres espirituales asociados con Urano obran dentro de esta órbita. Los nodos planetarios son aquellos puntos donde el planeta toca la esfera de la Tierra, en relación con el Sol. Estos nodos son portales o puentes entre la Tierra y los mundos espirituales. La Luna también corta el plano de la eclíptica terrestre en dos puntos, y tales pueden ser denominados como portales entre el mundo astral y la Tierra.

Cuando un planeta se halla más próximo al Sol, presenta una constitución diferente a cuando está más alejado, sobre su afelio. Todo aquello en nuestro sistema solar que se aproxima al Sol deviene una cabeza, dicho de un modo u otro. Por ejemplo, los cometas dirigen su cabeza en dirección al Sol mientras el resto forma una cola o estela. Todo aquello que se aleja en dirección al mundo de las estrellas fijas, alejándose del Sol, tiende a convertirse en un miembro y ésta es la clave del afelio.

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Considerando ahora que Urano se ubica sobre su perihelio, esto tiene un cierto significado para nuestra época porque nos vemos confrontados con una contracción, en donde todo pareciera querer convertirse en una ‘cabeza’ por medio de una economía interior. ¿Cuán positivo puede resultarnos esto?

Generalmente, los astrólogos convencionales se ven sumergidos en una oscuridad frente a los presagios estelares. Se crea un determinismo, una pasividad expuesta a influencias cósmicas adversas. El antídoto residiría en proponer actitudes espirituales positivas, con las cuales redirigir el curso de los cielos hacia una victoria sobre nuestras debilidades.

Durante este año, 1966, Urano se ubica sobre su perihelio, algo que también aconteció en la época de Novalis, sobre quien hemos hablado previamente. Fue un hombre que desarrolló un número considerable de cosas en poco tiempo, las inspiraciones fluían a través suyo como si fuera un río. Su persona no es lo suficientemente conocida, aunque se esté intentando traducir su obra y así darle más publicidad. De todos modos, nos resulta alentador ahora en 1966 el contemplar los últimos años de esta individualidad. Este fue un momento en la historia durante el cual algo devino una cabeza y Urano se volvió perceptible para el hombre en base a un conocimiento superior. Pues al hablar de Urano se está tratando con seres elevados, resulta provechoso el intentar comprender a alguien que fuera influenciado por este planeta. Rudolf Steiner dijo mucho sobre él y brindó indicaciones sobre encarnaciones pasadas de alto rango.

Tomemos entonces a Urano en su afelio, durante 1925 (véase gráfico). Aquí encontramos un existir dentro de los miembros y de la esfera volitiva (en Novalis, las fuerzas de Urano se expresaban más como cabeza). Rudolf Steiner ingresa en el mundo espiritual hacia esa época, cuando las fuerzas de la voluntad divina le hablaban a la esfera terrestre. Ya sabemos todo aquello que Rudolf Steiner brindó a la humanidad –sobre todo a partir del impulso volitivo en los últimos años de su vida, cuando su impulso más destacado no consistió solamente en aportar conocimiento, sino de impregnarlo de fuerza volitiva como para que la humanidad preparase su camino hacia la evolución futura. Es a través de este doble aspecto de Urano, su perihelio y su afelio, tanto en Novalis como en Steiner, que podemos hallar una certeza.

Veamos ahora el ingreso del alma al mundo espiritual, pasando por la muerte, sin hacer tanto hincapié en la perspectiva tradicional del ingreso al mundo físico a través del nacimiento. Rudolf Steiner también nos aportó este aspecto con el fin de poder ayudar a quien desencarna por medio de aquellos que aún están en la Tierra –en el antiguo Tibet era una ciencia reconocida el estudiar el alma luego de ocurrida la muerte.

Al encarnar, recibimos de la Tierra los ingredientes necesarios para existir. Al desencarnar, nuestro cuerpo etérico se separa del físico y éste retorna a la Tierra. El cuerpo etérico permanece intacto por alrededor de tres días, y durante este tiempo se despliega un panorama de lo ocurrido en nuestra vida como una totalidad, que pasa a ser tomada por el cosmos como una gran Imaginación -casi una pintura. Luego de tres días, el cuerpo etérico se expande. Así como el cuerpo físico está sometido a la gravedad terrestre, del mismo modo se libera y eleva el cuerpo etérico. Su deseo tras la muerte es regresar al cosmos, y entonces nuestra alma pierde su vínculo con el cuerpo. Este cuerpo etérico se integra a los planetas como una maravillosa Imaginación, con lo cual se convierte en fructífera la labor del alma en beneficio del universo.

Normalmente, la configuración planetaria al producirse el deceso permite que el cuerpo etérico se ‘deslice’ dentro de las ‘cavidades’ planetarias, con todos los sucesos que ahora están retratados como majestuosos cuadros de memoria. El alma humana sacrifica sus fuerzas cósmicas con el propósito de que éstas penetren nuevamente en el cosmos tras haber sido enriquecidas a través de la vida terrestre.

Todo aquello logrado por Novalis en sus últimos años está contenido en el perihelio anterior de Urano, resonando una vez más en el cosmos. Es también un hecho de que las oposiciones son necesarias, y los últimos años de la vida de Rudolf Steiner dejaron igualmente un mensaje positivo en el cosmos.

En 1900, Urano se ubicó sobre el nodo descendente (en la constelación de Escorpio). De hecho, Urano había descendido por debajo del plano de la eclíptica, creando un fuerte contacto con la Tierra. Este fue el año en que Rudolf Steiner comienza a comunicar su mensaje antroposófico -el año de nacimiento de la Antroposofía.

En el año 1945, Urano se ubicó sobre el nodo ascendente, y este fue el año en que se lanzaron las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki (véase Fig.3). Se ubicará nuevamente sobre el nodo descendente en 1984, lo que nos recuerda sobre la aterrorizadora novela profética de George Orwell. De hecho, se ubicará en oposición al nodo de Hiroshima. Recordemos al super-dictador de Orwell y la intromisión tecnológica hasta el último rincón de la vida personal humana.

En una estadística reciente, se obtuvo como resultado que un 60% de jóvenes universitarios americanos creían honestamente que los americanos no eran capaces de distinguir individualmente entre bueno y malo, y que deberían someterse a una guía general que controlase sus vidas. También consideraban que la policía debería permitirse los métodos más brutales con el fin de obtener confesiones. Este es el peligro de una humanidad resignada. Ya es sabido que es posible escuchar y grabar las conversaciones más privadas gracias a aparatos especiales, y que dichos aparatos son de fácil acceso económico. Grandes compañías empresariales los hallan útiles para ‘espiar’ el sostén financiero de sus clientes. Pero éste es el principio del fin -una monstruosa preparación para el super-dictador de Orwell (compárese esto con las oportunidades actuales de rastrear individuos por medios tecnológicos. NdE)

¿Por qué eligió 1984, coincidiendo con la posición de Urano? Esta fecha también está próxima al retorno del cometa Halley (hacia 1986) que pasó por allí en 1910. Fue decubierto por Halley en 1780, quien calculó su regreso. Fue un espectáculo tremendo, y su órbita comprende 76 años.

Estos cometas provienen de grandes distancias, pasan rodeando al Sol y vuelven a desaparecer (diagrama). La parábola entera requiere ser calculada. Sin embargo, muchos de ellos no retornan. Son lo opuesto a los planetas, que van recorriendo su órbita casi con regularidad monótona. Pero los cometas aparecen y desaparecen, y esto es benéfico. En la Edad Media se les llamaba ‘azotes de Dios’, y se encargan de barrer los desperdicios y restos de la atmósfera astral de nuestro sistema solar. Su particularidad es que no retornan. Sólo algunos lo hacen. Puede que estén en camino de convertirse en planetas o que ya lo sean, pero no da igual compararles. Sucede como cuando alguien adquiere habilidades nuevas: se destaca más que una habilidad natural. Incluso puede que se comporten más neciamente que un planeta. Rudolf Steiner advirtió que el cometa Halley se relacionaba con el descenso de la humanidad hacia un materialismo aún más profundo.

Si combinamos este aspecto con la oposición de Urano en 1945 (Hiroshima), la situación se llena de presagios. Con el fin de brindar un poco de alivio, he propuesto comparar el año 1900 con 1984. No es que sus aspectos negativos puedan eliminarse, pero puede ofrecérseles resistencia –o al menos doblegarles. Sabemos que 1899 marcó el final del Kali Yuga o época oscura, y la Antroposofía surge como una cura a ella. Aún considerando a este cometa, debemos recordar que este descenso en el materialismo puede ser resistido. En 1910, justo antes de la aparición del cometa Halley, Rudolf Steiner advirtió que el materialismo debe tener un límite. De quererlo así, disponemos del poder en nosotros como para prevenir un descenso irrevocable.

La historia nos relata mucho más acerca de este aspecto. Urano sobre el nodo descendiente puede dar prueba de otro tipo de resultados. La Luna de Rafael al fallecer se ubicó sobre el mismo lugar que al nacer, adentrándose en la constelación de Escorpio –un Viernes Santo de 1520. La Luna también estuvo allí en 1483, cuando nace Rafael. Este aspecto está asociado a la Madona Sixtina. En casos tales, la generación siguiente puede llevar la inspiración más lejos, reflejando estas Imaginaciones de las más variadas formas, incluso más elevadas. Por ejemplo, el gran filósofo Soloviev, reflejó esta Imaginación en Escorpio al elaborarla aún más en su poema sobre los tres encuentros con la HagiaSophia. Sabemos que la Madona Sixtina es realmente la Sophia Divina, portando al Hijo del Hombre en sus brazos como imagen del futuro.

Soloviev ‘revive’ esta experiencia por primera vez en una catedral rusa. Luego una segunda vez como estudiante de Teología en un museo británico, donde Ella le pide viajar a Egipto con el fin de revelársele. Y así lo hizo, vistiendo su tan formal traje negro y siendo casi asesinado por los beduinos, que le tomaron por un diablo. Allí pasó la noche, y al amanecer pudo presenciar de lleno la gloria de HagiaSophia. Soloviev fallece en 1900, llevando consigo el estandarte de Sophia.

A partir de estos ejemplos, tenemos a disposición dos grandes elementos terapéuticos que se apoyan directamente desde el corazón central de esta amenaza, otorgándonos un nuevo coraje para reconocer que el mundo espiritual trabaja con nosotros constructivamente, desde el corazón de cada situación por más atemorizadora que parezca.

El momento del deceso es al mismo tiempo un momento de resurrección, en tanto las almas humanas vierten los frutos de sus vidas en el cosmos. Y si el contenido de esas vidas es propicio, entonces es un momento de rejuvenecimiento del cosmos. Rudolf Steiner enfatiza que la misión humana del futuro consiste en brindar un nuevo contenido espiritual al cosmos, algo que lograremos si seguimos al Cristo.

Como fuera mencionado, podemos ver una relación entre la Luna en Escorpio y la Madona Sixtina, la cual Rafael llevaba contenida e inscrita en su cuerpo etérico. De este modo, el ser humano es capaz hasta de redimir el aguijón mortífero de Escorpio. Esta Imaginación fue ‘pintada’ en el cosmos como un gran acto terapéutico de la humanidad. Tales son los aspectos positivos sobre los que podemos echar mano como contrapartida a las amenazas que mencionamos anteriormente.

Cuando en 1900 son brindados los primeros mensajes de Rudolf Steiner, él se vio acompañado por tutores espirituales desde los mundos superiores –por aquellos que habían atravesado la muerte, como Schröer. Rudolf Steiner le conoció como profesor en el Colegio Técnico de Viena, siendo Goethe su foco de atención. Gracias a él, Steiner se vio guiado dentro de la corriente goetheana, la cual continuó desarrollando. Como fue dicho antes, Soloviev también ingresa en el mundo espiritual en 1900.

Ahora nos enfocaremos sobre Neptuno, que también se ubicó sobre su afelio en 1966 (debemos recordar que el perihelio no es algo mayormente estable –como también es el caso de Urano- como si quisiera escapar al cálculo).

La posición del afelio de Neptuno ha de ser considerada como un aspecto referido a los miembros, como una gran voluntad cósmica fluyendo a través del mundo. Urano representa una especie de corriente ocultista que ingresa en nuestro mundo humano desde la periferia del universo. Pero Neptuno tiene más que ver con el elemento fluido de la evolución humana, un elemento que la abarca.

¿Cómo se relaciona Neptuno con los ritmos de este siglo?. Se ubicó sobre su afelio a comienzos del siglo XIX, llegando allí hacia 1800. Considerando una vez más a Novalis, quien fallece en 1801, descubrimos algo muy valioso. Sabemos que en esa época se manifiesta la Gran Escuela de Micael en los mundos espirituales –fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. Allí se prepararon las almas para sus tareas futuras, inclusive las correspondientes a este siglo. Según Rudolf Steiner, esta Escuela se reflejó en la realidad terrestre por medio de la leyenda de Goethe ‘La serpiente verde y la bella Lilia’. En esta obra se describe cómo la humanidad construye un puente entre los mundos material y espiritual gracias a grandes sacrificios y esfuerzos. La serpiente verde entrega su cuerpo con el fin de crear este puente sobre el río que divide ambos mundos. Es esencial conocer esta leyenda, puesto que contiene el mensaje necesario para este momento de la historia. Es el reflejo de esa escuela celeste, conducido por el Arcángel Micael. Novalis escribe los fragmentos de su conocida novela, que contiene la leyenda de Klingsor. Posee el mismo calibre que la de Goethe, ya que también refleja la Escuela de Micael. Todo esto se combina con la búsqueda de la humanidad por la Divina Sophia. En estos momentos, es sumamente recomendable la lectura de ambas leyendas, especialmente en lo que se refiere a la convivencia humana por más pequeña que resulte, y al puente que ha de ser construido.

Traducido por Diego Milillo en Octubre de 2017

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